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La médico de familia que atendió a Teresa asegura que no le dijo nada del ébola

Una vez superado el ébola, la búsqueda de responsabilidades –y quizá de indemnizaciones– ha revelado una batalla, de momento, entre sanitarios. El Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM) ha asegurado este martes que la doctora de Atención Primaria que atendió a Teresa Romero en el centro de salud de Alcorcón nunca supo que la auxiliar había estado atendiendo a pacientes de ébola. El ICOMEM asegura que la colegiada actuó sin “haber recibido en ningún momento por parte de la paciente, información alguna sobre el hecho de haber atendido a personas diagnosticadas de EVE”, según reseña en un comunicado.

Los médicos han reaccionado a las palabras de Romero quien ha asegurado que avisó de que “había cuidado a los misioneros”, según informó elmundo.es. En su escrito, el ICOMEM relata que “el pasado día 2 de octubre de 2014, la paciente acudió al centro de salud, donde fue atendida convenientemente por la médico de familia, colegiada de esta Corporación. La activación del protocolo/plan previsto en esas fechas, no fue activado” al no contarle Teresa su exposición al virus del ébola.

La búsqueda de la vía de contagio y el tratamiento posterior de los síntomas de la auxiliar de enfermería se ha ido convirtiendo en la piedra angular de la investigación anunciada por el Ministerio de Sanidad. Al día siguiente de ser ingresada en el hospital Carlos III, Teresa Romero habló desde su habitación con un programa de televisión en el que contó detalles de los días anteriores a tener que ser tratada. Por la tarde, la Comunidad de Madrid autorizaba la aparición de un médico a las puertas del hospital para revelar una conversación entre el especialista y la paciente en la que contó que ella admitía poder haberse tocado la cara con un guante infectado. Horas después, el consejero de Sanidad, Javier Rodríguez acusba a Romero de mentir y ocultar a la médico de Atención Primaria su intervención con los misioneros.

Ya recuperada, la primera contagiada por ébola fuera de África ha explicado que no recuerda haber “hecho nada mal” a la hora de atender a los misioneros provenientes de Liberia y Sierra Leona. Este lunes, el marido de Romero, Javier Limón, contaba que el caso de su mujer era “una cadena de errores”. 24 horas después, la sanitaria repitió que sí informó de sus circunstancias a los profesionales que la atendieron. En la dinámica de acción-reacción, los colegiados médicos no se han callado: “La actuación se ajustó al código deontológico y los protocolos existentes en el centro de salud”.

Con oscuridad más que aclaraciones, la anunciada investigación sigue, teóricamente, su curso. “Cuando tengamos los resultados los haremos públicos”, dijo en plena crisis del ébola la ministra de Sanidad, Ana Mato.