El neurocientífico Charan Ranganath lleva casi tres décadas dedicado al estudio de la memoria. Ahora es profesor de Psicología y Neurociencia en la Universidad de California Davis, donde dirige un laboratorio sobre la memoria. Acaba de publicar en Estados Unidos y en España Por qué recordamos (Península), un libro para acercar de manera didáctica sus conocimientos médicos sobre cómo funcionan los recuerdos y cómo entenderlos y utilizarlos mejor.
Empezamos esta conversación hablando de un artículo muy comentado que escribió hace unas semanas en el New York Times sobre por qué los problemas de Joe Biden para recordar una fecha no son importantes y cómo pensar de manera más amplia sobre la salud mental de los gobernantes.
¿Cómo se debería abordar la salud cognitiva y mental de los líderes políticos?
Los problemas con la salud mental y cognitiva pueden suceder a cualquier edad, aunque sucedan más cuando las personas envejecen. La primera pregunta es qué es lo importante. ¿Es importante tener conocimiento sobre los hechos básicos de cómo funciona el gobierno? Esto es algo que generalmente persiste con la edad. ¿Es relevante tener estabilidad emocional? Esto es difícil de probar, pero lo es. En Estados Unidos, la cantidad de tiempo para responder a una posible amenaza nuclear es de unos 15 minutos. Quieres a alguien que sea tranquilo bajo presión. Y tendría sentido tener algo básico para poder decir que esa persona no está demente, no es psicótica y funciona a un nivel que le permita ejercer el trabajo.
Nuestro sistema no es como el parlamentario: el presidente es elegido por cuatro años y es casi imposible despedir a alguien una vez elegido. Estás atrapado con ese líder y puede tomar decisiones sobre una posible guerra. Por eso creo que es muy importante tener cubiertas al menos las funciones mentales más básicas. Y sabemos de casos en que las personas no estaban física ni cognitivamente sanas y se escondía esa información. Es necesario discutir estas cuestiones con transparencia.
¿Por qué decidió escribir este libro para el público general ahora?
Siempre supe que quería escribir un libro porque sentía que toda la ciencia que hacemos está dirigida a otros científicos, y tendemos a quedar atrapados en cosas muy pequeñas, que son parte del proceso científico, porque hay que asegurarse de que todo se construye pieza por pieza. No puedes decir “aquí está mi gran idea” y resolver el problema en un experimento. Pero hay muchas cosas que sabemos que son útiles para la gente común.
Propuse el libro cuando empezó la pandemia y me di cuenta de la necesidad de que la gente escuchara a los científicos y de comunicar la ciencia con autoridad, pero también de manera comprensible. Si no puedes comunicar el tipo de trabajo que estás haciendo a la gente normal, deberías preguntarte si deberías hacerlo. Parte de hacer bien el trabajo es poder explicarlo.
¿Cuál es el mayor malentendido sobre la memoria?
Probablemente el más grande es uno en el que incluso los investigadores de la memoria como yo caemos cuando nos quitamos el mono de trabajo y nos vamos a casa. El mayor error es pensar que la memoria es completa y que es una repetición del pasado: eso no es cierto. Sabemos con certeza que nuestros recuerdos son increíblemente incompletos, que la mayor parte de lo que experimentamos se perderá y que la información que tenemos está algo oscurecida por prejuicios, inferencias e interpretaciones. Y por eso ni siquiera la información que decimos es 100% confiable. Si eres consciente de ello, puedes entender por qué es así y puedes usar la memoria de manera efectiva en tu vida diaria.
¿Y cómo se hace eso para recordar mejor?
Exactamente: se trata de recordar mejor en lugar de recordar más. El primer paso es aceptar que no recordarás la mayor parte de lo que viviste y pensar ¿qué quiero recordar?, ¿qué es importante para mí en este momento? Eso en sí mismo es un primer paso importante, porque las personas tienden a confiar demasiado en que recordarán todo y no piensan mucho en lo que quieren recordar. Incluso quien me dice que tiene mala memoria no aprecia cuánto olvidará.
El mayor error es pensar que la memoria es completa y que es una repetición del pasado: eso no es cierto. Sabemos con certeza que nuestros recuerdos son increíblemente incompletos, que la mayor parte de lo que experimentamos se perderá y que la información que tenemos está algo oscurecida por prejuicios, inferencias e interpretaciones
Otro paso es tomarse el tiempo para vigilar y maximizar la precisión de la memoria, ya sea de tus propias experiencias o tus recuerdos más colectivos sobre cosas que te han contado o sobre qué está pasando en la política, en tu familia o en tu cultura.
En el libro explica la importancia para la psicoterapia de actualizar los recuerdos, ¿cómo puede ser esto positivo?
Se pueden actualizar ciertos recuerdos porque llega nueva información que cambia tu forma de pensar sobre el pasado. Si estás haciendo negocios con alguien y luego descubres que te mintió, querrás revisar todos tus recuerdos anteriores con esa persona y cambiar la forma en que piensas sobre ella. Quieres saber si esa persona te estuvo estafando todo este tiempo y mirar esos recuerdos desde una nueva perspectiva.
