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Jenni Hermoso desmiente a Rubiales y niega el consentimiento: “Me sentí víctima de una agresión”

“Quiero aclarar, que tal y como se vio en las imágenes, en ningún momento consentí el beso que me propinó [Rubiales] y, por supuesto, en ningún caso busqué alzar al presidente. No tolero que se ponga en duda mi palabra y mucho menos que se inventen palabras que no he dicho”.

Jennifer Hermoso cargó este viernes contra el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), al que acusó de mentir durante su discurso de no dimisión, de inventarse declaraciones suyas y de darle un beso no consentido. En un comunicado publicado por su sindicato, Futpro, la jugadora desmintió brevemente toda la versión ofrecida por el presidente de la federación por la mañana. Después amplió su versión de los hechos con una carta personal. Además, las 23 campeonas del mundo y otras 58 futbolistas anuncian en el mismo texto que no jugarán en la selección femenina mientras la actual dirección siga al mando.

La RFEF respondió de madrugada a los comunicados de Hermoso y Futpro. Mediante otra nota, acompañada de fotos, sostiene que “la versión de los hecho del presidente está contrastada en el expediente interno” que ha abierto la RFEF y amenaza con acciones legales. La nota se centra en intentar demostrar que el abrazo que describe Rubiales sí se produjo, aunque muchos tuiteros señalaban que las imágenes están editadas.

La versión de Jenni Hermoso

Poco después de la nota conjunta de Futpro, Hermoso envió otra, personal esta vez, en la que ofrecía una versión más completa de lo sucedido tras la final del mundial y los días posteriores.

“Después de conseguir uno de los éxitos más deseados de mi carrera deportiva, y tras unos días de reflexión (...), si bien es cierto que no quiero interferir en los múltiples procesos legales en curso, me siento obligada a denunciar que las palabras del señor Luis Rubiales explicando el desafortunado incidente son categóricamente falsas y parte de la cultura manipuladora que él mismo ha generado”, comienza Hermoso.

“En ningún momento se produjo la conversación a la que el señor Rubiales hizo referencia y ni mucho menos su beso fue consentido. Quiero reiterar, como ya hice en su momento”, explica refiriéndose al directo en Instagram que realizó minutos después del incidente, “que este hecho no había sido de mi agrado. La situación me provocó un shock por el contexto de celebración (...). Me sentí vulnerable y víctima de una agresión, un acto impulsivo, machista, fuera de lugar y sin ningún tipo de consentimiento por mi parte. Sencillamente, no fui respetada”.

A continuación, la jugadora se refiere explícitamente a la petición que le hizo la Federación de salir en un vídeo con Rubiales para exculpar al mandatario. “En todo momento trasladé a la RFEF que no haría ningún tipo de declaración individual o conjunta sobre este asunto, ya que quitaría aún más protagonismo a un momento tan especial”, aclara. “He estado bajo una continua presión para (...) justificar el acto del señor Luis Rubiales (...). La RFEF ha presionado a mi entorno (familia, amigos, compañeras). Como selección nacional campeona del mundo no nos merecemos una cultura tan manipuladora, hostil y controladora”, añade.

Jennifer Hermoso no solo habla de este mundial. El comunicado se extiende más atrás en el tiempo y menciona otros conflictos ocurridos en la selección femenina. “Este tipo de incidentes se une a una larga lista de situaciones que las jugadoras hemos venido denunciando en los últimos años, por lo que este hecho en el que me he visto involucrada es solo la gota que colma el vaso (...), pero actitudes como esta han sido parte del día a día de nuestra selección durante años”, asegura.

La jugadora acaba su mensaje agradeciendo el apoyo recibido por el fútbol femenino mundial. “Son todas las jugadoras de España y del mundo las que me han dado la fuerza para salir con este comunicado”. Y finaliza reivindicando la decisión de más de 80 futbolistas de no jugar en la selección hasta que cambie la directiva de la RFEF.

La versión de Rubiales

Rubiales había ofrecido una versión de los hechos bastante diferente por la mañana a la asamblea de la RFEF, en una intervención en la que mezcló varias cosas y llegó a interpelar a sus hijas.

“El beso –más un pico que un beso–quién vea el vídeo entenderá que ante 80.000 personas en el momento [en el estadio], millones de manera televisada, ante toda la gente que había allí –entre ellas parte de mi familia, mis hijas, el deseo que podía tener en ese beso era exactamente el mismo que podía tener ante un beso a una de mis hijas. No hay deseo ni posición de dominio, aunque se esté vendiendo otra cosa en muchos medios, que están rindiendo pleitesía ante el falso feminismo, que es una gran lacra en este país. Fue un beso espontáneo (...)”, empezó.

Luego relató su versión de esos breves segundos. “Voy a contar ahora la secuencia completa. Fue espontáneo, mutuo, eufórico y consentido, que esta es la clave. Esta es la clave de todas las críticas, de todo el proceso que se ha montado en este país. De que fuese sin consentimiento. Fue consentido. Esta jugadora falló un penalti. Yo tengo una gran relación con todas las jugadoras, con todos los miembros de la expedición. Hemos sido una familia durante más de un mes. Y tuvimos momentos cariñosísimos en esta concentración”.

Y entonces vio a su hija llorando. “Hija mía, no llores. Tienes que estar tranquila y contenta. Tienes que estar orgullosa de quién es tu padre”, y retomó la narración. “En el momento en el que apareció Jenny, ella me levantó a mí del suelo. Me cogió por las caderas, por las piernas. No recuerdo bien. Me levantó del suelo que casi nos caemos y al dejarme en el suelo nos abrazamos. Ella fue la que me subió en brazos y me acercó a su cuerpo. Nos abrazamos. Y yo le dije, 'olvídate del penalti. Has estado fantástica. Y sin ti no hubiéramos ganado este Mundial'. Ella me contestó: 'Eres un crack'. Y yo le dije: '¿Un piquito?'. Y ella me dijo: 'Vale'. Fue el piquito durante todo este proceso”.