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La Guardia Civil ha detectado más de 500 pozos ilegales que esquilman el agua de la que vive Doñana

Los pozos ilegales esquilman el agua de la que depende el Parque Nacional de Doñana. La Guardia Civil ha detectado 562 de estas captaciones más otras 146 balsas de riego ilegales, según la respuesta parlamentaria del Ejecutivo al diputado de Unidos Podemos, Juantxo López de Uralde.

Son 708 puntos por donde se escapa el acuífero del que vive el humedal. Centenares de microtrasvases que van del subsuelo a las explotaciones agrícolas de regadío intensivo a base de fresas y frutos rojos que rodean el entorno natural. El servicio del Seprona ha informado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir.

“No hay justificación alguna para permitir que la extracción ilegal de agua en Doñana continúe. Es urgente poner fin al expolio hídrico que sufre el Parque Nacional, al que el Seprona acaba de poner cifras” ha declarado López de Uralde.

Las captaciones irregulares de agua en Doñana suponen una de sus mayores amenazas. La organización WWF cartografió en 2016 hasta 1.700 balsas que acumulaban agua “de las que el 80% son ilegales”, explicaban. Todo ese volumen hídrico acumulado no fluye por el parque nacional.

De hecho, los análisis de evaluación que lleva a cabo anualmente el Gobierno vienen alertando sobre el agotamiento paulatino del acuífero y el mal estado que presentan las aguas subterráneas de Doñana. Las lluvias son incapaces de frenar la sobrexplotación impuesta por la industria intensiva del regadío.