El gigante danés de la producción porcina, Danish Crown, ha admitido ante el Tribunal Supremo del país escandinavo que hacía greenwashing en sus campañas para presentar su carne de cerdo como respetuosa con el medio ambiente.
La compañía –que sacrificó 15 millones de cerdos en 2023 en todo el mundo– ha reconocido ante los jueces que no respetaba la ley al utilizar afirmaciones como “la carne de cerdo danesa en más respetuosa con el clima de lo que usted cree” o que su producto provenía de “cerdos con control climático”.
Un tribunal danés había fallado en marzo de este año que Danish Crown, efectivamente, había “confundido” a los consumidores con su campaña sobre “cerdos con control climático”, pero no condenó el eslogan sobre la carne más respetuosa.
Los demandantes –las organizaciones Sociedad Danesa Vegetariana y Movimiento por el Clima– apelaron al Supremo y la empresa ha terminado por admitir que “cuando utilizamos las declaraciones en cuestión, no cumplimos los requisitos de la Ley danesa sobre prácticas de comercialización”. Es decir, cayeron en el greenwashing publicitario.
Además, Danish Crown acepta la prohibición de utilizar ambas expresiones en futuras campañas publicitarias. “Es crucial para nosotros que podamos comunicar nuestras iniciativas climáticas para diferenciarnos y hacer de la acción climática un buen negocio”, ha añadido la compañía.
El movimiento de esta empresa cárnica ha llegado unos días después de que el Defensor del Consumidor de Dinamarca se hubiera manifestado a favor de las organizaciones ambientalistas que han denunciado al gigante del porcino.
Lección para el futuro
El secretario general de Movimiento por el Clima, Frederik Roland, ha declarado después de conocerse la decisión que “Danish Crown admite que estaban detrás de una campaña publicitaria que hacía que sus productos dañinos para el clima aparecieran más verdes de lo que son”. Y ha añadido que espera que “otras compañías aprendan para tener un mercado justo en el que artículos dañinos no puedan etiquetarse como amigables con el clima”.
El impacto ambiental de la producción intensiva de carne de cerdo viene, por un lado, en forma de emisiones de gases de efecto invernadero. Según el calculador Our World in data, por cada kilo de carne porcina se emiten 12 kg de gases en toda su cadena desde la producción a la venta (por detrás de 99 kg de la ternera).
Por otro lado, las explotaciones porcinas han supuesto una fuente de contaminación del agua, sobre todo por la gestión de los desechos de los animales que contaminan cursos y masas de agua subterránea