Europa pierde más de 12.000 millones de euros al año por desastres relacionados con el clima

“El grado de devastación de incendios forestales, inundaciones y tormentas ha demostrado que el coste de no actuar sobre el cambio climático es extremadamente alto”. Así lo asegura un informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente publicado 17 de octubre y que eleva el coste de este tipo de sucesos a unos 430 mil millones de euros en los últimos 35 años. Son más de 12.000 millones al año. 

El informe se ha publicado justo cuando varios desastres naturales están azotando distintas regiones de Europa, ya que, mientras varios incendios arrasaban grandes áreas de Galicia, Asturias y Portugal, el huracán Ofelia, que amenazaba a Irlanda y las islas británicas, terminaba convirtiéndose en tormenta y dejaba tres fallecidos. Los autores del informe recuerdan que “las proyecciones climáticas muestran que la mayoría de estos peligros aumentarán en frecuencia y severidad en las próximas décadas en toda Europa”.

Aunque la mayor parte de las perdidas económicas fueron debidas a las inundaciones (38%), seguidas por tormentas (25%), sequías (9%) y olas de calor (6%), el estudio presenta 10 riesgos naturales relacionados con el clima que considera clave en Europa y que incluyen las tormentas de viento, los deslizamientos de tierra, los incendios forestales, las avalanchas, el granizo y las tormentas marítimas.

El informe también destaca que, si bien no todos los desastres naturales están relacionados con eventos relacionados con el clima, durante el periodo analizado este tipo de sucesos fueron responsables del 83% de las pérdidas económicas, siendo el resto causada por otro tipo de desastres naturales, como terremotos o erupciones volcánicas.

El coste ha ido aumentando

Los investigadores han analizado el período comprendido entre 1980 y 2015, etapa en la que las pérdidas variaron entre los 8.000 millones de euros anuales a finales de los años ochenta, a los más de 10.500 millones en los años noventa y los 17.800 millones y 14.700 millones en los períodos de 2000 a 2004 y 2005 a 2009, respectivamente. En el último lustro (2010 - 2015), las pérdidas económicas promedio fueron de alrededor de 12 mil millones de euros anuales. 

Con respecto al impacto por países, Alemania registró la mayor pérdida económica absoluta por delante de Italia, Reino Unido, Francia y España. Sin embargo, las medidas relativas de pérdidas respecto a la población y la superficie indican que Suiza y Luxemburgo son los dos países más expuestos al riesgo.

El informe se basa en información recopilada por la Plataforma Europa de Adaptación al Clima, la Conferencia Mundial sobre Reducción de Riesgo de Desastres y el Foro Europeo sobre Reducción de Riesgo de Desastres. Además, también se basa en la información recopilada mediante una encuesta reciente que la Agencia envió a los 33 países miembros de la UE y a los seis países cooperantes. Solo 22 países respondieron a la encuesta y entre ellos no figuraba España.

Más riesgo de incendios y más inundaciones

En las últimas décadas, Europa ha experimentado muchas olas de calor en verano, sequías e incendios forestales caracterizadas por condiciones duraderas de altas temperaturas y bajas precipitaciones y el informe indica que “las sequías aumentarán en frecuencia, duración y gravedad en la mayor parte del continente, con un aumento más fuerte en los países del sur”, como España.

Además, las estimaciones para un escenario de altas emisiones indican que a partir de la segunda mitad del siglo XXI se producirá una ola de calor cada 2 años. Este tipo de eventos son los fenómenos climáticos que más muertes generan, especialmente en grupos vulnerables como los ancianos, y el informe alerta de que “los riesgos de salud más severos se producirán en áreas urbanas del sur de Europa y las costas mediterráneas”.

A pesar de que el riesgo de incendios forestales depende de muchos factores, incluidas las condiciones climáticas, la vegetación, las prácticas de gestión forestal y otros factores socioeconómicos, los autores del informe aseguran que “se espera que, en un clima más cálido, las temporadas de incendios en el sur de Europa sean más largas” y que “las áreas propensas al fuego se expandan hacia el norte”.

También el número inundaciones que causan grandes pérdidas económicas en Europa ha aumentado desde 1980, “aunque con una gran variabilidad interanual”. Según el informe, este tipo de eventos seguirán aumentando y, hacia el final del siglo XXI, se estima un “mayor aumento de las inundaciones en las Islas Británicas, el noroeste y sureste de Francia, el norte de Italia y algunas regiones en el sureste de España, los Balcanes y los Cárpatos”.

Respecto a los deslizamientos de tierra y avalanchas, el informe asegura que “el aumento estimado de la temperatura y las fuertes precipitaciones afectarán las condiciones de estabilidad de la pendiente de roca y favorecerán el aumento de la frecuencia de deslizamientos poco profundos en el futuro”.

“La mitigación es crucial”

El informe señala la necesidad “de que los países lleven a cabo evaluaciones exhaustivas de vulnerabilidad y riesgo del cambio climático” y asegura que, aunque “los países europeos ya han comenzado a prepararse, aún queda mucho para reducir los riesgos”, por lo que hacen un llamamiento para que las distintas instituciones nacionales hagan uso de los servicios que proporcionan datos y proyecciones climáticas, como el programa Copérnico.

Según los autores del estudio, la mitigación y la adaptación al cambio climático es necesaria y muestran algunos ejemplos de políticas de planificación espacial y prevención de riesgos. Los proyectos pueden incluir la construcción de diques o infraestructuras para reducir las inundaciones, la realización de proyectos agroforestales que reduzcan la erosión del suelo o la construcción de parques y zonas verdes que ayuden a refrescar las ciudades en verano.

Uno de los ejemplos destacados en el informe es el Programa Delta desarrollado en los Países Bajos para protegerse de las inundaciones y asegurar sus reservas de agua. El progresivo aumento del nivel del mar y de las lluvias torrenciales han provocado que las inundaciones sean un amenaza aún más presente para un país que tiene el 60% de su territorio por debajo del nivel del mar.

Las aseguradoras también suponen un método eficaz para “ayudar a fortalecer la resiliencia, como lo demuestran ejemplos de España, Francia y el Reino Unido, mediante la creación de incentivos para la prevención de riesgos y ayudando a mejorar la comprensión de los riesgos climáticos entre los ciudadanos”, asegura el informe.

Por último, el documento también señala que “el aumento del sellado del suelo, la construcción de zonas urbanas en áreas de riesgo, el envejecimiento de la población o la degradación de los ecosistemas”, son factores que pueden aumentar el impacto de este tipo de desastres.

El sistema de seguros español como ejemplo

La mayoría de las catástrofes naturales relacionadas con el clima en España están cubiertas por el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), una entidad pública que cubre tanto los riesgos naturales como los provocados por el hombre (por ejemplo, el terrorismo). El informe destaca esta institución como “un buen ejemplo de asociación público-privada” y también señala el hecho de que “el servicio del sector asegurador español ofrece seguros obligatorios y asequibles para riesgos extraordinarios”.

El informe también asegura que el CCS, “al compartir sus conocimientos y datos, ayuda a otros institutos a planificar y diseñar mejor sobre futuros riesgos climáticos en España” y que los detallados registros disponibles de los impactos en todo el país “son una buena base para el conocimiento del riesgo y los estudios de mitigación”.