Sevilla quiere ser municipio del bien común. Para ello, su alcalde, Juan Espadas, ha suscrito este lunes un convenio marco de colaboración con la asociación andaluza que promueve la Economía del Bien Común (EBC), un sistema económico alternativo al capitalista imperante internacionalmente y que se funda en la dignidad humana, la solidaridad, la cooperación, la responsabilidad ecológica y la empatía. “Intenta cambiar la forma de hacer las cosas y establecer prioridades para el bienestar social de los ciudadanos”, según ha dicho el propio alcalde.
“Es un rompecabezas en muchas facetas, un proceso de larga duración, pero un ejemplo concreto podría ser que el Ayuntamiento, en la contratación pública, diera prioridad a la empresa más ética, más social, más justa, más sustentable, y eso tendría unos efectos inmediatos en la calidad de los puestos de trabajo, un saneamiento de los ecosistemas y la economía local. Paralelamente, tendremos que parar el TTIP, que prevé prohibir la prioridad para la compra local”, ha comentado al respecto Christian Felber, máximo exponente e impulsor de esta doctrina en el mundo.
Espadas, que no ha perdido ocasión para recordar las cláusulas sociales que desde hace unos meses tiene incorporadas el Ayuntamiento de Sevilla en la contratación pública, ha comentado que su adhesión al movimiento implica “un compromiso colectivo donde hay que cumplir compromisos individuales”. A este modelo ya se han 'convertido' 2.200 empresas de 45 países y, en España, 17 ciudades.
Tras La Carolina (Jaén), que hace escasamente un mes se sumó al movimiento, la capital hispalense quiere liderar el proceso en nuestro país (es, junto a Zaragoza, la ciudad más importante de las ya adheridas) desde el cual, según el alcalde, crear su propia matriz del bien común que integre todos aquellos indicadores éticos que mejoren, como fin último, la calidad de vida de los sevillanos al favorecer su implementación en las relaciones con y entre el resto de agentes socioeconómicos en el ámbito municipal a través de sus veinte puntos principales (resumidos al final de esta información).
Para Fernando Dugo, presidente de la Asociación Andaluza de Fomento de la Economía del Bien Común, el Ayuntamiento de Sevilla “es un tractor” y es importante “que asuma esa función de liderazgo” a partir de la cual “participen también instituciones, universidades, cámaras de comercio,... ”Hay que mover a esos colectivos para que esto sea un trabajo real“ y que el bienestar se cree ”de abajo a arriba, con los ciudadanos primero, que son los que saben qué es lo que quieren“. Dugo destaca en Andalucía tres Grupos de Desarrollo Rural y cuatro empresas que han inciado el proceso, resaltando Subbética Ecológica, de Cabra (Córdoba), ya con su balance de bien común.
La Economía del Bien Común propone un nuevo modelo económico, social y político basado en valores esenciales como la solidaridad, la dignidad humana, la justicia social, la sostenibilidad ecológica y la democracia. Plantea, asimismo, un cambio de paradigma desde un sistema donde el principal objetivo es el beneficio económico, alcanzado gracias a la competencia, hacia un nuevo modelo donde el objetivo es el bien común y la herramienta para lograrlo es la cooperación.
Según una encuesta de la fundación Bertelsmann, el 88 por ciento de los alemanes y el 90 por ciento de los austriacos desean un nuevo orden económico. Se trata, pues, de que los principios en los que se basa la EBC se integren en la gestión municipal y en la forma de relacionarse con las empresas. Para ello, este modelo tiene a disposición de empresas y organismos un balance del bien común, “una herramienta holística y completa para ver quién es el mejor en el sentido ético”, ha apuntado Felber respecto a los impactos sociales y ecológicos positivos del balance entre los ciudadanos.
El convenio
Antes del acto de inauguración de los Cursos de Verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) en el Campus de La Cartuja de Sevilla, junto a Felber y la vicerrectora de la UNIA María Dolores Oliver, Espadas ha asegurado querer “diseñar una nueva hoja de ruta para la ciudad de Sevilla” con base a este movimiento, que apuesta también por un nuevo significado del éxito empresarial y que entiende que determinados principios éticos o valores que “deben estar por encima de otros criterios”.
El objeto del convenio es el establecimiento de un marco global de colaboración entre el Ayuntamiento de Sevilla y la Asociación Andaluza para el Fomento de la Economía del Bien Común donde se explorarán las vías de colaboración público-privadas para que el Consistorio hispalense siga el protocolo para la declaración de Municipio del Bien Común, según la propuesta de la Asociación Federal Española para el Fomento de la Economía del Bien Común.
Para ello, se realizará un informe para evaluar la gestión del Ayuntamiento tanto a nivel cualitativo como cuantitativo a través de una serie de indicadores resultantes de analizar los cinco valores de la economía del bien común (dignidad humana, solidaridad, sostenibilidad ecológica, justicia social, transparencia-democracia) con respecto a las relaciones establecidas con diferentes grupos de interés de la ciudad de Sevilla.
La participación ciudadana en este proceso, la divulgación de este modelo entre los agentes económicos y sociales de la capital y la puesta en común de información y experiencias con otros municipios que lo hayan adoptado son otras de las claves recogidas en el convenio.
“Una nueva óptica”
Espadas ha asegurado que este acuerdo “es un primer paso para el avance del bienestar global al instaurar la EBC en un ámbito local, para, desde ahí, ir extendiéndose al ámbito regional y nacional, desde un marco estratégico no individual, sino colectivo; fruto de la colaboración que se generará a partir del convenio”.
