Noticia servida automáticamente por la Agencia EFE

Ángel Hernández: “Quiero que esto sirva para que la eutanasia se apruebe, por la gente que sufre como mi mujer”

Ángel Hernández ha podido dormir esta noche en su casa del distrito de Moncloa (Madrid) tras quedar en libertad y prestar declaración por ayudar a morir a su esposa, María José Carrasco, enferma terminal: “He dormido muy bien esta noche, llevaba 48 horas sin dormir y no había podido dormir en los calabozos, ha sido imposible; afectado, allí encerrado, no he podido hacer el duelo de mi mujer, estoy muy cansado”.

Quiere hacer declaraciones, no para que le presten apoyo tras ayudar a su mujer a acabar con su sufrimiento, sino para seguir con la batalla de la regulación de la eutanasia y para que otras personas no tengan que padecer los fuertes dolores que desde hace meses tenía María José. Si habla ante los medios, dice, no es ni por él ni por ella ya, “sino por lo que ha quedado y por lo que queda, la gente que está en la misma situación que mi mujer”.

La abogada de Hernández ha explicado a eldiario.es que ha quedado en libertad con cargos, imputado por delito de cooperación al suicidio. En los próximos días tendrá que ir a declarar. La absolución, valora, es “muy complicada”, pero espera que se le aplique el artículo 143.4 del Código Penal, referido a la cooperación en el suicidio, que reduce la pena en casos de que alguien con una enfermedad grave “lo pida”, y también que se le aplique atenuantes por confesión –se autoinculpó desde el primer momento, ante los agentes, jueza y en vídeo– y por parentesco.

Desde la Asociación Derecho a Morir Dignamente, con la que Hernández y Carrasco llevaban 5 años en contacto, también esperaban este jueves que la pena para el acusado no alcance los 2 años y por tanto no llegue a pisar la cárcel.

Que Hernández fuese esposado para salir de su casa tras el fallecimiento de su esposa, explica su abogada, podría haber sido evitable, aunque relata “problemas de burocracia”. Sí valora positivamente que se acelerara al jueves por la noche su puesta en libertad por la presión mediática, ya que la declaración estaba prevista en inicio para este viernes. “Ahora está mejor que ayer en el calabozo. Fue duro, pasó ahí el duelo de haber perdido a su mujer y el revuelo. Por lo menos, ahora, está libre y puede descansar, ir afrontando, y darle sepultura”, ha declarado.

“No quiero reconocimiento, sino que sirva”

Hernández reclama una ley de regulación de la eutanasia que  “está en el Parlamento, se ha intentado que se aprobara pero tanto el PP como Ciudadanos la han bloqueado”. “Lo que me interesa no es que me apoyen y que reconozcan que valiente he sido o lo que hemos hecho, sino que sirva para que la eutanasia se apruebe, por el sufrimiento que estamos padeciendo muchísima gente, como mi mujer”.

Reconoce que tomar esa decisión ha sido “terrible” y destaca que la valiente ha sido María José “porque es difícil decir se acabó”. “Nosotros, que no somos creyentes, sabemos que esto es el final. Ella tenía muchas ganas de que acabara esto y mucho miedo por lo que me pudiera pasar”. Hernández explica que “ella no podía y yo he tenido que prestarle mi mano, ella lo quería hacer, no lo podía hacer y yo le he prestado mis manos”.

“En la situación en la que se encontraba ella, que ya era sufrimiento, que ya era refractaria a los medicamentos, a la morfina, ya los médicos le querían cambiar a otro medicamento y yo dije no, ya no puede ser que siga sufriendo”, relata con la mirada cansada. Sigue contando que  “lleva meses sufriendo y esto se acabó ya, no puede ser más, ella me pidió que lo hiciera, así se lo pedí yo que me lo mostrara, lo grabé”.

Ángel Hernández asegura que no tiene mucho interés en contactar con políticos y sindicatos, aunque sean ellos los que tienen que impulsar y decidir en el Parlamento si se regula la eutanasia. Ahora la prioridad es recuperarse, física y psíquicamente, añade. “Tengo que cuidarme, yo tengo dolencias a consecuencia de la enfermedad, tengo una hernia discal, tuve una hernia umbilical por los esfuerzos”.

“No tengo miedo, estoy tranquilo porque mi mujer ha dejado de sufrir eso es lo importante”, señala Ángel Hernández, quien expresa el abandono que han sufrido por parte de la Comunidad de Madrid.