Lío en la Universidad Rey Juan Carlos (URJC). Los estudiantes han convocado una huelga durante toda esta semana en protesta por el Plan de Reordenación Docente del Centro. Entre las medidas que serán aprobadas y que rechaza el alumnado está la supresión de seis grados de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS) en el campus de Aranjuez a partir del próximo curso.
La propuesta del Rectorado es que ningún estudiante pueda comenzar en septiembre los grados de Administración y Dirección de Empresas, Trabajo Social, Derecho, Economía, Relaciones Laborales y Turismo en Aranjuez.
Fernando García Muiña, vicerrector de Ordenación Académica del centro, garantiza que los alumnos actualmente matriculados podrán terminar sus carreras y hasta tripitir, si fuera necesario, con todas las garantías de clases, tutorías y exámenes, uno de los principales temores de los alumnos. “La URJC no deja tirados a sus estudiantes ni se marcha de Aranjuez”, afirma.
“Por decisión política, la URJC ha crecido de manera exponencial muy grande. Somos la segunda universidad [de Madrid, por detrás de la Complutense] en número de alumnos, pero con un ratio de alumnos por profesor que no corresponde. Ahora no se quiere crecer a cualquier precio”, explican fuentes del centro.
Según la universidad, el impacto de la medida, aún en fase de propuesta, sería pequeño. “En estos seis grados en Aranjuez se matriculan poco más de 30 alumnos en primero en cada uno de ellos. No serían más de 300 plazas de nuevo ingreso las afectadas, y cubrimos esta oferta en otros campus”, asegura el vicerrector.
Pero los estudiantes no creen a la Universidad. “La Delegación de FCJS no considera lícito que el estudiantado pague por los errores que haya podido cometer una universidad pública (...) y tengan que sufrir las consecuencias de este Plan creado para solventar la ineptitud y poca capacidad de previsión en la gestión que durante estos últimos años se ha dado en la URJC”, explican en un comunicado.
“Pueden tener total tranquilidad”
Las informaciones respecto al Plan de la universidad han ido evolucionando según han pasado los días. En un primer momento se habló de que los estudiantes actualmente cursando alguno de los grados a extinguir tendrían que trasladarse, luego que si suspendían podrían repetir un curso, pero no más.
Desde la Universidad aclaran: “Los estudiantes pueden tener total tranquilidad. Podrán titular en Aranjuez, si suspenden aún habrá clases el año que viene y un segundo curso también, en las mismas condiciones que ahora”, asegura. “En cualquier caso, este curso tenemos dos alumnos en cuarta matrícula [es hasta donde tendría que llegar un estudiante para verse afectado, según la universidad] y también buscaríamos una solución para ellos. También hemos tenido en cuenta que en este campus muchos estudiantes piden el traslado a otros”, elabora.
Insuficiente para los estudiantes. “No porque nos hayan dicho que el año que viene no se vayan a tocar X grupos significa que no se vayan a modificar en algún momento. El plan está previsto para 4/5 años. Nadie se puede creer que, si en Aranjuez, a tres o cuatro personas, durante la extinción de grados les queda una asignatura, se vaya a aprobar la impartición de docencia para las mismas durante el siguiente curso, en el que no hay previsión de docencia. No nos lo creemos”, aseguran.
“Este plan no da ninguna garantía porque no protege el derecho de los estudiantes a recibir su itinerario formativo en las mismas condiciones que el resto del estudiantado”, opinan.
¿Qué es un servicio público?
Buena parte de la polémica surgió a partir de un informe que escribió la Defensora Universitaria del centro, Elena Battaner, en el que afirmaba que estas medidas suponen la eliminación de gran parte de los derechos adquiridos por los estudiantes. Desde el rectorado recuerdan que Battaner está en funciones, aseguran desconocer “el proceso de elaboración del informe”, pero sostienen “se han tomado como referencias ciertas informaciones que son falsas”.
De fondo sobre la cuestión planea qué se entiende por un servicio público y cómo debe afrontarse su prestación. La URJC defiende que como servicio público “tiene la obligación de prestar el mejor servicio con los recursos de todos”, en alusión al coste que le genera un campus alejado del resto y con —en las mencionadas titulaciones— pocos estudiantes.
Los alumnos defienden justo lo contrario a partir del mismo punto de partida. “La universidad se encarga de ofrecer un servicio público. Por ello, debe preocuparse por todo su estudiantado”, defienden.
Por último, desde la Universidad aseguran que el futuro del Campus de Aranjuez no está en peligro. “Nuestro objetivo es continuar la docencia en Aranjuez. Dado que somos una Universidad muy dispersa geográficamente, los profesores se trasladan mucho y estamos tratando de dotar de mayor coherencia al campus”, explica García Muiña.