El regidor sevillano ha avalado la EBC como “una alternativa para paliar el proceso de crisis, o de estafa como algunos dicen, que estamos viviendo, que da respuesta a lo que muchos hemos peleado durante años que es cambiar la concepción de la riqueza como un indicador del PIB, por la de elementos intangibles basados en criterios de desarrollo humano”.
Este nuevo modelo económico “propone una nueva óptica donde la dignidad, la democracia, la transparencia o la justicia en el mercado cobran mayor relevancia y en base a él queremos diseñar una nueva hoja de ruta para la ciudad de Sevilla”, ha declarado Espadas.
La hoja de ruta que plantea desde el consistorio se basa en tres puntos: “aprovechar el convenio con la asociación de la EBC, que a través de su delegación andaluza desarrollará colectivamente iniciativas de desarrollo social para, en un segundo paso, medir esas actuaciones de servicio público que se ha prestado para ver el progreso conseguido y derivar en un tercer último paso, basado en la difusión de los resultados obtenidos para que genere un debate público sobre la EBC y la necesidad de aplicar mecanismos alternativos para transformar la realidad”, según explicó el alcalde.
En este sentido, ha querido poner un ejemplo concreto, que ya se lleva aplicando en el consistorio hispalense, basado “en dar prioridad a la hora de conseguir un contrato público a empresas que cumplan con los principios de la EBC”. “Este convenio supone un proceso enormemente ambicioso, al cual no tenemos ningún miedo, y este acto no viene a ser una pose, sino un compromiso de entrar en un debate que pueda contar con nuestro mayor recurso, el capital humano”, declaró.
En esa línea, el concejal de Participa Sevilla en el Ayuntamiento hispalense Julián Moreno ha pedido a Espadas su apuesta expueste este lunes “se transforme en hechos y no se quede en una mera foto”. A través de un comunicado, Moreno pide hechos como que el Ayuntamiento de Sevilla no firme ningún contrato ni tenga ningún tipo de relaciones con empresas contrarias a estos principios. “La apuesta por la 'revolución pendiente' de la economía circular o la firma de la declaración de la ciudad como municipio del bien común son algunos de los grandes gestos que Juan Espadas ha hecho como alcalde para mostrar su cariz más innovador y económicamente responsable, pero la realidad de su gestión está muy lejos de estos postulados”, indica el edil, presente en el acto.
1. // La Economía del Bien Común se basa en los mismos valores que hacen florecer nuestras relaciones.
2. // El marco legal económico experimenta un giro radical, cambiando las reglas del juego de afán de lucro y competencia por cooperación y contribución al bien común
3. // El éxito económico no es medido por indicadores monetarios como el beneficio financiero o el PIB, sino con el balance del bien común (a nivel de empresas) y el producto del bien común (a nivel de sistema).
4. // Las empresas con buenos balances del bien común disfrutarán de ventajas legales.
5. // El balance financiero será el balance secundario. El beneficio financiero pasa de ser fin a ser medio.
6. // El crecimiento económico deja de ser un fin. Como el beneficio financiero es ahora un medio, las empresas pueden elegir su tamaño óptimo.
7. // Existiendo la posibilidad de aspirar sin miedo al tamaño óptimo, habrá muchas empresas pequeñas en todas las ramas. Como no tienen que crecer más, les será más fácil cooperar y practicar la solidaridad.
8. // Las diferencias de ingresos y patrimonios serán limitadas: ingresos máximos de, por ejemplo, 20 veces el salario mínimo. Los márgenes exactos deberán ser definidos democráticamente en una asamblea económica.
9. // En grandes empresas a partir de un elevado número de empleados los derechos de decisión y propiedad pasan parcial y progresivamente a los empleados y ciudadanos.
10. // Esto es igualmente válido para los bienes democráticos: instituciones económicas públicas en campos de enseñanza, salud, acción social, movilidad, energía o comunicación.
11. // Un bien democrático importante es el banco democrático. Los mercados financieros en la forma actual ya no existen.
12. // Siguiendo la propuesta de John Maynard Keynes del 1944, se establece una cooperación monetaria global. En la ONU se inicia una zona de comercio justo.
13. // A la naturaleza se le concede un valor propio por lo cual no puede transformarse en propiedad privada. Los derechos de la naturaleza serán recogidos en la Constitución.
14. // Un nuevo objetivo será la reducción de la huella ecológica de personas privadas, empresas y naciones, hacia un nivel globalmente sostenible y justo.
15. // El horario de trabajo retribuido se verá reducido escalonadamente hacia la cifra, pactada por mayoría, de alrededor de 30 horas semanales.
16. // Cada décimo año en la profesión da derecho a un “año sabático” que será financiado a través de un salario mínimo incondicional.
17. // La democracia representativa será complementada por la democracia directa y la democracia participativa.
18. // Aparte de la asamblea económica del bien común puede haber otras convenciones para profundizar en la democracia: asamblea para la educación, medios de comunicación y para el desarrollo de la democracia.
19. // Para afianzar en los niños los valores de la economía del bien común y poderlos practicar, se introducirán nuevos contenidos en la enseñanza, como emocionología, ética, comunicación, educación democrática, experiencia de la naturaleza y sensibilización corporal.
20. // Debido a que en la Economía del Bien Común, el éxito empresarial posee un significado muy diferente al que actualmente recibe, las personas más responsables y socialmente competentes, los más empáticos y sensibles serán el ejemplo a seguir.