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Portadas para salvar la cara al Gobierno

Iñigo Sáenz de Ugarte

Muy poco después de que se conociera que una enfermera se había contagiado de ébola en España, altos cargos del Partido Popular, en especial del Gobierno madrileño, se apresuraron a acusar a Teresa Romero de ser la única responsable del problema. ABC lo puso negro sobre blanco en la portada con una foto de Romero. No fue un error, sino cinco, todos ellos en la aplicación del protocolo. Se apuntaba directamente al personal médico, y no a las autoridades sanitarias, responsables de diseñar el protocolo y de poner los medios necesarios para su aplicación. Y en primer lugar, se daba por hecho que el contagio se había originado por una equivocación de la enfermera sin que hubiera una seguridad absoluta sobre ese punto (“pudo infectarse al tocarse la cara”).

No debió de ser suficiente, porque un día después el ABC volvió a colocar a Romero en su portada, esta vez con un dibujo basado en la foto anterior. “Teresa Romero asume sus errores”, se decía en el antetítulo sobre una persona que estaba enferma y fuertemente medicada. ABC la convertía así en la única culpable.

Ese día fue el peor para Romero. Fueron los momentos más difíciles en el tratamiento de la enfermedad. Aun así, el periódico reservó un espacio para decir que el Ministerio había “reforzado” los protocolos (lo que se dice cuando no se quiere contar que se ha tenido que rectificar) “tras la cadena de fallos”, otra forma más de culpar al personal médico.

Ante la evidencia de los errores de los responsables del Ministerio de Sanidad y de la Consejería de Sanidad de Madrid, el Gobierno tiene que tomar decisiones, es decir, rectificar. En portada, es Rajoy el que lleva la iniciativa, como si hasta ahora no se hubiera preocupado por el tema. Ahora es labor de la vicepresidenta del Gobierno “atajar la crisis del ébola”.

El estado de Teresa Romero mejora al día siguiente. En portada aparece una foto de Romero en el interior de la habitación en una de las decisiones más polémicas y contestadas de algunos medios de comunicación en esta crisis. Las opiniones negativas de algunos expertos europeos sobre las condiciones del hospital Carlos III para afrontar esta crisis son compensadas con un “pero aprueban los protocolos”, que se han convertido en la principal, quizá única, línea de defensa del Gobierno.

Diez días después, los médicos dan por curada a Teresa Romero. Toca la hora de alegrarse por la enferma, a la que ya no hay ganas de recordar su supuesta responsabilidad, y de felicitar a los médicos, que se supone que son los responsables, según la teoría de ABC, de que no se hubieran aplicado los intocables protocolos. Los 'culpables' pasan a ser héroes. Aún hay tiempo de un último error. La doctora identificada como Marta Mora es en realidad otra persona.

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