Las comunidades autónomas inician la batalla por el paquete de tabaco sin marca

Más presión contra las tabacaleras. Diez comunidades autónomas (Galicia, La Rioja, Andalucía, Cantabria, Murcia, Aragón, Castilla-La Mancha, Extremadura, Baleares y Madrid) se han unido a varias asociaciones médicas y contra el consumo de tabaco para pedir al Gobierno que adopte el envasado neutro de todos los productos de tabaco. Los demandantes de esta medida solicitan al Ejecutivo que aproveche la trasposición de la directiva europea sobre presentación y venta de tabaco para implantar esta norma.

La medida consiste en que las cajetillas, además de las advertencias sanitarias de rigor sobre los efectos del tabaco, “resulten indistinguibles unas de otras salvo que uno se tome la molestia de leer en caracteres uniformes la marca y el nombre del fabricante”. No habría logotipos ni otros rasgos distintivos. “El objetivo es trasladar al Gobierno de España que, tras liderar hace unos pocos años la lucha contra el tabaquismo, no puede quedarse ahora rezagado”, según el doctor Francisco Rodrigo Lozano, presidente de la Red Europea de Prevención del Tabaquismo (ENSP).

Al sector del tabaco la propuesta no le ha caído muy bien. La Mesa del Tabaco, que reúne a las principales empresas productoras, habla de “expropiación injustificada de marcas comerciales”, califica de “radical e ineficaz” la medida, y la tacha de “ataque sin precedentes a un sector legal e hiperregulado”, según su portavoz Juan Páramo. Además, opinan que el envasado genérico “no beneficia al consumidor, que sin marcas pierde su capacidad de elección”, y asegura que “los verdaderos beneficiados son las mafias que mueven el comercio mundial de tabaco ilegal”.

Implantado en varios países europeos

El término “rezagado” que mencionan los demandantes alude a que ya son varios los países que han adoptado esta medida. Aunque de momento sólo Australia lo ha implantado ya, en Francia, Reino Unido e Irlanda está a punto de entrar en vigor, y Noruega, Finlandia, Suecia, Hungría e Italia están ultimando su desarrollo definitivo.

Los resultados obtenidos en Australia, donde el consumo ha bajado un 3% desde que se aplica la norma pese a que partían de una tasa de fumadores baja, animan a las organizaciones a pedir que se traslade a España también.

“Esto demuestra que el envasado neutro de las labores de tabaco es eficaz, y lo es en primer lugar porque desincentiva especialmente a los jóvenes a la hora de iniciarse en el tabaquismo, además de contribuir también a que los fumadores tomen la decisión abandonar el hábito”, explicó Esteve Fernández, director del Centro de Referencia para el Control del Tabaquismo en España de la OMS. Rodríguez, de la ENSP, incidió en que la medida tiene efecto “sobre todo” en los jóvenes y nuevos fumadores, ya que al eliminar de los paquetes, bolsas y latas la publicidad de los logotipos y los colores el tabaco reduce su atractivo.

Según algunos estudios, el envasado uniforme realza el impacto de los avisos sanitarios en los paquetes para los fumadores ocasionales, reduce la necesidad inconsciente de fumar, provoca que la gente enseñe menos sus cajetillas en los bares y son más eficaces que simplemente agrandar las alertas.

Las tabacaleras matizan estos datos. “En Australia el consumo de tabaco ilegal ha crecido un 26% en los años que el envasado genérico lleva aplicándose”, afirma Páramo. También asegura que en los países que lo están regulando no todos están de acuerdo. “En Reino Unido, Francia e Irlanda las propuestas han sido contestadas por otros Estados y por diferentes actores del ámbito económico”, señala.

Por su parte, el ministro de Sanidad califica la iniciativa de las asociaciones y comunidades autónomas como “muy válida”, pero destaca que ese tema tendrá que tratarse en la próxima legislatura. Es decir, tras las elecciones del 20 de diciembre.

Un producto aspiracional

Olalla Castro, analista global de marcas de Havas Media Group, coincide con los médicos y cree que la medida tendrá un efecto en los fumadores porque “el tabaco es un producto aspiracional, y estos productos se asocian mucho al logotipo”, explica. “Consumiendo este tipo de productos uno siente que se incorpora a una categoría de gente a la que quiere parecerse. Si se elimina la iconografía, el tabaco perdería parte de su atractivo, se asemejaría a una marca blanca, aunque no lo sea. Se convierte en un producto feo y eso va totalmente en contra de lo que es un producto aspiracional”, argumenta.

Julio Vidosa, consejero de la Asociación de Marketing de España, concede que la medida puede tener su efecto “para no fomentar, para que no aumente el número de fumadores”, pero cree que “no son tan eficientes como se pensaba”. “A cortísimo plazo se va a marear al usuario un poco hasta que localice su tabaco en el estanco, pero después de un periodo no va a afectar nada”. Vidosa basa su argumentación en que “es una adicción” y pone como ejemplo que “las cajetillas ya llevan unas imágenes muy agresivas, pero ya no afectan, ni se miran”.

Según Vidosa, la medida va a afectar más a las marcas que al consumidor. Castro coincide en que, al perder sus elementos distintivos, “difícilmente se podrá justificar un precio más alto. El producto se hace menos elitista porque no se tiene la percepción de ese precio esté justificado por una marca. Se vuelve un commodity, un producto indiferenciado en el que al final se mira el precio”. También se pregunta si el envasado uniforme llegará junto a una mayor limitación en la publicidad permitida en los estancos porque “las promociones son bastante efectivas”, y si se permite a las marcas publicitarse en los estancos se puede diluir parte del efecto que se lograra con el envasado uniforme.

España, con un 29% de fumadores, está entre los países que más tabaco consumen de la UE. Hasta el 31 de agosto se habían comprado 1.576.268.572 cajetillas de tabaco en un sector que mueve unos 2.700 millones de euros y en 2012 daba trabajo a 56.000 personas en el país entre empleos directos e indirectos, según la CEOE.