El Ministerio de Sanidad ha registrado los dos primeros menores fallecidos a causa de la hepatitis infantil de origen desconocido sobre la que hay una alerta internacional. Se trata de un niño de seis años y un bebé de quince meses. Tras detectarse la infección y una evolución desfavorable, ambos fueron sometidos a un trasplante de hígado “en situación crítica” y “fallecieron a las 24 horas” de la operación, según recoge el informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), que actualiza la evolución de la situación.
La causa de la enfermedad, sin embargo, es todavía una incógnita. Han pasado casi tres meses desde que la concentración de casos en Reino Unido diera lugar a la alerta lanzada por la Organización Mundial de la Salud, pero los hepatólogos piden margen y tiempo para analizar el origen y llaman a la cautela. Los últimos datos apuntan a que se han detectado 506 casos de hepatitis grave de origen desconocido en menores de 16 años en un total de 21 países. El 53,9% en Reino Unido. En España, son 46.
“Necesitamos depurar todas las causas cuidadosamente”, apunta Javier García-Samaniego, jefe de sección de hepatología del hospital universitario La Paz (Madrid). “No hay todavía ningún estudio concluyente”, resume María Buti, al frente del servicio de Hepatología y Medicina Interna del hospital Vall D'Hebron. La doctora asegura que las investigaciones continúan en marcha y que los fallecimientos de los dos menores entran dentro de lo esperable.
La hipótesis del adenovirus
Sobre el origen de la enfermedad, el que sigue siendo el rompecabezas para los investigadores, la hipótesis que cobra más fuerza, también para el Ministerio de Sanidad, es que esté causada por adenovirus, unos patógenos muy comunes que en adultos pasan muchas veces desapercibidos y en niños son la causa más frecuente de las gastroenteritis víricas. “Los adenovirus infectan muy frecuentemente a los niños. Lo que no es frecuente es que se produzcan casos graves”, destaca García-Samaniego.
Aún así, los investigadores continúan trabajando en la detección de la procedencia de la enfermedad. “Hay que intentar profundizar en las causas porque nosotros sabemos que es una hepatitis no A y no E”, apunta García-Samaniego, que insiste en que “un porcentaje significativo de casos se han vinculado a algún tipo de adenovirus”. En nuestro país, según los últimos datos de Sanidad, son el 47,6% y a nivel global, el 54,5%.
La cuestión es que este virus “en teoría no causaría potencialmente” estos cuadros, apunta Buti, por lo que se sospecha que existan cofactores que puedan estar desatándolos. La experta asegura que una de las posibilidades que “cada vez cobra más fuerza” es que detrás haya una coinfección de adenovirus con SARS-CoV-2 –el coronavirus causante de la COVID-19–, aunque “no en todos los casos se ha identificado esto”, advierte la doctora, que lidera el Comité de Salud Pública y Relaciones Políticas de la Asociación Europea para el Estudio del Hígado. A nivel global, la OMS cifra en el 11,3% los casos que dieron positivo al virus.
Aunque hay varias investigaciones en marcha, incluso algunas que no descartan alguna “exposición tóxica” como posible causa, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) apunta como origen “más probable” a una “etiología infecciosa”.
Por su parte, Sami Aoufi Rabih, especialista del servicio de Digestivo del Complejo Hospitalario La Mancha Centro y presidente de la Asociación Española de Hígado y Riñón, desvincula el coronavirus de esta alerta sanitaria. “Se ha intentado relacionar la hepatitis infantil con el SARS-CoV-2 y el adenovirus, pero la investigación actual no ha demostrado esta causalidad”, indica. Por su parte, el especialista de La Paz considera que “hasta ahora no se puede descartar” la presencia de “algún otro cofactor” o la influencia de la pandemia en estos casos.
Asimismo, recuerda que “se ha comunicado la asociación con algunos virus herpes”. En esta línea, Sanidad destaca que en las investigaciones realizadas por el Centro Nacional de Microbiología “se han detectado siete casos positivos para virus herpes”. Aún así, este especialista pide “cautela” y recuerda que quedan varias incógnitas por resolver sobre el origen de la infección.
