La llaman la “Capilla Sixtina del arte madrileño”. La iglesia de San Ginés, en pleno centro de Madrid, es el templo del “cura de los nobles”, José Luis Montes Toyos. El todavía delegado episcopal de Patrimonio Cultural de la Archidiócesis de Madrid tendrá que sentarse en el banquillo el próximo 10 de febrero, acusado de sendos delitos de blanqueo de capitales y contra la Hacienda Pública. Algo que el propio religioso, en conversación con eldiario.es, niega rotundamente.
El religioso, que provenía de Guadarrama, recaló hace décadas en el templo de San Ginés. En ese momento, la parroquia necesitaba fondos para reforzar los cimientos. A Montes Toyos se le ocurre la idea de ampliar la cripta, y vender panteones para los benefactores. Algunas de las familias más adineradas de Madrid, como los Koplowitz, los Herrero (propietarios de Cortefiel), Pascual (lácteos), Areces (El Corte Inglés) o Abelló (farmacéuticos y banqueros) financian el proyecto, lo que le hizo ganarse el sobrenombre de “el cura de los nobles”. Durante años, su presencia en funerales, bodas, bautizos y comuniones de la jet madrileña ha sido una constante. Por ejemplo, el funeral de Isidoro Álvarez.
En la parroquia de San Ginés se bautizan y casan muchos de los representantes de la aristocracia española. Los donativos a la iglesia superan los siete mil euros al mes.
Ante estas graves acusaciones, la diócesis de Madrid ha emitido un comunicado en que subraya que “desde el absoluto respeto a la labor que lleva a cabo el poder judicial, el Arzobispado permanece pendiente de las posibles novedades procesales, en cuyo caso valorará qué pasos dar”. Según ha podido saber eldiario.es, la Iglesia no puede suspender al párroco en sus funciones hasta que no se haga oficial la condición de “investigado” (antes imputado) de Montes Toyos, quien ayer decía no haber recibido notificación alguna al respecto, y que asegura que no se le atribuye ninguna responsabilidad penal. “Yo no tengo nada que ver en todo esto, no hay nada ilegal”, añade el sacerdote.
A la espera de la notificación oficial, lo que sí ha trascendido es la preocupación del cardenal de Madrid, Carlos Osoro, ante una polémica que la diócesis viene arrastrando desde muchos años antes de su llegada a la capital de España, y que esconde luchas familiares por herencias e inversiones poco justificables en paraísos fiscales, con un sacerdote (y con su hermano, el abogado Carlos Montes Toyos), que no se ajusta a los cánones curiales.
Los hechos que han llevado al Juzgado de Instrucción número dos de Madrid a citarle como investigado se refieren a la expropiación de la finca conocida como Las Jaboneras, donde actualmente se encuentra el parque Tierno Galván de Madrid.
Las 22.000 hectáreas de terreno eran parte de la herencia que los marqueses de Molins dejaron a sus hijas Carmen y Blanca Roca de Togores. Uno de los hijos de la primera, Pablo Benjumea, es quien ha presentado la denuncia, después de detectar movimientos bancarios presuntamente irregulares que éstos habrían orquestado por importe de más de 14 millones de euros del patrimonio de la familia, procedentes del justiprecio de la expropiación.
Tras el archivo provisional de la querella en 2015, se detectó que, con ese dinero, se realizaron presuntamente operaciones con algunos paraísos fiscales, como Luxemburgo, Suiza, Panamá o Belice. José Luis Montes Toyos era el sacerdote de las hermanas Roca de Togores, mientras que su hermano Carlos era el abogado de la familia, con poderes para manejar las propiedades de las hermanas.
La investigación también advirtió que los hermanos Montes Toyos podrían haber dejado de pagar el Impuesto de Sociedades, dejando una deuda a las arcas públicas que podría ascender a los 4,5 millones de euros. Parte de estos fondos podrían estar en una cuenta bancaria en Suiza cuyo beneficiario es el párroco, según fuentes de la investigación. Él, por su parte, niega tener cuenta alguna, aunque sí admite que en 2005, “durante unos meses”, sí lo fue, por petición expresa de las herederas y contra el criterio del hoy denunciante.
El caso, con todo, se encuentra ciertamente enmarañado, pues a la investigación en curso se suman diferencias de criterio entre la familia que, según ha podido saber este diario, se está planteando emitir un comunicado desautorizando a Benjumea y reinvidicando la legalidad de las actuaciones del sacerdote y su hermano en lo tocante a la expropiación de Las Jaboneras.
Lo que, sin embargo, no justificaría el blanqueo de capitales. A falta de confirmar la declaración del sacerdote y la postura definitiva de la familia, la diócesis espera, y ciertos círculos confían en que Montes Toyos dé un paso adelante y renuncie a la responsabilidad en el Patrimonio Cultural de la diócesis.