El director del Instituto Torre del Palau de Terrassa (Barcelona), Evaristo González, es uno de los docentes pioneros en España en permitir los teléfonos móviles en clase y defiende con vehemencia que los celulares “son ordenadores llenos de recursos educativos”.
Diplomado en Magisterio por la Universidad de Oviedo y licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), este profesor lleva más de 25 años usando las tecnologías de la información y de la comunicación en sus clases, donde utiliza libros y materiales digitales, y permite usar los móviles a sus alumnos en clase desde hace 5 años.
González, que también es profesor del Máster internacional de Comunicación y Educación de la UAB, defiende en una entrevista con Efe en la víspera de la inauguración del Congreso Mundial de Móviles (MWC) de Barcelona el uso de móviles, tabletas y otras tecnologías en las aulas, una polémica abierta aún en el mundo educativo.
P: ¿Por qué defiende tanto que los alumnos puedan utilizar móviles en clase?
R: La tecnología es un recurso imprescindible para la enseñanza y el aprendizaje del alumnado y también del resto de la población. Los teléfonos móviles son auténticos ordenadores llenos de recursos para aprender en un mundo conectado y global. Además, están en los bolsillos de los adolescentes, que dominan su uso más habitual pero no con el potencial que tiene, y necesitan conocer estrategias para aprender desde la práctica del aula. Los móviles conectan con el mundo exterior, ofrecen posibilidades para colaborar, compartir, consultar y producir conocimientos. No usarlos es perder una gran oportunidad.
P: ¿Pero qué utilidad educativa concreta tienen en el aula?
R: La principal es el descubrimiento de que también sirven para aprender, no solo para nuestra presencia social y constante en Instagram, mensajerías instantáneas, videojuegos o música. Con ellos se accede a conocimientos vía webs y mediante apps, muchas gratuitas; acceder a diccionarios y traductores; producir contenidos multimedia a partir de trabajos planificados por el profesorado; como apoyo para crear apps y en robótica educativa; para gestionar información con las familias...Y también una buena enseñanza es aprender a ponerlos en silencio cuando hay que hacerlo.
P: ¿No causa distracciones en los alumnos o son usados para otros fines no educativos?
R: Los móviles causan distracciones dentro y fuera de la clase, al alumnado y a la población adulta. Las compañías tecnológicas han sabido crear un aparato atractivo, dominante y capaz de resultarnos imprescindible. Pero debemos aprender a establecer criterios personales, ambientales y educativos para priorizar su uso. Permitir los móviles en las clases sin normas y sin pautas para actividades concretas reproduce la realidad de la vida diaria: distrae, engancha, lo privado invade el espacio público y se convierte en una forma más de pasar el tiempo.
P: ¿Cómo se debe regular el uso del móvil en las clases?
R: Ha de haber un proyecto educativo, el desarrollo de las competencias digitales y unas normas que recojan este tipo de uso, no desde la prohibición sino desde la responsabilidad y el sentido común. El profesorado y el alumnado han de entender que el móvil es una herramienta con muchas posibilidades y con riesgos si su uso atenta a la privacidad de las personas, se consultan webs no apropiadas y el anonimato sirve para fines perversos. Mi experiencia me dice que los adolescentes lo entienden y se ha de confiar en ellos.
P: ¿A qué edad tienen los padres que comprar un móvil a sus hijos?
R: La tecnología es tan nueva que aún todos estamos en período de rodaje y no sabemos cómo avanzará en un mundo en el que dicen que todos estaremos conectados a todo. El Mobile World Congress 2019 tiene como lema la conectividad inteligente. Hay familias que regalan la tecnología a sus hijos por moda, como señal de modernidad, por complacerles, para que estén entretenidos o para que no molesten. O les dan de alta en redes sociales cuando no está permitido. Según los expertos, la edad de 12-13 años es adecuada para el primer móvil, pero no debería ser un regalo sin condiciones ni criterios.
P: ¿Cree que las tabletas han de sustituir a los libros de texto tradicionales?
R: El libro tradicional no tiene que ser incompatible con otras herramientas de aprendizaje. El concepto libro de texto, tal como lo conocemos hoy, está obsoleto. Irá redefiniéndose en un mundo en que el conocimiento y su actualización están al alcance de un clic, las metodologías cambian y los saberes evolucionan. Hay muchas otras fórmulas para aprender que no pasan por el libro de texto convencional. Internet es un gran manual pero necesita que aprendamos a usar la red y a reflexionar sobre el entramado de los algoritmos y sus efectos. Los primeros, el profesorado.
P: ¿Cómo afecta el uso de la tecnología a las relaciones interpersonales entre alumnos?
R: Hoy las relaciones interpersonales son presenciales y virtuales. La instantaneidad sin reflexión previa puede ser un núcleo de conflictos. La tecnología, por otra parte, modela nuestra identidad y cómo nos ven los otros: reflejamos una imagen y una identidad. A menudo un mensaje de WhatsApp molesta a las personas y rompe grupos o genera enemistades. Hemos de aprender a calcular los efectos y a potenciar los aspectos positivos de las tecnologías. Los centros educativos son un buen lugar.
P: Algún problema tendrá el uso de las nuevas tecnologías, ¿o no?
R: Tiene problemas que, en educación, han de ser oportunidades para aprender y generar hábitos positivos. Se han mencionado los relacionados con el precio, la privacidad, la instantaneidad, la nomofobia, el ciberbullying, el anonimato, la dependencia y cómo puede moldear nuestros cerebros y programar nuestra vida. Tampoco nos olvidemos de la brecha digital y las dificultades de personas que no pueden acceder a ella por su situación económica y social. En los centros educativos digitales todo el alumnado ha de poder acceder a un dispositivo en igualdad de condiciones.
P: Con el uso de la tecnología, ¿no estamos poniendo la educación en manos de los operadores de esta tecnología?
R: La tecnología tiene ideología, que nos convertimos en productos cuando las empresas nos facilitan algo gratis y que el gran mercado de la tecnología también tiene efectos secundarios, uno de los cuales es el control personal mediante la acumulación y análisis de los datos nuestros de que disponen. Vivimos en un mundo tecnológico donde hemos de aprender a poner barreras, a establecer normas de higiene digital y a apagar los dispositivos como medida de autoprotección cuando toca. No es fácil pero sí posible.
Paco Niebla