Operación Setas con los turistas: cómo sacarlos del centro y llevarlos a otras zonas de Sevilla

Cuando se levantaron las Setas en la Encarnación (oficialmente conocidas como Metropol Parasol) y ante la avalancha de críticas por la enorme inversión que suponían, uno de los argumentos que se esgrimió fue que los turistas empezarían a ir a una parte de Sevilla a la que sólo se asomaban si se perdían. Aquello no se puede decir que no fuese verdad, porque turistas los hay (otra cosa es que el coste del inmueble superase los 120 millones de euros), así que ahora se quiere repetir la fórmula con otros dos enclaves de la ciudad: la zona norte (lo que sería un eje desde el centro hasta la Macarena) y Triana. 

Como ya no se manejan los dineros de la época de las Setas, la iniciativa se incluye en el nuevo Plan Turístico de Sevilla, que se prolongará hasta 2024 y que tiene un presupuesto de casi cinco millones de euros que ponen a medias Ayuntamiento y Consejería de Turismo. Lo de sacar turistas del centro es el sueño de cualquier ciudad, aunque aquí se confía en que hay materia prima suficiente: Triana tiene marca propia, aunque por ahora le luzca poco turísticamente hablando, y en la zona norte se acumulan atractivos que, bien vendidos, desde el Consistorio creen que pueden cazar visitantes.

El ejemplo de Santa Paula

Rumbo a la Macarena, por ejemplo, sale una ruta con un conjunto de iglesias mudéjares, el barroco exagerado de San Luis de los Franceses, las murallas, la basílica con su museo y el Parlamento. A esto se sumaría el monasterio de Santa Paula, donde se realizó la presentación de este plan porque resume parte de su filosofía, al ofrecer turismo religioso, patrimonio, arte, artesanía y repostería.

Lo cierto es que Sevilla sigue haciendo sus cuentas turísticas dando por hecho que el frenazo impuesto por el coronavirus será temporal, que después se recuperará como si esto hubiese sido un desagradable paréntesis. El alcalde, Juan Espadas (PSOE), que acudió al acto junto al vicepresidente de la Junta, Juan Marín (Cs), apela en este sentido a una “reacción sólida” ante la actual situación de ruina turística, de la que “hay que ser capaces de salir adelante siendo más fuertes”.

“Productos turísticos innovadores”

Por eso, el regidor hace hincapié en que no estamos ante un plan diseñado por las administraciones desde los despachos, sino que ha atendido las sugerencias y consideraciones de 42 entidades empresariales, sindicales, culturales y comerciales. El objetivo de Sevilla es ofrecer una oferta diversificada pero que hunda sus raíces en las que se consideran sus fortalezas: patrimonio, cultura, calidad e innovación,

Esto último debería traducirse en la creación de productos turísticos innovadores, muy asociados a las experiencias, y la creación de clubes de productos, que es como se llama a cuando se aglutina la oferta de distintas empresas de un mismo segmento. ¿Y en cuáles se quiere poner el acento? Pues en campos como el turismo religioso, idiomático, deportivo, de compras y lujo, LGTBI… Todo ello se adobaría con otras medidas como un plan para la accesibilidad universal, incluyendo la cognitiva, visual y auditiva.

Alianza con los ciudadanos

Aunque para novedad, la invitación que se hace a establecer una alianza con los residentes en la ciudad, con la intención (incide el Consistorio) de fomentar la convivencia y la sostenibilidad del destino. Un paso en este sentido se daba en paralelo con la aprobación de las nuevas medidas de regulación de los pisos turísticos, que a partir de ahora (la medida no tiene carácter retroactivo) se regularán como si fueran establecimientos hoteleros.

Esto, por lo pronto, condiciona los trámites a realizar y los requisitos a cumplir para conseguir la oportuna licencia. La iniciativa salió adelante en el Consejo de la Gerencia de Urbanismo con los votos de PSOE, Adelante Sevilla y Ciudadanos, con lo que tiene garantizada su correspondiente aprobación en el pleno municipal.