Molotov tiene tatuada la palabra irreverencia en la garganta. La banda mexicana lleva 28 años disparando los decibelios en cada concierto con su humor corrosivo y sus punzantes canciones, lanzadas desde el escenario como explosivos contra el poder político y económico. Ahí es donde el cuarteto formado por el baterista estadounidense Randy “El gringo” Ebright, el guitarrista Ismael “Tito” Fuentes, el bajista Miguel Ángel “Micky” Huidobro y el vocalista Juan Francisco “Paco” Ayala se siente cómodo. Fuera de él, “sexo, drogas y rock and roll”. Pero también, “cuestionar el sistema” para poder crear después canciones como Gimme the Power, que desde 1997 se ha convertido en un himno que acompaña las movilizaciones contra la clase política, dentro y fuera de su país.
Ese es precisamente el tema que recuerda el taxista que nos lleva hasta la cita con la banda, que ha aterrizado en Sevilla para asistir como nominada a la primera edición de los Grammy Latinos que se celebra fuera de Estados Unidos. “Ah, sí, Molotov... esa gente cantaba lo de dame todo el poder, ¿no?”, continúa curioso el conductor, tras interesarse por nuestra entrevista en la terminal de cruceros del Puerto de Sevilla, en el Muelle de las Delicias, donde Warner ha instalado su escenario particular durante la Semana Latin Grammy. Allí, apenas 24 horas antes de subir a recoger el premio al mejor Álbum de Rock por su último trabajo 'Sólo D'Lira', se produce el encuentro con SevillaelDiario.es, 45 minutos después de la hora acordada. Nos reunimos finalmente con la banda (por tiempo limitado —“tienes 10 minutos”—) en una terraza improvisada junto al río Guadalquivir, con jamón perfectamente cortado sobre la mesa y con algún corte también en la conversación, relacionado con el acento o la falta de atención.
Su rebeldía e irreverencia nace del clima social, del contexto político de los años 90, pero sus canciones conservan plena vigencia. ¿Nada ha cambiado?
Tito: Por desgracia no.
Micky: Mucha gente podría hasta decir que son un refrito de ustedes mismos o alguna cosa así, pero yo creo que la situación es la que no cambia. La música la vamos cambiando, la vamos actualizando y vamos, de alguna manera, comentando y dejando como una foto histórica en música de lo que pasa en nuestro entorno. Creo que eso es muy importante como músico, trascender con tu música para que persistas a otras generaciones y dejes un documento de lo que hiciste tú en tu vida.
Ya entonces en su tema legendario Gimme the power abogaban por “arrancar el problema de raíz, y cambiar al gobierno de nuestro país”. 26 años después, ¿cómo sigue el problema?
Paco: Lo social sigue igual. Lo interesante es que hoy por hoy esas personas que en el 97 cantaban esa canción saliendo de la escuela, ahora van con sus hijos, con sus sobrinos. O sea, estas nuevas generaciones que captaron el mensaje recientemente, el mensaje de nuestras rolas [canciones], pues conectó muy bien porque son, por desgracia, temas que siguen en la actualidad sin resolverse, sin avanzar, sin nada, ¿no? Entonces se convierte ya en una cuestión de empatía, de molestia. Y esas nuevas generaciones pues tendrán de alguna manera vitalidad.
Con los referentes de hoy día, la relación con la música ligada a las redes sociales, ¿están las nuevas generaciones preparadas para escuchar a Molotov?
Micky: no sé si están para escucharlo porque sí, si lo escucho nada más en un teléfono esperando la respuesta que tienes con un tiktoker, no, no, ahí no está la respuesta. No, yo creo que Molotov está en un escenario. A Molotov hay que ir a verlo a donde toca. Es padre tener la referencia de un disco y que lo puedas llevar hasta tu casa a través de una plataforma en la que está subido todo el día. Lo que sea. Pero realmente donde te la vas a pasar bien y vas a escuchar mejor a la banda es en un en vivo.
Randy: Por ejemplo, hay gente que escucha música sin tanto mensaje, sin tanta sustancia. Pero si ves que en cualquier lado de Latinoamérica, en alguna manifestación, la música que siempre traen en el altavoz es un Gimme the power.
Efectivamente. De hecho, sus canciones has sonado como himnos en las movilizaciones de hispanos en Estados Unidos.
Randy (asintiendo): Un himno multigeneracional.
¿Y alguna vez les han dicho que si forman un partido político les van a votar? ¿Se lo han planteado?
Micky: No, nosotros no nacimos narcisistas.
Tito: Lo nuestro es la música. Pero si algo criticamos justamente es el sistema político.
Randy: Y el personaje narcisista que sintió que nació para gobernar.
Han sido muy críticos con líderes políticos como Trump, ¿hay alguno actualmente que les preocupe en particular?
Micky: Sí, un Donald Trump.
Randy: Yo creo que no es tanto a quien irle. No creo que haya un personaje que diga “está bien”. Es más que hay como un perfil de loquera, de psicosis, que va directamente con el perfil del político. No importa el partido.
