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El acto en el Congreso de los proelección triplica en asistentes a los antiabortistas

Jornada por el derecho a un aborto legal en la sala constitucional del Congreso.

Patricia Rafael

La cita era a las cuatro de la tarde en el Congreso de los Diputados. La puerta que da a la calle de Cedaceros estaba abarrotada de personas que esperaban a dar su nombre a los ujieres. Las que acudían al Seminario Internacional por el Derecho a la Vida recibían una pegatina amarilla de visitante y entraban por el pasillo de la derecha a la sala Ernest Lluch. Las que acudían a la Jornada “Por el Derecho al aborto, legal seguro y accesible” tenían una roja y se iban por el pasillo de la izquierda, señalado por unas cintas, a la Sala Constitucional. El primer acto estaba organizado por la antiabortista Acción Mundial de Parlamentarios y Gobernantes por la Vida y la Familia, y para cuya inauguración estaba prevista la presencia de Alberto Ruiz-Gallardón antes de que cambiara su agenda. Y la segunda era un acto contra programado por 13 partidos de la oposición y que finalmente demostró su poder de convocatoria frente a los antiabortistas: casi 500 asistentes frente a 144, la mayoría hombres, de los antielección.

La organización de la jornada en defensa de la interrupción voluntaria del embarazo tuvo que habilitar tres salas para poder acoger a todos los asistentes y, según señalaron fuentes de la organización, hubo gente que ni siquiera pudo acudir porque precisamente ya no había más espacio. “Tenemos que frenar la contra reforma de la ley del aborto porque supone uno de los mayores retrocesos en la historia de la democracia reciente que ha pretendido hacer un Gobierno”, señaló al comienzo del acto Soraya Rodríguez, portavoz socialista en el Congreso. La diputada llamó la atención sobre que nadie del Gobierno hubiera acudido al otro acto a “defender” el anteproyecto de ley de Protección de la Vida del Concebido y de los Derechos de la Mujer Embarazada, que elimina el aborto libre en las primeras 14 semanas de gestación que permite la norma vigente.

Solo los diputados y senadores del PP, organizadores del acto, defendieron el borrador elaborado por el Ministerio de Justicia reproduciendo los mismos argumentos que desde hace meses viene repitiendo Gallardón para apoyar la contra reforma. “No hay nada más progresista que apoyar a la mujer y defender la vida”, afirmó el diputado del PP José Eugenio Azpiroz, quien criticó antes comenzar la jornada que el acto organizado por la oposición se programara a la misma hora: “No entiendo que habiendo tantos días se programe en el mismo a la misma hora”.

En una sala que reunió a 144 asistentes, según los organizadores, predominaban las corbatas y los trajes de chaqueta masculinos y llamaba la atención que en las primeras filas, de 23 persona sentadas, solo siete eran mujeres. La diputada del PP Lourdes Méndez tiró como su compañero de partido de argumentario y defendió que “fomentar el aborto como un derecho es una forma de violencia”. El parlamentario popular José Ramón García Hernández dio paso después a los primeros ponentes del seminario, aunque primero subrayó: “Los que somos de mi generación, la de 1971, primero nos convencieron de que el feto no era un ser humano y ahora quieren convencernos de que el aborto es un derecho de la mujer”.

El primero de los conferenciantes, el francés Grégor Puppnick, director general del Centro Europeo de Derecho y Justicia, hizo una defensa del anteproyecto elaborado por el Gobierno presidido por Mariano Rajoy y que solo permite el aborto en el supuesto de violación y de grave riesgo en la salud de la mujer. A continuación le siguió Nicolás Jouvé, catedrático de Genética de la Universidad de Alcalá y miembro del Comité de Bioética. El científico, conocido por sus posiciones en contra del aborto, tituló su ponencia El inicio de la vida humana desde la ciencia y subrayó que el embrión “ya siente dolor desde la octava semana” de gestación.

Pero la mayor ovación de los asistentes se la llevó la doctora del Servicio de Neonatología del Hospital San Juan de Dios de Barcelona Ana Martín Ancel. La facultativa defendió la necesidad de los cuidados paliativos en fetos con graves malformaciones “porque hay mucho padres que les quieren acompañar hasta al final”. La doctora defendió la necesidad de un cambio de denominación “porque no podemos hablar de enfermedades incompatibles con la vida” porque el feto está vivo y “en muchos casos”, aseguró, también vivirá al nacer. “Todos vivimos un tiempo y al final todos también fallecemos”, afirmó.

Explicó que en el centro hospitalario en el que trabaja procuran que cuando se presentan casos de anencefalia -ausencia parcial o total de cerebro- se tape la cabeza del bebé con un gorro para que los padres puedan estar con ellos. Para ilustrar el caso mostró las fotos de tres recién nacidos a los que les faltaba el cerebro para a continuación enseñar a los asistentes imágenes de progenitores con bebés con esta malformación tapada con un gorro. “Estos padres dicen que sus hijos son felices en este tiempo”, explicó y añadió que “hay papás que para una vida tan cortita pueden querer bautizar a sus hijos”. La jornada continuó con un debate y a las nueve de la noche la alcaldesa de Marid, Ana Botella, ofrecía a los asistentes de este seminario una recepción en el Ayuntamiento.

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