La Junta hará un tramo del metro de Sevilla por su cuenta sin esperar al Gobierno para así usar fondos europeos

Antonio Morente

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Era difícil que la cuestión del metro de Sevilla no entrara en la campaña electoral andaluza, y efectivamente así ha sido. Si la resurrección del proyecto arrancó en enero en un clima de aparente buen entendimiento que luego se fue torciendo, este martes se acabó definitivamente la buena sintonía política entre Junta de Andalucía y Gobierno. De la escenificación se encargó el presidente Juan Manuel Moreno (PP), que anunció la intención de no esperar más al Ejecutivo central y asumir directamente la obra de la mitad del trayecto cuya financiación estaban negociando las partes. Detrás de esto, al margen de una demora eterna, subyace la intención de la Junta de pagar estos trabajos con fondos europeos, algo a lo que se niega el Estado, que insiste en que las ayudas que se apliquen se descontarán de lo que tiene que poner cada uno.

Moreno ha venido a decir que están hartos de esperar al Gobierno y que se lían la manta a la cabeza, asumiendo con presupuesto propio la mitad del tramo norte de la línea 3, la segunda que se pondrá en marcha del metropolitano sevillano tras la 1 inaugurada en 2009. En concreto, la Junta acometerá el ramal técnico (de hecho, anuncia que la licitación puede ser cuestión de días) y los subtramos que van de la barriada de Pino Montano a la muralla de la Macarena, 5,59 kilómetros en total. Hablamos de una inversión de 566 millones de euros sobre un presupuesto global de 1.045 millones, un total en el que se incluyen los 45 millones que deberá poner la administración autonómica para pagar los trenes.

El argumento para dar este golpe en la mesa es que el Ejecutivo central todavía no ha respondido (alega que lo está estudiando) a la propuesta de convenio que se le hizo llegar a principios de abril, pese a que se le ha insistido sobre la cuestión en varias ocasiones. “Sevilla no se puede permitir esperar los tiempos del señor Sánchez [Pedro Sánchez, presidente del Gobierno], que son tiempos largos y complejos”, subrayó Moreno en el marco de un encuentro informativo organizado por Europa Press Andalucía, quien abundó en que “nos hemos cansado de que se juegue al gato y el ratón con Sevilla”. De paso, dejó su “compromiso” de licitar en 2023 la actualización del proyecto de la línea 2, que discurre entre Sevilla Este y la Cartuja.

A vueltas con el convenio

¿Significa esto que se rompe la baraja definitivamente? No lo parece, porque la envergadura de un proyecto de este tipo desaconseja ponerse en marcha sin un convenio entre las administraciones implicadas. Horas después, el delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández (PSOE), insistía en que la financiación de la línea 3 “está absolutamente garantizada”, y que es “cuestión de días” que el Ministerio de Transportes devuelva una propuesta del famoso convenio. “Que no le den más vueltas”, reclamaba.

De paso, reiteraba la fórmula de que por cada euro que ponga la Junta para el metro, el Estado aportará otro euro. Eso sí, avisaba de que si la Consejería de Fomento tira de ayudas europeas, esa cantidad “se deducirá de la cuantía y el resto que quede se pagará al 50%”. Es decir, que ya avisa de que el Gobierno central se mantiene en sus trece de que no pueden utilizarse fondos Feder, que son en concreto a los que quiere acogerse el Ejecutivo autonómico argumentando que forman parte de su presupuesto propio.

Tras un primer encontronazo en abril, el Ministerio de Transportes ya acusó a la Junta de querer meter dinero europeo para así reducir su aportación directa “o incluso que toda ella sea con este mecanismo”. Esto, desde su punto de vista, es un disparate porque podría darse la circunstancia de que “la totalidad de la actuación fuese sufragada por el Ministerio y estos fondos, sin que existiese aportación directa autonómica”, algo que “parece poco lógico teniendo en cuenta que la actuación es de competencia exclusiva de la Junta”.

A la espera de futuros presupuestos

Así que lo único que parece claro en este momento es que podría ser cuestión de días que se licitase el ramal técnico con el que arrancarían las obras, para lo que la Consejería de Fomento sí reservó presupuesto. A partir de ahí está por ver si el envite de la Junta va en serio, para lo que habrá que esperar a ver qué se consigna en los futuros presupuestos, aunque por lo pronto se desconoce qué cantidad de fondos Feder se utilizarán y cómo será su desglose por anualidades.

En todo caso, hablamos de un proyecto que lógicamente no es de hoy para mañana, de hecho en el proyecto que la Consejería de Fomento hizo llegar al Ministerio se hacía una previsión de inversión a siete años vista. El tramo norte de la línea 3 tiene un total de 8,9 kilómetros –incluido el ramal técnico– que conectarán la barriada de Pino Montano con el Prado de San Sebastián, con 12 estaciones que darán servicio a un área con 120.000 habitantes y con una previsión de 13,3 millones de viajes al año. En paralelo, se sigue trabajando en los sondeos para determinar cómo será el trazado del tramo sur, que irá del Prado a la barriada de Bellavista. Una infraestructura gigantesca y largamente esperada en Sevilla, de ahí que fuese muy difícil que no se viese afectada por la carrera electoral ya lanzada a toda velocidad.

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