Cifras dentro de las esperadas
En nuestro país, Sanidad considera que “el número de casos de hepatitis de causa desconocida en niños y trasplantes observados en esta alerta se encuentran dentro de los esperados según las estimaciones realizadas con datos de los años previos”, aunque también añade que las estimaciones “no son del todo concluyentes”. Buti apunta a que “en algunos sitios” se han detectado incrementos. “Siempre ha existido, pero quizá no agrupados tan cerca en el tiempo”, analiza
“Tiene sentido que los profesionales sanitarios estemos en alerta, por si esta o cualquier otra patología constituye una variación de la normalidad”, indica Aoufi Rabih. Y reseña: “De momento, con los datos de la OMS, todos los países excepto Reino Unido presentan una tasa de incidencia muy similar a la de los años anteriores”.
Para los expertos es clave que la proporción de aquellos que han requerido trasplante sí se mantenga estable respecto a otros años, tal y como reporta Sanidad. “Una explicación podría ser que probablemente se estén juntando diferentes factores y se sumen algunas más a las agudas que se veían antes”, apunta Buti. Según la información desglosada por el Ministerio, en 2021 y 2020 ocho menores requirieron trasplante de hígado en España por fallo hepático fulminante agudo o subagudo.
“El mensaje que tenemos que mandar debe ser tranquilizador y no de alarma, porque está en línea con lo notificado anteriormente”, dice la experta. De hecho, no está claro tan siquiera si se trata de algo nuevo o tiene que ver con una mayor detección que previamente no se llevaba a cabo. De forma parecida se pronuncia García-Samaniego, el jefe de sección de hepatología del hospital universitario La Paz asevera que la “alerta sanitaria ha funcionado” porque la “coordinación entre comunidades autónomas y el CCAES del Ministerio” evoluciona muy favorablemente.
Dos niños fallecidos
De los 46 casos que se han registrado en España, tres de ellos requirieron un trasplante hepático. En ese registro se incluye a los dos menores fallecidos y a una tercera niña de tres años de Aragón que actualmente presenta “buena evolución clínica”, según informa el CCAES.
El niño de seis años que murió tras la intervención comenzó a tener síntomas el 2 de julio y el 18 del mismo mes fue trasladado a un hospital de Madrid para un “trasplante en situación grave” con “un edema cerebral”, indica Sanidad. Fue sometido a la operación el 29 de julio y falleció a las 24 horas de la intervención.
El bebé de 15 meses residía en Andalucía. Ingresó a finales de junio con un “cuadro de gastroenteritis aguda con cultivo positivo para adenovirus en situación crítica (encefalopatía y coagulopatía grave)”, apunta el CCAES. “El caso requirió trasplante hepático urgente y falleció en las siguientes 24 horas”, explica Sanidad.
La hepatitis infantil de origen desconocido tiene presencia en varias comunidades autónomas. Madrid registra el mayor número de casos (15), pero también se ha detectado en Catalunya (9), Galicia (5), Baleares (4), Castilla-La Mancha y Murcia (3), Andalucía (2 y el niño fallecido de 15 meses que Sanidad desglosa como ‘caso adicional a la serie presentada’), Castilla y León (2) y Aragón y Canarias, ambos con uno.
Diagnóstico precoz y derivación temprana
En España se han registrado de momento 46 casos sin vínculo epidemiológico entre ellos ni causa común, informa Sanidad. La inmensa mayoría de los afectados tienen menos de diez años, mientras que la edad media se sitúa en los 5,3. Por sexos, 29 casos fueron niñas (64,4%) y 16 niños (35,6%), “observándose una mayor proporción de niñas sobre todo en el grupo hasta los cinco años”.
Entre los casos de los que se dispone de información sobre los síntomas, los notificados con mayor frecuencia fueron malestar, vómitos, fiebre y dolor abdominal. Además, la mitad presentan ictericia (piel amarilla) y algunos diarrea o síntomas respiratorios. Entre los afectados “es fundamental el diagnóstico precoz y la derivación temprana a un centro de referencia especializado en hepatología y, si fuera necesario, en trasplante hepático”, apunta Aoufi Rabih.