El pasado martes la compañía del sector nuclear AREVA admitió al medio francés Les Echos que es posible que se hayan falseado alrededor de 400 protocolos de control de calidad de materiales destinados a centrales nucleares, un escándalo que afecta a la credibilidad de una empresa que ofrece servicios a las centrales de Almaraz (Cáceres) y Trillo (Guadalajara), que contrataron a la empresa francesa para operaciones de mantenimiento y fabricación de combustible.
Las irregularidades fueron detectadas en una auditoría iniciada a finales del 2015 en la factoría Creusot Forge, tras el hallazgo de fisuras y varios defectos en la cuba de uno de los reactores de la central nuclear de Flamanville, que se está construyendo en el norte de Francia. Estos problemas no hacen sino dañar más la maltrecha situación del conglomerado francés que, tras los retrasos y sobrecostes en la construcción de los reactores de Olkiluoto (Finlandia) y de los mencionados problemas de Flamanville, ha tenido que ser rescatada por la compañía Electricité de France.
Servicios, y no componentes, para Almaraz y Trillo
La empresa española CNAT, dedicada a la gestión de las centrales de Almaraz y Trillo, contrató a AREVA en numerosas ocasiones para realizar operaciones de mantenimiento en ambas centrales, además de fabricar combustible para seis recargas para la central nuclear de Trillo a partir de 2017. Además, AREVA se ha encargado de la supervisión y el análisis de la causa de un incidente relacionado con las bombas de agua de servicios esenciales de una de las unidades de la central de Almaraz.
Respecto a este problema, el Consejo de Seguridad Nuclear aseguró a través de su página web que “el titular ha realizado las actuaciones necesarias para obtener una garantía de expectativa razonable de operabilidad”, pero no cuestiona las actividades llevadas a cabo por la CNAT o por las posibles empresas que ésta hubiera contratado.
Desde CNAT han confirmado a eldiario.es que efectivamente la compañía ha contado con los servicios de la empresa francesa en varias ocasiones, pero han aclarado que “los problemas que se han detectado han sido en una fábrica dedicada a la construcción de grandes componentes mecánicos, mientras que a nosotros nos presta servicios que nada tienen que ver con la fabricación”.
Con respecto al combustible destinado a la central de Trillo, desde el CNAT han asegurado que sí han contratado este material, “pero ha sido a la empresa de Areva en Alemania, mientras que el problema está en Francia”. El portavoz de la compañía española ha insistido en que “la central de Trillo es de tecnología Alemana”.
Desde Ecologistas en Acción, su portavoz de campañas antinucleares, Francisco Castejón, ha asegurado en un comunicado que el hecho en sí es “grave, puesto que Areva es omnipresente en las operaciones de mantenimiento y reparación de las centrales de Almaraz y Trillo”. Castejón ha insistido en que “hay que determinar hasta qué punto el falseamiento de los protocolos afecta la seguridad de estas dos centrales” y llama la atención sobre central de Almaraz, que “debería parar para reparar su sistema de agua de servicios esenciales”.
Estos nuevos problemas no solo ponen en tela de juicio la credibilidad del mayor conglomerado del mundo en la industria nuclear, sino que también afectan indirectamente a la Autoridad de la Seguridad Atómica francesa, similar al CSN español, que no detectó las irregularidades cometidas.