Este es un espacio donde opinar sobre Sevilla y su provincia. Sus problemas, sus virtudes, sus carencias, su gente. Con voces que animen el debate y la conversación. Porque Sevilla nos importa.
Merecemos más
Queridos políticos sevillanos, disculpad que os escriba así en grupo, al mogollón, sin distinciones, pero lo que hoy me pide el cuerpo es, sinceramente, opinión de brocha gorda y trazo grueso.
Voy a empezar por lo último. Recién concluida esta accidentada y lluviosa Semana Santa, una de las cuestiones que más me han llamado la atención es que el acceso a la estación de Metro de Puerta Jerez, uno de los puntos neurálgicos de salida del centro de Sevilla, haya estado bloqueada toda la semana, desde el domingo al viernes, de 13.00 a 2.00, final del servicio.
¿De verdad que el Metro de Sevilla no tiene capacidad, ni articulando los refuerzos necesarios, para asumir el público que demanda el servicio en estas fechas tan señaladas? Asumo que haya momentos de colapso. En tal caso, ¿no se pueden establecer interrupciones intermitentes en la entrada a la estación? ¿Es imprescindible bloquearlo totalmente durante más de 12 horas cada día? Es cierto que Madrid también cierra la estación de Sol en Nochevieja, pero es sólo a partir de las 18.00 horas y por motivos estrictos de seguridad, no de capacidad de la red para gestionar la demanda.
¿Imaginan que, en la lanzadera de Tussam en la Feria, la que lleva de la portada al Prado de San Sebastián, sólo pudieran bajarse los viajeros, pero no subirse para salir del recinto ferial? ¿O que en esta misma Semana Santa, en Barqueta o Puerta Osario no se hubieran podido coger autobuses para salir del centro? Me parece de todo punto inconcebible, la verdad.
La línea 3 está por fin en obras, pero no es previsible que se inaugure (total o parcialmente) antes de 2030
Esta anécdota, que ilustra el insuficiente funcionamiento de la única línea de Metro de la ciudad, me lleva a una consideración mayor: ¿Es éste el suburbano que los sevillanos nos merecemos? El primer tren metropolitano de Sevilla se proyectó en 1969 y, con las obras en marcha y varios kilómetros de túnel ya construido, se tuvo que paralizar en 1981 porque, literalmente, la ciudad se hundía por las excavaciones (Plaza Nueva o Puerta Jerez como ejemplos).
La iniciativa se reactivó en 1999, pero la primera línea, con 18 kilómetros y 21 estaciones entre soterradas o en superficie, no entró en funcionamiento hasta 2009, una década después, ¡y eso que buena parte de los túneles son los que ya se habían construido en los setenta! Y transcurridos 15 años más, nada se sabe de las otras tres líneas incluidas en la red básica actualmente en desarrollo. Sí, la línea 3 está por fin en obras, pero no es previsible que se inaugure (total o parcialmente) antes de 2030. De la línea 2 o la 4 (circular), mejor ni hablamos.
Sería injusto comparar el Metro de Sevilla con el de Madrid, que tiene más de 300 estaciones y otros tantos kilómetros de red, aunque sí cabe reseñar que en estos últimos cincuenta años la Comunidad de Madrid ha creado o ampliado 15 líneas de suburbano y otras tres de metro ligero (tranvía en superficie). Lo que sí deberíamos hacer para evaluar la gestión de esta infraestructura en Sevilla es echar un ojo a la situación en otras ciudades comparables con la nuestra.
El metro de Bilbao tiene tres líneas, 42 estaciones (26 de ellas soterradas) y más de 45 kilómetros de red. Una red desarrollada en apenas 30 años (aún recuerdo a principios de siglo un viaje a Bilbao con el Ayuntamiento hispalense para enseñarnos a un grupo de periodistas cómo iba a ser la infraestructura en Sevilla). En Valencia, la red consta de 160 kilómetros, con 146 estaciones, de las cuales 38 son subterráneas. Todo en los 35 últimos años. En Málaga (y me morderé la lengua para establecer la comparación) hay en servicio dos líneas con 19 estaciones en 14 kilómetros de red, desarrolladas en 13 años.
