El ‘caso Gaztelueta’ está prácticamente visto para sentencia. El obispo de Teruel, José Antonio Satué, encargado por el Papa Francisco de revisar la mala praxis canónica de este caso de abusos, podría resolver en breve, según han señalado distintas fuentes a elDiario.es, a favor de la víctima de abusos, Juan Cuatrecasas (hijo), y en contra del profesor condenado por la justicia civil, José María Martínez Sanz.
Un fallo que podría ver la luz para Semana Santa, y que en todo caso el Opus Dei –una de las principales instituciones implicadas– conocerá antes de que el próximo 12 de abril arranque el Congreso Extraordinario después del rapapolvo sufrido por el motu proprio del Papa Ad charisma tuendum, en el que Francisco degrada de alguna manera a su prelado, que desde el pasado mes de agosto no puede ser obispo ni portar los ropajes o el anillo episcopal (algo que, según algunas fuentes, no se ha cumplido estrictamente).
La Obra, la única que gozó del carácter de Prelatura Personal en la vida de la Iglesia, ha pasado a depender de la Congregación para el Clero, que monitorizará todas sus actividades. Cada año habrá una revisión y se podrán impedir algunos de los abusos que, en muchas partes del mundo, se han denunciado contra el Opus Dei, sus políticas de segregación y su absoluto control en las casas y colegios propiedad de la Obra.
Uno de los escándalos clave para entender este movimiento de Roma no es otro que el caso de abusos a menores en el colegio Gaztelueta de Bizkaia, y la gestión que hicieron de él tanto el colegio como la Obra, así como determinados actores eclesiásticos. Un caso que en lo civil ya está cerrado, con el profesor del centro –miembro del Opus Dei– condenado en firme por pederastia, aunque ni el prelado ni la Obra –y mucho menos, los terminales mediáticos cercanos al Opus– lo hayan reconocido expresamente, y que el Papa Francisco decidió abrir el pasado mes de septiembre, después de un encuentro con la víctima, Juan Cuatrecasas (hijo), con motivo de un especial que, producido por Jordi Évole, verá la luz el próximo 5 de abril, Miércoles Santo, en Disney+.
Tras escuchar directamente su testimonio, Francisco se interesó por el caso y comprobó, con estupefacción, cómo se había actuado de forma incorrecta. El Papa nombró una comisión, presidida por el obispo de Teruel, que ha estado acompañado por José Luis Perucha Rojo, rector del Seminario de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara, que ha actuado como notario. Como asesores, la rectora de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), Mirian Cortés Diéguez, y el vicario general de Jerez, Federico Mantaras Ruiz-Berdejo. El objetivo señalado por la diócesis de Bilbao, donde se produjeron los abusos, era “depurar responsabilidades y ayudar a sanar heridas producidas”. Fuentes eclesiásticas señalan que es muy probable que haya un resarcimiento para la víctima.
A lo largo de estos meses, el Opus Dei ha tratado de inhibirse del proceso, señalando que ya hubo una investigación en 2015, en el que Doctrina de la Fe “concluyó la inocencia del profesor”, algo que ya se ha comprobado que no era cierto, pues no hubo realmente investigación canónica en firme y, en todo caso, el propio Francisco ha determinado que muchas cosas se hicieron mal.
El pederasta condenado, por su parte, emitió otro escrito en el que mostraba su perplejidad por “cómo se puede iniciar tal proceso (canónico) a un laico”, y ha intentado en estos meses desacreditar la esencia del proceso, olvidando que, en lo tocante a la Iglesia católica, el Papa tiene potestad absoluta. De hecho, se reunió con Satué y solicitó, infructuosamente, un encuentro con el Papa, que este declinó hasta que no haya concluido la investigación encargada, y que en estos meses ha llevado a cabo un trabajo callado y ajeno a la deriva mediática del caso, así como a las presiones de determinados estamentos eclesiásticos, que buscaban impedir que se hiciera justicia en lo canónico.
No será así. Salvo sorpresa mayúscula, el dictamen de Satué resolverá el resarcimiento de la víctima, Juan Cuatrecasas (hijo), así como la responsabilidad canónica de su abusador, y señalará los fallos tanto en la supuesta investigación llevada a cabo en 2015 como en las sucesivas resoluciones del Opus Dei y de Doctrina de la Fe. Se espera que el dicasterio vaticano “reponga el buen nombre” del superviviente de abusos, y anule la carta en la que señalaba la inocencia del abusador. No queda muy clara cuál será la responsabilidad canónica tanto del colegio como del Opus, que reputacionalmente ha quedado muy tocado por este caso, y por otros similares, cuyo efectos habrían de valorarse en el congreso extraordinario. Algunos hablan de refundación, aunque lo cierto es que será el mismo Opus Dei quien controlará la magnitud de sus reformas, que después presentará a Francisco.
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