La Fundación Francisco Franco conmemora el fin de la Guerra Civil: “Nosotros no olvidamos”

La Fundación Francisco Franco está conmemorando este 1 de abril el fin de la Guerra Civil española y lo que vino después: cuarenta años de dictadura y represión. La asociación, financiada con fondos públicos al menos hasta segundo mandato de José María Aznar, celebra la efeméride en Twitter con el lema “nosotros no olvidamos”.

Desde su cuenta, han compartido documentos como el último parte de guerra (“en el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército Rojo...”) o imágenes del dictador en el día de su victoria.

La Fundación Francisco Franco es una entidad privada que se dedica a ensazar la figura del dictador, a quien retratan como la persona que “liberó a España del comunismo, que la salvó de entrar en la Segunda Guerra Mundial, que realizó la reconstrucción después de haber quedado asolada; que la impulsó económicamente a partir de los años 60”.

La organización obvia la represión y persecución para señalar que “en general, consiguió para el pueblo español prosperidad”. “Ha contraído tantos méritos... que lo que deberíamos es homenajearle todos los días del año”, sostenía un portavoz en declaraciones al diario.es.

La entidad lleva años envuelta en polémica, y no solo por su argumentario. Publicó sus cuentas por última vez en 2009, aunque la ley obliga a hacerlo año a año. Entonces tenía unos ingresos anuales de 118.000 euros. Está acreditado que el Gobierno de José María Aznar dio subvenciones a la organización hasta el año 2003.

El Hotel Meliá Castilla de Madrid acogió en diciembre un polémico homenaje al dictador. Unos días antes, el 20 de noviembre, se celebraban en España varias misas para conmemorar el 40 aniversario de su muerte.

Los Presupuestos Generales del Estado no han destinado en los últimos cuatro años ni un solo euro a la memoria de las víctimas de la dictadura. Los de 2016 ya confirmaron que Rajoy ha completado tal y como empezó la legislatura: con el parón en las ayudas a las familias que buscan a sus desaparecidos en las cunetas españolas.

Las exhumaciones financiadas por el Ministerio de Presidencia se paralizaron en 2012. Desde entonces, las iniciativas para recuperar los restos de los represaliados corren a cargo de fuentes de financiación extranjeras, como un sindicato noruego de electricistas o la Fundación Abraham Lincoln de Nueva York.