España se estanca en Matemáticas, una de las pocas materias en la que los chicos rinden más

Ni bien ni mal. Ni mejora ni empeora significativamente. El alumnado español de 9-10 años ha obtenido un 498 de media en la prueba de Matemáticas de TIMMS, un estudio internacional que se realiza cada cuatro años el IEA (International Association for the Evaluation of Educational Achievement). La nota es ligeramente inferior a la de las dos ediciones anteriores, pero supone un estancamiento de facto en la materia desde la mejoría que sí se registró entre 2011 y 2015.

En Ciencias, los mismos estudiantes españoles obtienen 504 puntos, una cifra relativamente lejana a la de hace ocho años (518) y que confirma el retroceso de los estudiantes. Los responsables de la prueba explican que cuando las diferencias son de pocos puntos importa más la tendencia a lo largo de los años que el hecho de estar punto arriba o punto abajo respecto a tu marca anterior o a otro país. En el caso de España no hay mejoría desde 2015.

En total, un 62,2% del alumnado supera este nivel en matemáticas y un 66,9%, en ciencias. De estos porcentajes, un 21% y un 4,2% logran alcanzar el nivel alto y avanzado en matemáticas; mientras que un 22,9% y un 3,9% hace lo propio en ciencias. Con estos resultados, España queda en un lugar similar a Francia, Bélgica o Italia. En matemáticas, el promedio de la OCDE es de 525 puntos y el del total de la UE, de 514. En ciencias, 526 y 513 puntos, respectivamente.

Cuando se miran los extremos la situación sí ha mejorado un poco. En los 12 años que van desde la primera participación de España, en 2011, hasta la actual, de 2023, el país ha pasado de tener un 1% de alumnos excelentes a un 4%. En el otro lado, el 13% de estudiantes con un rendimiento peor que “bajo” de entonces ha pasado a ser un 10% hoy.

Como es habitual en este tipo de estudios, varias comunidades autónomas se han presentado por su cuenta y tienen resultados propios. Entre las participantes con muestra ampliada, Castilla y León, Principado de Asturias, Comunidad de Madrid y Comunidad Foral de Navarra son las regiones con mejores puntuaciones (entre 522 y 517 puntos), todas ellas por encima del total de la UE (514 puntos) y próximas a la media de OCDE (525 puntos). “Desde el punto de vista estadístico no existen diferencias significativas entre el desempeño de las cuatro comunidades autónomas mencionadas y los dos promedios internacionales”, destaca el informe.

En el extremo contrario se encuentran Catalunya, Canarias e Illes Balears, todas ellas con puntuaciones medias inferiores a la media de España. En el caso de Illes Balears su promedio se sitúa en la frontera entre los niveles de rendimiento bajo e intermedio.

“No hay que volverse locos”

El IEA explica que el 498 español en matemáticas, materia en la que se ha centrado TIMMS este año, está más cerca del nivel intermedio (475 puntos) que del alto (550). Según su definición, los estudiantes del nivel intermedio “demuestran conocimiento de números enteros, formas básicas y representaciones visuales, incluyendo la búsqueda de longitudes de lados en polígonos y la lectura de información de gráficos”.

“No hay que volverse locos”, valora Lucas Gortázar, director de Educación de EsadeEcPol. “TIMSS es una prueba más curricular, es decir, de temario mucho más específico, y hay países (por ejemplo, el este de Europa) que suelen cubrir el temario para cuando los alumnos realizan la prueba, y tienen una aproximación poco competencial, por lo que pierden ventaja en secundaria, especialmente en PISA. En PISA vemos que España recupera en términos relativos”, analiza.

Dominan los asiáticos

En términos generales, los países asiáticos dominan (también) esta prueba, tanto en Primaria como en Secundaria. Singapur, Taipei, Corea del Sur, Hong Kong o Japón aparecen en el primer escalón de resultados en matemáticas, con puntuaciones superiores a los 590 puntos en ambas etapas. En ciencias se cuelan también entre los mejores países como Inglaterra o Turquía.