Es incomprensible que la SE-30 o la ronda supernorte (SE-20) se construyeran no como autovías completas, sino con tramos urbanos con semáforos y pasos de peatones, punto habitual de accidentes y atropellos
El del Metro no es ni mucho menos el único ejemplo. ¿Qué pasa con las obras para el cierre de la SE-40? El segundo anillo viario de la ciudad empezó a construirse en 2007 y estaba previsto que sus 77 kilómetros de longitud entrasen en servicio en 2011 o 2012. Ahora mismo, la previsión es que las obras no concluyan antes de 2030 y lo harán con un puente sobre el río, no con el túnel inicialmente previsto para cuya excavación incluso se llegó a comprar hace más de una década una tuneladora por 37 millones de euros. Sí, esa tuneladora que acabó vendida como chatarra hace un par de años. Demencial.
Item más, es incomprensible que la SE-30 o la ronda supernorte (SE-20) se construyeran no como autovías completas, sino con tramos urbanos con semáforos y pasos de peatones, punto habitual de accidentes y atropellos.
¿Y el Cercanías? ¿Tendremos alguna vez una red ferroviaria local decente? ¿Usaremos algún día la conexión en tren entre Santa Justa y el Aeropuerto de San Pablo? ¿Habrá servicio regular al estadio de La Cartuja cuando haya eventos deportivos o espectáculos? ¿Disfrutaremos de una gestión eficaz de la infraestructura existente? ¿O acaso usted, querido lector, sabía que tenemos una línea circular de Cercanías que funciona en un único sentido? ¿Que si quiere ir de Santa Justa al Palacio de Exposiciones tarda seis minutos y si quiere hacer el trayecto inverso tiene que completar todo el resto de la línea en 18 minutos mínimo?
Sevilla es la provincia con menos inversión pública por habitante en infraestructuras desde 1985
¡Hasta la ampliación del tranvía acumula retraso! Las obras deberían estar terminadas este mes de abril, con más de un año de demora y bastante sobrecoste. Pero vivo muy cerca y, visto el ritmo de los remates, no lo tengo yo muy claro. Finalmente, llegará sólo hasta Luis Montoto, sin la extensión hasta Santa Justa. Pero el servicio no podrá estrenarse puesto que aún no hay fecha para la entrega de los vehículos. Es todo propio de una película de Berlanga. Y la obra del tranvibus a Sevilla Este no ha hecho más que empezar…
Como he advertido al inicio, no quiero hacer distinciones en cuanto a la responsabilidad política de esta desvergüenza histórica. Sevilla es la provincia con menos inversión pública por habitante en infraestructuras desde 1985, según un informe de 2021 de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIREF). ¡Y eso que se incluye buena parte del esfuerzo inversor de cara a la Expo de 1992! Cuatro décadas en las que los unos y los otros han pasado por el gobierno de todas las administraciones competentes, Ayuntamiento, Comunidad Autónoma y Gobierno de España; cuatro décadas perdidas para la cuarta ciudad más grande e importante de España, la capital de Andalucía.
Queridos políticos sevillanos, por favor, tomen nota. No les elegimos en las urnas para dimes y diretes de politiqueo de telediario, sino para que resuelvan los problemas de la ciudadanía, mejoren nuestras condiciones de vida y favorezcan el progreso de nuestra sociedad. Y las infraestructuras son pieza clave para lograr ese desarrollo socioeconómico, para facilitar nuestra movilidad así como para impulsar la industria y la economía. Si ustedes no se preocupan de salvar este déficit inversor histórico, de solucionar este flagrante problema, ¿quién lo hará? Sinceramente, creo que merecemos más.
Queridos políticos sevillanos, disculpad que os escriba así en grupo, al mogollón, sin distinciones, pero lo que hoy me pide el cuerpo es, sinceramente, opinión de brocha gorda y trazo grueso.
Voy a empezar por lo último. Recién concluida esta accidentada y lluviosa Semana Santa, una de las cuestiones que más me han llamado la atención es que el acceso a la estación de Metro de Puerta Jerez, uno de los puntos neurálgicos de salida del centro de Sevilla, haya estado bloqueada toda la semana, desde el domingo al viernes, de 13.00 a 2.00, final del servicio.