Las familias gastan unos cien euros por alumno y curso escolar en libros de texto, según Anele (la Asociación Nacional de Editores de Libros de Texto de España). La organización ha explicado este jueves durante la presentación del informe El libro educativo en España - Curso 2019-2020 que el gasto medio por familia, que contempla grandes diferencias regionales, está en remisión desde al menos 2011, cuando por cada alumno se invertían 111 euros anuales.
Además, recuerdan los editores, el 54% del alumnado recibe algún tipo de ayuda para estas compras. La inversión de las diferentes administraciones del Estado en esta materia es de 254 millones de euros, casi la mitad de ellos en Andalucía. Según cálculos de Anele, esto supone que cada familia que recibe ayuda sufraga de esta manera la mitad del gasto, unos 53 euros por alumno.
Fuentes de la asociación explican sin embargo que estas cifras pueden ser algo confusas, porque son medias y las diferencias territoriales son grandes. Así, en regiones como Andalucía o Navarra los libros son totalmente gratuitos para las familias, mientras en otras como Catalunya apenas hay ayudas.
Además, advierten de que la profusión normativa y los diferentes sistemas de ayudas entre las comunidades autónomas (desde el préstamo universal navarro o murciano, por ejemplo, hasta las ayudas directas catalanas o aragonesas), “cada vez más variados y complicados (...), está produciendo la desigualdad entre los alumnos, ya que no todos tienen las mismas posibilidades de acceder a los mismos recursos”.
El gremio de editores, que fue condenador por la Comisión Nacional de la Competencia con casi 34 millones de euros de multa por “coordinar políticas y condiciones comerciales”, también ha informado de una subida del precio de los libros del 1% para este curso, un incremento inferior al de cursos precedentes, según sus cálculos.
Crítica a los políticos
Además, los editores agrupados en Anele (que incluyen grupos como S&M, Santillana, Anaya o Edebé) han criticado “la situación política española y la imposibilidad de alcanzar un pacto educativo que permita dar estabilidad y coordinación al sistema”, lo que conlleva una diversidad normativa que dificulta el trabajo de las editoriales, pero también “es responsable de que el acceso de los alumnos a libros y contenidos educativos innovadores y de calidad esté cada vez más condicionado por decisiones políticas”.
Anele asegura que en los últimos tres años se han publicado en las diferentes comunidades autónomas unas 450 normativas que afectan de alguna manera a la edición de contenidos educativos. Esta profusión regulativa ha llevado a una gran diversidad de currículos, una diferencia que se ha visto acentuada como consecuencia de la división entre asignaturas troncales, específicas y de libre configuración como consecuencia de la implantación de la LOMCE, que estableció este reparto y dio a las Comunidades Autónomas la capacidad de proponer sus propias asignaturas.
Con esta diversidad, aseguran los editores, las empresas han tenido que editar hasta 33.222 textos diferentes entre libros del alumno, del profesor, cuadernos de trabajo y material complementario en castellano, catalán, gallego, valenciano, euskera, inglés y otros idiomas. “Las ediciones son cada vez más limitadas a su territorio con el consiguiente encarecimiento de los costes”, lamentan las empresas.
El ejemplo más palmario de esta diversidad educativa se daría en la asignatura de matemáticas, para la que se han tenido que editar 17 versiones diferentes del mismo libro, una por cada comunidad autónoma, para adaptarse a los currículos de cada territorio, según ha explicado el presidente de Anele, José Moyano.
El director general de la asociación, José María Ávila, también ha denunciado que las comunidades autónomas presionan a la asociación para que adapten sus libros a las peculiaridades territoriales. Ha ocurrido, según ha explicado, en lugares como Canarias, Castilla-La Mancha, Catalunya, la Comunidad Valenciana o Andalucía.