Gortázar cree que España tiene unos “resultados pobres en relación a los países vecinos, una realidad que viene de lejos para las pruebas de TIMSS en matemáticas y ciencias, a diferencia de PIRLS [que evalúa la lectura], donde España está más arriba en relación a vecinos europeos o OCDE”, explica.

El resultado en matemáticas que obtuvo España en PISA –con una caída generalizada en los resultados, que en buena parte se achacó a la pandemia– provocó que el Gobierno anunciase un plan de refuerzo de la materia para este curso. Un plan a base de desdobles de clases y refuerzos que los expertos consideraban lleno de “buenas intenciones, pero dinero insuficiente”.

“Efectivamente, hace falta apostar más por la Primaria, por muchos más desdobles, refuerzos y apoyos, pero también por cambios metodológicos que permitan afianzar aprendizajes fundamentales como es el de las matemáticas, algo que ni ha ocurrido en el pasado ni está ocurriendo ahora en la escala que debería. En todos los alumnos, pero prestando atención a colectivos vulnerables, y en este caso, también niñas”, sostiene.

Solo en un país las chicas son mejores

Porque España está entre el grupo mayoritario de países en los que los chicos rinden más en matemáticas que las chicas. La proporción en esta edición de TIMMS es de 40 a 1 (y 17 en los que no hay diferencia), una estadística que ahonda en la idea de que esta asignatura es prácticamente la única en la que los chicos rinden mejor que las chicas. Sudáfrica es el único país del estudio en el que las mujeres obtienen mejores notas que los varones de manera significativa.

En el caso español la diferencia es de 18 puntos, una cantidad que los autores de este estudio prefirieron no cuantificar en términos académicos (a cuánto tiempo de clase equivale), pero que en otros exámenes similares, como PISA, se calcula que supone casi un curso entero. Esta brecha entre unos y otras ha aumentado en los últimos años, desde los 12 puntos de diferencia en 2015.

El Gobierno también ha tratado de abordar esta brecha, en este caso a través del currículum de la matemáticas en la Lomloe. En el Real Decreto que definía la materia, el Ministerio de Educación incluyó la perspectiva de género y emocional en la materia precisamente para mejorar el rendimiento de las chicas.

La importancia del hogar

Como sucede en tantas otras cuestiones educativas, la situación familiar es uno de los principales indicadores (y explicaciones) del rendimiento de un estudiante. “Los estudiantes con un nivel socioeconómico más alto o con más recursos familiares tienen, en promedio, un rendimiento sustancialmente mayor que los estudiantes con un nivel socioeconómico más bajo o con menos recursos”, explica la organización.

En concreto 85 puntos de diferencia entre el 30% de alumnado más aventajado, que obtiene 544 puntos de media en el caso de las matemáticas, y el 22% que menos lo está, que no pasa de 459. Entre unos y otros, el grupo mayoritario intermedio (un 48% del estudiantado) sacó 502 puntos de media. En Ciencias las diferencias van de 535 puntos en el espectro alto a los 444 en el bajo.

Esta estadística tiene su continuación en el tipo de centro al que acude el alumnado: cuantos más estudiantes hay socioeconómicamente aventajados en un colegio, mejor rendimiento.

La organización apunta a otras claves que parecen más intuitivas: la exposición temprana a las matemáticas o ciencia mejora el rendimiento, y cuánto más a menudo se haga, más. También que faltar a clase lo empeora.

Respecto a lo primero, la diferencia entre los que más lo hacen y los que menos son de 46 puntos, los que van de 523 puntos a 487. Las ausencias, también medidas, dibujan una diferencia de rendimiento en matemáticas de 65 puntos y en ciencias es 60 entre quienes no pierden clase nunca y los que lo hacen una vez a la semana.