Sevilla “se duerme en los laureles” y pierde su liderazgo como ciudad de la bici
Caerse de la bici en pleno sprint es habitual. Lo que resulta más extraño es hacerlo cuando vas a buen ritmo y dominando la carrera. Eso es precisamente lo que le ha ocurrido a Sevilla: ha perdido su liderazgo cuando solo quedaba pedalear con determinación, pasando de la cuarta a la décima posición de mejores ciudades del mundo para ir en bicicleta. Le ha 'robado' el puesto Estrasburgo, ciudad francesa con 536 kilómetros de carril bici, el quíntuple que Sevilla.
En el ranking elaborado dos años atrás por la consultora Copenhagenize, Sevilla entró con fuerza en cuarta posición por delante de ciudades de larga tradición ciclista como Eindhoven o Berlín. La ciudad lo recibió como un merecido premio: habían bastando seis años para que la capital andaluza contara con un carril bici de 120 kilómetros, aparcamientos por doquier y una bici pública con 20.000 usuarios. Y lo más importante: el número de ciclistas se había incrementado un 1.200% hasta llegar a los 70.000 usuarios.
Dos años después, Sevilla se “ha dormido en los laureles”, perdiendo la oportunidad de ser una fuente de “inspiración” para el resto del mundo. La ciudad, dicen los autores de la clasificación, se ha dejado llevar por el “statu quo” del ayuntamiento popular de Juan Ignacio Zoido.
Según la consultora, si Sevilla consiguió elevar el reparto modal (porcentaje de viajeros que usan un modo de transporte) de la bicicleta del 0,2% al 7% en seis años, llegar al 15% (de ciudades como Estrasburgo) “no debería representar ningún problema y debería ser una prioridad”.
Un batacazo anunciado
El batacazo no ha supuesto una sorpresa para los ciclistas. Ricardo Marqués Sillero, presidente de la asociación A Contramano, cree que al ayuntamiento de Zoido “le ha faltado imaginación y ambición y le ha sobrado dejadez. El fomento de la bicicleta ha sufrido un frenazo durante esta legislatura y por eso se estabilizado su uso. Hacen falta iniciativas novedosas y no solo el mantenimiento del carril bici”.
Marqués Sillero apunta a los “cuellos de botella” que impiden que más sevillanos se animen a coger la bici: la creación de aparcamientos más seguros y su combinación con el transporte público. Sillero, cuya asociación recibió la Medalla de oro de Sevilla en 2009 por su labor en pro de la bici, apuesta así por más aparcabicis “tanto en origen como en destino”: patios de vecinos, colegios, puestos de trabajo y centros comerciales. Que la bicicleta sea fácil de usar tanto para los niños como para los adultos y no teman que les roben su vehículo.
El ranking valora especialmente la apuesta por medidas innovadoras que incrementen el número de usuarios. El uso combinado de bicicleta y transporte público, las ciclocalles o las pacificación del tráfico se encuentran entre las medidas que han permitido que Sevilla se vea adelantada por ciudades como Estrasburgo, Eindhoven, Malmö, Nantes, Burdeos o Antwerp, mientras Barcelona y Berlín le pisan los talones.
Copenhague: medalla de oro
Copenhague ha dado la sorpresa al arrebatarle el primer puesto a Ámsterdam, que, al igual que Sevilla, se ha dejado llevar también por la inercia del statu quo. Lo ha logrado incrementando el reparto modal un 9% en tan solo dos años: uno de cada dos kobmendenses se mueve hoy en día en bicicleta.
La capital danesa no solo cuenta con una red “uniforme” de carriles bici, sino que ha apostado por innovaciones como un puente sobre la autovía, otros dos sobre el canal y “la serpiente ciclista”, una bella 'autovía’ ciclista que serpentea sobre las aguas de su puerto. Eindhoven, en el quinto puesto, ha conseguido, por su parte, convertir una rotonda flotante para ciclistas (la primera del mundo) en todo un icono de la ciudad.
Sevilla, según los expertos, debería seguir “construyendo, desarrollando e invirtiendo” en la bicicleta para no convertirse en una ciudad que hizo algo “genial” sino que sigue apostando por “hacer cosas importantes” sin importar las siglas que gobiernan su ayuntamiento.