También puedes sufrir traumas y aquí no se trata de cambiar tu recuerdo de lo que sucedió, sino de cambiar la forma en que piensas sobre ese recuerdo y tu relación con esa experiencia para poder decir que has aprendido de esa experiencia o decirte que eres resistente y estás agradecido por haberlo superado. Es muy importante poder actualizar los recuerdos.
¿En caso de trauma es mejor afrontar el recuerdo que intentar borrarlo?
No se trata de perder el contenido del recuerdo, sino de poder abordarlo de otra manera para que no sea radiactivo y que recordarlo te resulte menos angustioso. Las emociones que tienes asociadas con estos recuerdos pueden separarse del contenido de lo que recuerdas. La gente no tiene problemas con el contenido, sino sobre todo con las emociones que lo acompañan. Hasta cierto punto, esas emociones pueden surgir automáticamente. Tienes áreas del cerebro como la amígdala que registran estas asociaciones entre las señales simples de nuestro mundo y estas respuestas emocionales hacen que tu ritmo cardíaco aumente o que tus ojos se dilaten. Pero también tenemos interpretaciones sobre estos eventos y eso puede magnificar esas experiencias emocionales.
¿Y cómo se afronta?
Un error es pensar que si lo recuerdas bien, todo desaparecerá. Pero no creo que recordar sea suficiente. Y no creo que quieras sumergirte en recuerdos traumáticos. Si sigues reprocesando un recuerdo traumático, lo que sucede es que el recuerdo se actualiza, se asocia con contextos cada vez más diferentes y se convierte en algo que ya no trata de lo que sucedió en el pasado, sino de una sombra constante que se cierne sobre ti.
El error es pensar que es suficiente con confrontar el recuerdo traumático. Lo que debes hacer es compartirlo con los demás, generalmente porque es útil para cambiar tu perspectiva y ayudarte a abordar el pasado de una manera diferente. Hasta que no cambies tu perspectiva, no podrás hacer mucho con ello.
El error es pensar que es suficiente con confrontar el recuerdo traumático. Lo que debes hacer es compartirlo con los demás, generalmente porque es útil para cambiar tu perspectiva y ayudarte a abordar el pasado de una manera diferente. Hasta que no cambies tu perspectiva, no podrás hacer mucho con ello. Y aquí es donde alguna técnica nueva, como el uso psicodélicos, puede resultar muy útil. Cuando la gente habla de experiencias psicodélicas y traumas, lo que describe es que ve su experiencia desde fuera y procesa ese recuerdo de manera diferente porque puede ver esa experiencia desde la perspectiva de alguien externo, que es compasivo, a diferencia de alguien que la experimenta desde la perspectiva de la primera persona.
Hace unos días participó en un debate sobre la película Eternal Sunshine of the Spotless Mind (Olvídate de mí) por su 20 aniversario. Siempre me interesó la parte de cómo ver a alguien con ojos nuevos. ¿La memoria es un peso por no sentir emociones frescas?
En realidad, la investigación sugiere que a medida que las personas envejecen, tienden a volverse más positivas y optimistas. Y eso afecta a su memoria, es decir, tienden a recordar más recuerdos positivos y a recordar las experiencias de manera más positiva de lo que realmente fueron. He escuchado esto de personas que me dicen que tienen terribles recuerdos de su divorcio y luego miran hacia atrás y ven las cosas positivas. La pregunta es qué se puede aprender del pasado.
¿Recuerda qué pensó como neurocientífico de la película cuando la vio por primera vez?
La volví a ver justo antes de hacer este panel. Mi recuerdo de ella es que era deprimente y casi ni había terminado de verla. Ahora la volví a ver y me pareció brillante como investigador de la memoria, y divertida, mucho más de lo que pensaba. La aprecié y la vi con nuevos ojos. Con la distancia, la pude ver de manera diferente y realmente la aprecié.
La ficción exagera, pero algunas de las historias en su libro sobre lobotomías y otras técnicas cruentas fueron recomendaciones médicas una vez. ¿Cuánto nos falta por saber en la ciencia de la memoria?
La realidad a veces es más extraña que la ficción. Mirar a la historia de la medicina te da mucha humildad. Esos médicos pensaron que estaban haciendo lo más inteligente basado en la ciencia que tenían en ese momento, y ahora sabemos que les faltaba mucha verdad. Seguramente a nosotros ahora nos falta mucha información.
Lo que me mantiene en la ciencia es cuando hago un experimento y los resultados no tienen sentido hasta que cambio mi forma de pensar. Me doy cuenta de que hay una pregunta completamente nueva que ni siquiera se me había ocurrido y eso me envía por un nuevo camino. Hay tanta incertidumbre en la ciencia y hay tantas cosas que no sabemos… Por eso es importante distinguir entre las cosas en las que tenemos mucha confianza y que podemos decir que son hechos, y las cosas de las que no estamos seguros. Sólo el proceso científico abre esa ventana a lo que no sabemos.
No tenemos la información más básica sobre cómo las diferentes personas difieren en sus capacidades de memoria. Esa es una de las cosas más importantes que no sabemos. Eso es algo que debe explorarse mucho.
