La crisis convierte el mundo en un lugar más inseguro para refugiados e inmigrantes
“Se está creando una clase de segunda categoría de carácter global. Los derechos de quienes huyen de los conflictos están desprotegidos”, alerta Sail Shetty, secretario general de Amnistía Internacional. La organización denuncia la vulneración de los derechos de millones de personas que han huido de conflictos o han emigrado en busca de trabajo. Apoyándose en los datos presentados en su informe anual concluye que “los gobiernos muestran más interés en proteger sus fronteras nacionales que en salvaguardar los derechos de sus ciudadanos o de quienes buscan oportunidades dentro de sus fronteras”.
Según Amnistía Internacional, las medidas de control de fronteras aplicadas por la Unión Europea ponen en peligro la vida de las personas migrantes y solicitantes de asilo. Además, recuerda que en gran parte del mundo se encierra a migrantes y solicitantes de asilo en centros de detención. “En el peor de los casos llegan a enclaustrarles en contenedores metálicos o incluso de transporte de mercancías”, denuncia el informe que evalúa la situación de los derechos humanos en el mundo.
La comunidad internacional presenció en 2012 varias emergencias de derechos humanos que obligaron a muchas personas a buscar un lugar seguro, dentro de los propios Estados o cruzando las fronteras. Corea del Norte, Malí, Sudán o República Democrática del Congo, son algunos de los países donde sus ciudadanos abandonaron sus hogares en busca de un refugio.
“Los derechos de quienes huyen de los conflictos están desprotegidos. Hay demasiados gobiernos que cometen abusos contra los derechos humanos en nombre de los controles migratorios, sobrepasando con mucho las medidas legítimas de control de fronteras”, declaró Shetty.
Urge a la ONU a hacer frente a los abusos en Siria
La cifra de refugiados que han huído del conflicto de su país asciende a 1 millón y medio de personas. Según denuncian, las cifras son una de las pocas circunstancias que se han visto modificadas en Siria durante el 2012. “Otro año perdido para los sirios”, lamentan desde Amnistía Internacional. “Mientras las fuerzas armadas y de seguridad sirias seguían lanzando ataques indiscriminados contra la población civil, el mundo se ha limitado a mirar”. La organización insta a la comunidad internacional a que aborde la situación de emergencia acontecida en este país. Sin excusas: “La argumentación de que los derechos humanos son un asunto interno se ha esgrimido para boicotear la acción internacional”, advierte la ONG mientras recuerda que el Consejo de Seguridad de la ONU no ha logrado aún una respuesta política unificada.
“El respeto a la soberanía del Estado no puede usarse como pretexto para la inacción. El Consejo de Seguridad de la ONU debe hacer frente de forma coherente a los abusos. Esto conlleva rechazar doctrinas manidas y carentes de ética según las cuales los asesinatos en masa, la tortura y el hambre son asuntos que no competen a terceros”, manifestó Shetty durante el acto de presentación del informe que evalua anualmente las vulneraciones de derechos humanos mundiales.
No todo es negativo. La gran noticia llego durante el pasado mes de abril: Amnistía Internacional se muestra esperanzada en relación al Tratado sobre el Comercio de Armas -adoptado por la ONU durante el pasado abril-, cuyo objetivo es frenar las transferencias de armas que puedan ser utilizadas para cometer atrocidades.
“Quienes viven fuera de su país, sin patrimonio ni estatus, son las personas más vulnerables del mundo, pero a menudo se las condena a vivir miserablemente entre las sombras”, declaró Salil Shetty. “Es posible un futuro más justo si los gobiernos respetan los derechos humanos de todas las personas, con independencia de su nacionalidad. El mundo no puede permitirse zonas excluidas de la reivindicación global de derechos humanos”, concluye.