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Los antitaurinos que saltaron a Las Ventas: “Quince horas detenidos por una acción pacífica es desproporcionado”

La Policía Nacional acusa de un delito de desórdenes públicos a cada uno de los 29 activistas antitaurinos que saltaron al ruedo de la plaza de Las Ventas el sábado por la noche. Aprovecharon que se iba a celebrar un certamen internacional de novilladas nocturnas para realizar una acción reivindicativa contra la tauromaquia. “Diez minutos antes de que empezase, irrumpimos en el coso, no queríamos alterar ni poner en peligro la vida del torero. Nuestra forma de luchar es pacífica”, explica Kontxi Reyero, una de las participantes y presidenta del Colectivo Antitaurino Animalista de Bizkaia.

Los activistas reivindican que la respuesta policial fue “desproporcionada”, muchos de ellos pasaron más de 15 horas detenidos. El evento comenzó a las nueve de la noche y los últimos en ser puestos en libertad abandonaron la comisaría de Moratalaz (Madrid) alrededor de las tres de la tarde del domingo. “Me pareció un abuso. Nos han tratado como criminales y ni suspendimos el espectáculo. Pasamos quince horas detenidos por una acción pacífica, es una actitud desproporcionada”, reseña Agustín González, un veterinario malagueño que también participó.

Procedentes de distintos territorios

“Una vez que saltamos, protestamos con las manos en alto, formamos un círculo [en el centro del ruedo] para protegernos y esperar a que nos desalojaran, nunca opusimos resistencia. Queríamos dar a conocer nuestro mensaje al mundo”, añade Reyero. Colectivos antitaurinos de distintos territorios del país, y que llevan años participando en acciones contra la tauromaquia, acudieron a la capital para colaborar en esta acción. Los participantes entrevistados con eldiario.es aseguran que no es habitual que terminen detenidos por protestas de este tipo.

Según confirma la Jefatura Superior de Policía Nacional de Madrid, los agentes que les tomaron declaración les acusan de un delito de desórdenes públicos. El artículo 558 del Código Penal considera que este tipo de infracciones perturba “gravemente” el orden en un establecimiento público con motivo de la celebración de espectáculos deportivos o culturales. Por estas actuaciones impone una pena de prisión de tres a seis meses o una multa económica de seis a doce meses.

Fuentes jurídicas consultadas por esta redacción reseñan que por una acción así “es extraño” que les hayan detenido, pero aseguran que “es absolutamente legal”. “Ahora su defensa debe argumentar que no ha habido una perturbación grave, que es un acto de libertad de manifestación”, explican.

Según el vídeo que difundió la asociación Gladiadores por la Paz, promotora del evento, el salto no se produjo durante el evento. Tomaron el ruedo mientras estaba vacía y solo había un trabajador remarcando las líneas blancas sobre la arena.

Los agentes no tardaron más de dos minutos en llegar y tuvieron que empujar a los manifestantes para sacarles del ruedo. En esta grabación se escucha cómo el público asistente abucheó la protesta y cuando llegaron los agentes algunos gritaron: “pegadles”, “leña” o insultos como “hijos de puta”.

Los organizadores de la protesta aprovecharon que entre los asistentes había turistas extranjeros para difundir su lema en inglés y castellano. Los activistas protestaron con unas camisetas que tenían dos mensajes “dejad de matar por favor” y “stop cruelty” (detened la crueldad).

Óscar del Castillo, otro de los participantes, un activista antitaurino que denunció en febrero la agresión de un guardia civil tras un salto que realizó en una novillada celebrada en Valdemorillo (Madrid), asegura que en el ruedo pactaron con los agentes marcharse sin oponer resistencia: “Queríamos garantizar que nos sacaban a todos juntos para que no se quedase alguno solo y así no pudiesen pegar a nadie en el pasillo”.

Reyero, que lleva más de 20 años participando en el movimiento antitaurino, cuenta que esta ha sido la primera vez que ha terminado en un calabozo. Hace tres años fue multada también por desórdenes públicos. Pagó una sanción de 450 euros por boicotear el Toro Jubilo. En este evento, celebrado en el municipio soriano de Medinaceli, se coloca una cornamenta metálica al animal con dos bolas prendidas de fuego.

“Nos pegaron con las varas”

Los participantes del salto a Las Ventas entrevistados por esta redacción aseguran que una vez que salieron del ruedo coincidieron con los equipos de los toreros que iban a participar en la novillada. “Entre agente y agente nos iban dando patadas y puñetazos” , explica Reyero. “Nos dieron con las varas que utilizan para guiar al toro o al becerro. A una chica le pegaron un puñetazo, nos escupieron. Estaban preparados para salir y se enzarzaron con la Policía”, añade González. Una portavoz de la Policía asegura que no tienen constancia de estas agresiones.

Estos activistas explican que en ese momento los agentes estaban “más concentrados en sacarles de allí que en identificar a los agresores”. Según su relato, permanecieron una hora retenidos en la plaza. Dos de las participantes fueron derivadas al hospital Ramón y Cajal porque se cayeron al saltar al coso. “Nos dejaron en un pasillo y estas dos compañeras estuvieron entre hora y media o dos horas sin recibir atención medica”, se queja Del Castillo. Una vez que ellas se marcharon al centro sanitario, el resto fue trasladado en un furgón policial a la comisaría de Moratalaz.

Fractura de mano y vértebras por una caída

Una de las lesionadas fue Reyero. Cuenta que se tropezó al saltar la barrera y según el informe de urgencias del centro hospitalario, al que ha accedido eldiario.es y emitido a las 23:21h, sufrió una rotura de dos vértebras y de la mano izquierda. La Jefatura Superior de Policía Nacional de Madrid asegura que tampoco les consta que alguna activista entrase lesionada en la comisaría.

Del Castillo y sus compañeros apuntan que la otra manifestante atendida sufrió una fractura en una pierna, también provocada por el salto. Al salir del hospital se reunieron con el grupo de activistas en dependencias policiales. Allí pasaron la madrugada y gran parte de la mañana del domingo. “Nos pasaban de una sala a otra, nos ficharon seis horas después de haber entrado. No hubo nada de información”, incide González.

Los tres entrevistados y su abogada aseguran que cuando les ofrecieron declarar ante los agentes les informaron que les iban a imputar tres delitos: desórdenes públicos, desobediencia y resistencia a la autoridad. Sin embargo, desde la Jefatura de Policía aseguran que actualmente solo figura el primero. La letrada no recibirá la confirmación oficial hasta que llegue el atestado policial al juzgado.

Esta protesta ha sido el salto “más multitudinario” que se ha realizado para condenar la tauromaquia. Los activistas reconocen que haberlo realizado en Las Ventas, un referente para los taurinos, le confiere más simbolismo a esta acción. “Vivimos en un país en el que acabamos entre rejas los que lanzamos un mensaje pacíficamente. Sin embargo, los que torturan y matan animales por diversión entre aplausos, y pagado con dinero público, campan a sus anchas protegidos por el Gobierno”, finaliza Del Castillo.