¿Eso serviría para resolver los problemas más graves como la demencia y el Alzheimer?
Eso creo. La investigación biomédica tiende a basarse en promedios, pero hay mucha variabilidad de persona a persona. Los consejos tienden a basarse en la persona promedio y no sabemos en qué medida esto es cierto para la medicina en general.
Muchos de los consejos que damos se basan en nuestro mejor conocimiento. Si supiéramos más, eso realmente podría ayudar con cuestiones como la prevención del Alzheimer. Si supiéramos que una persona corre más riesgo que otra, tal vez le recomendaríamos algunos cambios en su estilo de vida que pueden ayudarla más que a otra.
Las mujeres corren mayor riesgo de demencia que los hombres. Y no sabemos la historia completa de por qué. Sabemos muy poco sobre cómo los problemas de salud de las mujeres, como la menopausia, se relacionan con el funcionamiento cognitivo
El ejemplo más atroz de esto es el papel del género en el riesgo de demencia. Las mujeres corren mayor riesgo que los hombres. Y no sabemos la historia completa de por qué. Sabemos muy poco sobre cómo los problemas de salud de las mujeres, como la menopausia, se relacionan con el funcionamiento cognitivo, aunque la información disponible sugiere que la menopausia se asocia con un mayor riesgo de Alzheimer. La terapia de reemplazo hormonal podría ser el camino a seguir para minimizar ese riesgo. Estamos hablando de más de la mitad de la población humana y no sabemos lo suficiente. Necesitamos saber más incluso sobre cosas más básicas, por ejemplo cómo el estrés influye en la memoria y eso difiere entre hombres y mujeres.
¿Cuál es la investigación más prometedora sobre el Alzheimer?
Una de las cosas que me animan es el hecho de que ahora apreciamos cómo cambia el cerebro antes de la aparición real de los síntomas. Existe un fenómeno llamado enfermedad de Alzheimer preclínica. Y esa es una etapa en la que las personas tienen mucha proteína amiloide en el cerebro, pero aún no muestran síntomas, no parecen tener problemas de memoria. Y lo interesante de esto es que tienen un alto riesgo de Alzheimer, pero no todos lo padecen. Y ahora se puede hacer la pregunta de qué podemos hacer para evitar que las personas caigan al abismo. Porque una vez que tienes daño cerebral, ese daño cerebral es irreversible, al menos con la tecnología moderna.
Lo que tenemos que hacer es identificar a las personas que se encuentran en esa etapa y dirigir las intervenciones hacia ellas, ya sean medicamentos o cambios en el estilo de vida. Ahora hay análisis de sangre que pueden resultar muy valiosos para identificar a las personas en riesgo, estamos desarrollando herramientas cognitivas y basadas en resonancia magnética para determinar si las personas están en riesgo. Y ahí es hacia dónde nos dirigimos.
¿Cree que habrá un avance revolucionario en la próxima década?
Es muy difícil predecir el futuro. Y creo que las expectativas que tiene la gente suelen ser muy altas. Pero confío en que habrá avances importantes, al menos en los esfuerzos de diagnóstico. La comunidad de Alzheimer ha estado muy entusiasmada con las pruebas de plasma para diagnosticar estados preclínicos y creo que habrá avances con medicamentos que pueden reducir la progresión de la enfermedad.
Una parte del problema que tenemos es que el Alzheimer puede ser una familia de enfermedades. Puede que haya varias cosas que debamos abordar de manera diferente. Hay muchas cosas que no sabemos.
Sobre nuestras rutinas, ¿estamos exagerando o tenemos capacidades cognitivas colectivas más débiles debido a la tecnología y a la multitarea?
Pensemos que lo que la tecnología y la multitarea pueden llevarnos a hacer es minar nuestras funciones ejecutivas. La multitarea socava nuestra capacidad de usar nuestras capacidades mentales para lograr objetivos a largo plazo. Esto es muy importante en este momento porque cada vez tenemos menos tiempo para pensar: afecta a nuestra creatividad, nuestras decisiones y nuestra memoria; nos hace más susceptibles a la manipulación, nos hace más susceptibles a la desinformación, que es una amenaza creciente en este momento por el potencial para la difusión de información. La desinformación ha llegado tan lejos que estamos en una coyuntura real en la que tenemos que preguntarnos qué tan importante es para nosotros tener recuerdos precisos, no sólo en términos de guiar nuestras propias creencias y nuestra política, sino nuestra comprensión de los países en los que vivimos.
Un análisis de encuestas del New York Times muestra que una parte de la población recuerda la presidencia de Trump de manera más positiva respecto a cuando la vivieron. Y solo hace cuatro años…
Se está hablando de amnesia colectiva sobre la presidencia de Trump en este momento. Una gran parte de la forma en que los políticos hacen campaña es que cuentan con amnesia colectiva, y tratan de replantear y reformular la historia de maneras que son muy inexactas. Y dicen “nuestro país solía ser genial” y “ahora nuestro país es terrible”... Se basan en historias sesgadas, incompletas o incorrectas. Esto requiere tiempo de nuestra parte para informarnos y estar dispuestos a cuestionar nuestra propia comprensión del pasado.