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Un festival de cine “que llegará a los barrios” de Sevilla siembra el desconcierto en el sector

En sus casi veinte años de vida, el Festival de Cine Europeo de Sevilla no ha conocido una edición tan incierta como la de 2023. Si el pasado mes de agosto se convertía en trending topic por el anuncio del Ayuntamiento hispalense de moverlo en el calendario a la primavera -decisión que fue rectificada poco después, anunciando una edición “especial”-, los siguientes pasos no han sido mucho más tranquilizadores. Incluso ha llegado a cundir la idea de que finalmente no se celebraría, rumor que desmentía esta semana el propio Consistorio en un comunicado en el que, sin mencionar en ningún momento al director del certamen, Tito Rodríguez, confirmaba las fechas -del 24 al 29 de noviembre- y anunciaba su lema: El Festival de Cine sale a la calle y llega a los barrios.  

De hecho, Rodríguez, designado por el anterior alcalde, Antonio Muñoz (PSOE) para sustituir al anterior timonel del festival, José Luis Cienfuegos, no ha hecho declaración alguna a la prensa desde que estalló la polémica del cambio de fechas, y actualmente se encuentra de baja laboral. La portavoz única del Seff ha sido la delegada de Cultura del Ayuntamiento sevillano, Minerva Salas, quien ha confirmado que las proyecciones se celebrarán, como viene siendo habitual, en las salas de Cine Sur Nervión Plaza, la gala inaugural se trasladará al Auditorio de Fibes y “en las próximas semanas se dará a conocer la programación al completo del Festival, desarrollada por un equipo de trabajo multidisciplinar y que ha contado en todo momento con el asesoramiento y el apoyo del sector”.

También se ha anunciado que la sección Panorama Andaluz cobra especial protagonismo este año, mientras que la sección Panorama Europa “conjugará obras de cineastas de renombre con títulos de artistas emergentes. Asimismo, la sección dedicada a familias experimentará una renovación importante y continuará la apuesta del Festival por la participación en el proyecto Ventana Cinéfila así como por un calendario paralelo de encuentros, ponencias y clases magistrales”.

Contratiempos e imponderables

La propia Minerva Salas, tras mantener una reunión de trabajo con representantes del sector audiovisual, subrayó “la apuesta indiscutible del Gobierno municipal por esta cita” y destacó “la labor del equipo de profesionales que viene trabajando sin descanso para sacar adelante esta edición del festival a pesar de los contratiempos sobrevenidos”.

Entre esos representantes se encuentra el presidente de la Asociación Andaluza de Productoras de Cine de Ficción, Documental, Animación y Seriado. Productoras asociadas (Ancine), José Alba, quien comenta que “tuvimos una reunión ayer [por el martes] y se habló de qué se va a hacer en esta edición, pero no realmente de un nuevo enfoque de futuro, más allá de las cuatro pinceladas que salieron de nuestra primera reunión. El tema de los barrios, enmarcado en lo de abrir el festival a la ciudad y a la gente, nos parece genial, pero no tengo detalles más precisos de cómo se va a implementar”.

Otra de las personas consultadas, el director de festivales Enrique Iznaola, cree que se ha abatido sobre Sevilla “la tormenta perfecta, con un cambio de director, un cambio de programación y la coincidencia de eventos importantes en la ciudad”. No obstante, aplaude el hecho de que el Consistorio haya abierto la escucha al sector: “Ha habido imponderables de tiempo que han obligado a replantear la cita, pero dentro de la coyuntura se ha intentado hacer el mejor festival posible, tratando de hacerlo más cercano a la gente. Hay aún tiempo de sobra para hacerlo bien”.

“Final de viaje”

Por su parte, la presidenta de la Academia andaluza de Cine, Marta Velasco, se ha limitado a señalar que “estamos muy satisfechos con la celebración del Festival de Cine de Sevilla, que a lo largo de dos décadas se ha consolidado como un prestigioso punto de encuentro europeo para Sevilla y Andalucía. Mantenemos así nuestro compromiso con este gran proyecto cultural y con el sector audiovisual andaluz, español y europeo”.

Desde otros ángulos del sector, sin embargo, no se considera que haya demasiados motivos para la satisfacción, toda vez que el Seff 2023 ha empezado con un traspiés. Además, proliferan las dudas sobre cómo será esta próxima edición y de qué modo se llevarán las proyecciones a esos barrios que, en principio, no cuentan con equipamientos adecuados. “Me entristece todo lo que está pasando”, comenta el productor y cineasta malagueño Carlos Taillefer. “Ojalá me equivoque, pero cuando en un festival ocurren estas movidas, tiene su tiempo contado. Una vez más, los políticos demuestran el desprecio y la falta de voluntad para apoyar de verdad la cultura. Perdiendo lo singular y específico del Festival, Sevilla puede convertirse en el nuevo final de viaje, como ocurrió en Benalmádena”.

En cuanto a la programación en barrios, lo tacha de “pura demagogia. ¿Vas a meter de repente películas en idiomas variados con subtítulos en español? Si lo hiciera el Festival de Cine español de Málaga, sería una magnífica idea, pero, ¿cine de Autor y poco habitual en los barrios? Es una barbaridad, un despropósito”.

Inquietud justificada

El cineasta Jesús Ponce, junto a María Limón, fueron los primeros en plantear una plataforma ciudadana en defensa del festival, que finalmente cedió la voz a otros interlocutores. Sin embargo, reconoce que “toda la profesión tiene cierta y más que justificada inquietud, porque el Seff es la primera opción de escaparate que tenemos los que hacemos cine en Andalucía. Hay miedo a manifestarse, pero creemos que las cosas pueden y deben hablarse abiertamente. Por ejemplo, pedir que nos expliquen exactamente qué va a pasar con el festival”.

Para Ponce, “a los distribuidores ya se les ha descuadrado la agenda, y el que va a Venecia o a Toronto ya no vendrá a Sevilla, porque se han movido las fechas. Lo de llevar el cine a los barrios es el sueño de los que hemos mamado cine, pero ya no hay cines de barrio. ¿Cómo van a poner una película de Béla Tarr en Pino Montano? No sabemos nada, solo que tenemos un director de baja, un Ayuntamiento cuyo máximo representante nunca ha pisado el Seff, y unos cines, los Nervión, que han reducido salas”.

“No es tanto ponernos en pie de guerra”, concluye el director, “como preguntar a qué nos vamos a atener. Porque, ¿cuándo se ha abierto la convocatoria para participar? ¿Dónde se presenta? ¿Qué pasa con el presupuesto inicial? ¿Dónde está? Se van dando pequeñas gotitas para llenar el vaso, pero no hay una propuesta concreta. Al final, creo que no hay tanto interés en hacer daño al festival, como desinterés por el contenido de éste por parte de los políticos en el poder”.  

Por último, el Pleno del Ayuntamiento de Sevilla, reunido esta semana en sesión ordinaria, ha aprobado por mayoría absoluta (con los votos del PSOE, Con Podemos-Izquierda Unida y Vox), una moción del Grupo Municipal Socialista que insta al alcalde José Luis Sanz (PP) a parar la “destrucción” de la agenda cultural de la ciudad. Uno de los puntos de dicha moción se refiere precisamente al Seff, y en él se reclama “mantener el espíritu y la filosofía, su apertura a nuevas tendencias, el fomento de la diversidad cultural y el apoyo a la creación andaluza y sevillana, potenciando su proyección internacional”.

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