La reapertura del cine más antiguo de Sevilla ha pasado de ser una quimera, “una ilusión”, a rozar ya la categoría de “certeza”. Por primera vez después de tres años con las puertas cerradas y la persiana echada, este jueves el Cervantes ha vuelto a poner en funcionamiento su proyector para escenificar que “el cine se va a abrir, pero todavía quedan pasos por dar”.
Esos pasos a los que alude Segismundo Hernández, presidente de Unión Cine Ciudad (empresa que gestiona esta emblemática sala de la calle Amor de Dios), se corresponden con la renovación del espacio y, sobre todo, con la necesidad de concretar la vía de colaboración que puede dotar de solvencia al proyecto de reapertura con la ayuda de las administraciones.
A este respecto, Hernández ha indicado que “el Ayuntamiento tiene en la mesa tres líneas de actuación para apoyar la apertura”. Y “en cuanto se cuantifique esa colaboración, definimos la fecha ya”, ha aseverado el responsable de gestionar este edificio de enorme valor patrimonial y emocional en la ciudad, durante un acto organizado en la propia sala por la plataforma 'Cervantes es Cine', con objeto de informar del punto en el que se encuentra “la operación de rescate”, que sigue con el 18 de octubre como fecha en el horizonte.
Dicho acto ha arrancado con una breve proyección que ha servido para escenificar la intención de retomar la actividad en esta sala histórica, que en marzo de 2020 apagó sus luces y con ellas, las esperanzas de volver a disfrutar de esta “singular” sala. Así pues, un fragmento del entrañable Cinema Paradiso junto a la icónica banda sonora de Ennio Morricone han servido tres años después para devolverle al Cervantes la “magia” que durante décadas impregnó sus pasillos y cautivó a los espectadores.
A continuación, sobre el escenario del que fuera otrora un teatro desde 1873 hasta 1953, han desfilado algunas de las figuras que encabezan el proyecto de recuperación del espacio: Marta Maldonado y Rafael Jurado como promotores de la plataforma que se ha encargado de canalizar “lo que era un reclamo de la ciudad”; Joaquín Egea, portavoz de la Asociación de Defensa del Patrimonio de Andalucía (Adepa), que se ha encargado de poner en valor la importancia - material e inmaterial - que encierra este inmueble, cuya historia se remonta a la primera República española; y el ya citado Segismundo Hernández, que ha reafirmado su voluntad de conceder una segunda oportunidad a este emblema de la capital hispalense.
Junto a ellos, en el patio de butacas, observaban en primicia los primeros pasos de este proyecto de reapertura personalidades del mundo de la cultura, representantes de la Academia de Cine de Andalucía, miembros de la familia Hernández (propietaria del inmueble), así como autoridades y miembros del Gobierno municipal, representado en Isabel Ojeda, directora de cultura de Sevilla, y la teniente de alcalde Sonia Gaya. En definitiva, una representación de los actores que la plataforma cultural 'Cervantes es Cine' se propuso aunar cuando echó andar en febrero para rescatar la sala más antigua de Sevilla.
Desde entonces, han logrado recabar el “apoyo masivo” del sector cinematográfico andaluz, sumar el respaldo de la sociedad civil con más de 5.000 firmas y paralizar el desmantelamiento al que estaban abocadas estas instalaciones. Gracias a este impulso, la empresa que decretó el cierre a finales de 2022 tras años de pérdidas, se ha puesto a trabajar para encontrar la fórmula que garantice la viabilidad de la sala durante la nueva etapa que se pretende iniciar con el inmueble renovado. En este sentido, el presidente de Unión Cine Ciudad ha explicado que van a dotar la sala “de una singularidad que no va a tener ninguno otro cine en la ciudad”. Para ello, van a invertir 100.000 euros destinados a “resanar el techo, los suelos y las paredes”, que han sufrido “desperfectos estéticos” por el desuso, y que servirán también para mejorar el equipamiento técnico de la sala, con una nueva pantalla y equipos de sonido.
A estas actuaciones, la empresa gestora suma un segundo ámbito que se debe acometer para la puesta a punto del proyecto: la necesidad de alcanzar “un modelo de colaboración” que asegure el mantenimiento de la actividad cinematográfica del edificio. De ahí que hayan lanzado la pelota al tejado del Ayuntamiento de Sevilla con tres líneas de colaboración, que el propio alcalde de la ciudad, Antonio Muñoz, también ha barajado. La primera de ellas contempla convertir el Cervantes en sede del Festival de Sevilla con ciclos complementarios que se desarrollen a lo largo del año. Otro posible escenario es el de incorporar el edificio catalogado como BIC (Bien de Interés Cultural) a la lista de comercios históricos de Sevilla, “de forma que se bonifiquen los impuestos municipales en gran medida”, como ha apuntado el presidente de Unión Cine Ciudad. Y, por último, se estudia también la posibilidad de alternar la explotación comercial de la sala con una programación cultural diseñada por la plataforma y por otras instituciones públicas.
Mientras se perfilan estos detalles decisivos, los agentes implicados en la reapertura dan por hecho que el Cervantes va a celebrar su aniversario el próximo otoño “con el local abierto y en pleno funcionamiento”. Pero también ponen el foco en la necesidad de encontrar un modelo de negocio, que cuente “con el respaldo de las instituciones” y pueda garantizar que la historia del Cine Cervantes no vuelve a sufrir un giro de guion como el que hace unos meses casi pone fin a sus 150 años de historia.
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