En un contexto de pérdida continua de profesores durante los últimos años, el Ministerio de Educación planea invertir 22 millones de euros en contratar a unos 2.000 becarios. El departamento que dirige José Ignacio Wert anunció ayer que facilitará prácticas para recién egresados “para realizar actividades de apoyo a la enseñanza en centros con especiales dificultades”. Los sindicatos y algún experto alzaron el grito al cielo: “Es una ocurrencia para sustituir al profesorado por trabajadores a bajo coste”, explican desde CCOO.
Tras reunirse con las Comunidades Autónomas –que tienen las competencias en educación– fuentes del Ministerio anunciaron el programa. “Se trata de un programa piloto de becas de formación de egresados universitarios [con muy buen expediente académico]. El programa tiene como objetivo fundamental propiciar la mejora de los resultados de los alumnos de centros docentes con especiales dificultades, y ofrecerles soluciones a los diferentes problemas que se plantean”, reza la nota de Educación.
“No podemos llenar el sistema de precariedad”, explica Nicolás Fernández, presidente de Anpe. “La idea, ayudar a los alumnos con necesidades, puede ser loable, pero no realizada por becarios, sobre todo cuando hay muchos especialistas que han perdido su puesto”, añade. “Llevamos tiempo planteando que no se pueden suplir las deficiencias con el profesorado en los centros con contratos en precario o voluntarismos”, lamenta Carlos López, secretario general de FETE-UGT. “Ahora se dan cuenta de que rebajar en un 90% la partida de educación compensatoria [lo que ha ocurrido en los Presupuestos de 2015] genera problemas educativos y lo quieren suplir con parches”, añade.
Los profesores que necesitan más formación
En los últimos cursos, el sistema educativo ha perdido entre 20.000 y 30.000 profesores, según los diferentes cálculos, por la práctica desaparición de la tasa de reposición de funcionarios (estuvo varios años al 10%, éste ha subido al 50% y se están empezando a convocar oposiciones de nuevo). Esta pérdida de docentes se ha cebado sobre todo con los apoyos a los alumnos con más dificultades, según explica Augusto Serrano, de STES-i, que antes por ejemplo podían salir de clase en ciertas asignaturas más complicadas para recibir una atención más personalizada. La falta de personal lo impide ahora.
Los futuros becarios tendrán que ser recién licenciados del ámbito de la educación, y de otras ramas de ciencias y ciencias sociales y tener un expediente académico con una nota media igual o superior al 8,5 para los maestros y un 8 para el resto. Su labor será apoyar “la enseñanza en horario escolar y extraescolar para centros sostenidos con fondos públicos con especiales dificultades, mediante atención especializada (adaptaciones curriculares, diseño e implantación de metodología específica, y otras medidas adecuadas a las necesidades del alumnado) a los siguientes grupos de alumnado de Educación Primaria: grupos de Educación Primaria con alumnado con necesidad específica de apoyo educativo, grupos de Educación Primaria con baja tasa de idoneidad, grupos de Educación Primaria cuyo alumnado promocione con áreas suspensas, grupos de Educación Primaria con tasas de absentismo superior a la media nacional”.
Cobrarán unos 1.000 euros al mes. “Entre 400 o 500 euros menos que un interino”, señalan desde STES.
Además, son precisamente estos alumnos los que necesitan un profesorado más formado, con más práctica, recuerda Serrano. “Hay que contratar profesores de apoyo, nada de becarios. La enseñanza necesita profesionales con más formación”, sostiene.