Paco: Todos van a hablar y tirar mensajes que ni entienden, ni se los creen, ni van a ser ciertos. Gente que es muy falsa. Entonces tiran un mensaje que por supuesto genera empatía en la sociedad.
Tito: Todos son iguales.
En España se respira estas semanas un ambiente social y político tenso desde que el presidente, Pedro Sánchez, pactó con partidos independentistas la tramitación de una ley de amnistía para garantizar la investidura. ¿Han seguido la situación?
Micky ¿Qué? No escuché nada, perdóname.
Paco: No sabemos.
Randy: Pero una de las últimas veces que nos tocó venir acá había un movimiento, ¿cómo se llamaba? ¿Los cabreados?
Micky: Ni se dio cuenta.
Paco: Estaba drogado.
Randy: No güey, fue un movimiento muy grande... ¡Los indignados!
Eso es. Y Molotov, después de casi tres décadas en la música, saca nuevo disco, Solo d'Lira, que conserva ese espíritu guerrillero y reivindicativo que la caracteriza como banda. ¿Se sienten con las mismas ganas que en sus inicios?
Micky: De alguna manera nos sentimos responsables de mandar este tipo de mensajes. Es responsabilidad del rock and roll, digamos, cuestionar el sistema, señalar a ciertas personas, señalar aquí y allá, diferentes situaciones. De eso va esto. Por otro lado, está la fiesta, la pachanga, el sexo, drogas y rock and roll. Pero creo que si hay alguien que puede reclamarle al sistema es una banda de rock. Yo veo situaciones en las que políticos hacen un esfuerzo extraordinario por llenar una plaza de gente y una banda de rock lo va a hacer muy sencillamente.
Sin embargo, cuentan en su repertorio con temas que han suscitado polémica y levantado ampollas en más de una ocasión.
Todos señalando a Tito: Las de él.
Le señalan directamente.
Tito (estaba mirando al río sin prestar atención): ¿Qué?
Decía que tienen temas como Puto o Frijolero que se han malinterpretado. ¿Por qué creen que a veces se hace una lectura errónea de sus canciones?
Tito (de vuelta a la conservación): ehh... bueno, verás. Puto, por ejemplo, la escribes en un contexto que te da ese slang [jerga] en el que quería decir cobarde, no necesariamente apuntaba a una cuestión homofóbica. Ahora que la humanidad ha evolucionado a los derechos de cada una de las personas, exactamente como se le pegue la gana hacer, que me parece muy correcto, parece una canción homofóbica o que critica lo que no es cierto. Era como la cobardía hacia los partidos políticos, etcétera. El contexto lo dice todo.
¿Cuál dirían que es el tema más polémico del nuevo álbum?
Micky: No olvidamos.
Randy: Sí, No olvidamos.
Micky: Ahí estamos mencionando prácticamente a los personajes con nombre y apellido...
Randy: De los presidentes.
Micky: Y la huella que dejaron tan ridícula con hechos que ahí se muestran. Y a veces solo esa mencioncita, esa repasadita de dos, tres segundos...
Randy: De los expresidentes de México.
Micky: Te hace recordar ese momento y esa situación, que a nuestros padres les tocó vivir, mucho más complicada que a nosotros.
Y qué me dicen de su Quiten el Trap. ¿Lo cantarían en la gala de los Latin Grammys delante de algunos de sus principales exponentes?
Paco: Me encantaría.
Randy: Es una sátira. Era muy chistoso porque teníamos a alguien en el estudio que sí era trapero o reguetonero de verdad y ahora se lo decimos sin pelambres en la lengua. Él se reía también.
¿Sienten que la gente se ofende más ahora que cuando empezaron?
Paco: Sí, está muy sensible. La música da ideas, cuenta historias y manda mensajes. A la gente no le gusta entender tan rápido esos mensajes, entonces se confunden muy rápido y se deforma todo. Por eso creemos que el escenario y el en vivo siempre va a ser lo nuestro. Tiras el mensaje, no hay censura.
De hecho, han sido muy críticos con la cultura de la cancelación, con la censura y la autocensura que se ha impuesto para quien se escapa de los límites de lo políticamente correcto. ¿Alguna vez han desechado alguna idea por considerar que era too much?
Todos: No, ¡imagínate!
Tito: La censura es una basura, la autocensura todavía más.
Para terminar, buscándole el lado positivo a su tema No olvidamos, donde cantan “aquí solo recordamos”, ¿pueden recordar un momento de su carrera que no olvidan?
Tito: No. Ya olvidé (ríe).
Micky: Maldito alcohol.
Randy: Yo creo que las vueltas que hemos dado a todos los países...
Tito: Es inolvidable la carrera.
Randy: Hemos tocado en Rusia, en toda Europa, en Canadá, Estados Unidos, Sudamérica...
Micky: Sí, hay cosas inolvidables. Siempre hay un show chusco [divertido]...
Randy: El primer concierto que hicimos fuera de México fue teloneando a David Bowie.
Micky: Por ejemplo, una vez tocamos en Bolivia y nos quitaron el escenario y entonces tenía que pasar la gente a escuchar un cachito de canción y esas pendejadas. Desfilaban como si fuera un museo.
Todos: Inolvidable.