José Miñones (Santiago, 1972) apenas lleva tres meses en el cargo. El tercer ministro de Sanidad de la legislatura en la que la sanidad ha sido más protagonista que nunca espera que las elecciones del próximo 23 de julio le permitan dar continuidad a la labor del Gobierno de coalición. Es una idea que repite una y otra vez: “Hay dos modelos, el de derogar o el de seguir avanzando, que es el nuestro”. Posa sobre sus rodillas unos folios con apuntes, que ojea de vez en cuando durante esta entrevista, en la que defiende un refuerzo de la atención primaria, el sistema público e impulsar la salud mental, y advierte de los pactos del PP y Vox, “incluso allí donde lo necesita para gobernar”.
Es ministro de Sanidad desde el 28 de marzo, ¿qué expectativas tenía entonces? ¿le ha dado tiempo a hacer algo en este tiempo?
Llegar nuevo a un ministerio te obliga a adaptarte a todas las necesidades que hay y a saber cómo está cada asunto. El primer mes ha sido más una gestión de conocer el funcionamiento y de reunirme con las direcciones generales, pero el ritmo al que estamos te obliga a adoptar medidas. La primera fue convocar de urgencia un Consejo Interterritorial para llevar a aprobación diferentes planes que verán la luz esta semana con el traspaso de los 580 millones de euros (a las comunidades autónomas) del Plan MINAP, para mejorar los centros de salud, hacer nuevos, habilitar salas de urgencia, de fisioterapia o de radiodiagnóstico y, por lo tanto, hacer más fuerte la atención primaria y que los vecinos y vecinas tengan los servicios más próximos. De la misma manera, hemos tenido un contacto muy importante con colectivos y asociaciones para saber sus demandas. En esa línea hemos dado pasos importantes, como con el derecho al olvido oncológico, que lamentablemente no hemos podido materializar en el Senado por esta convocatoria de elecciones, pero que intentaremos llevar a cabo a lo largo de estos meses.
En los últimos meses hemos visto protestas y reivindicaciones por la sanidad pública en varias comunidades autónomas. Las más multitudinarias, en Madrid. Sin embargo, las urnas le han dado una mayoría absoluta al PP. ¿A qué lo achaca?
No se ha hablado de sanidad, de lo que realmente le importa a la ciudadanía. Estoy comprobando día a día, en el contacto directo con los colectivos, con las asociaciones y con la gente, que una de las primeras preocupaciones es no poder atender y ser atendido por el médico del centro de salud o estar en una lista de espera pendiente de una operación. Esa es una preocupación real, pero no se habla de ello o no se quiere hablar. El Partido Popular tiene muy claro que no quiere hablar de sanidad. Yo sí estoy interesado en que se hable del refuerzo de la sanidad pública y de la atención primaria. Y de los recortes que hicieron y que sufrimos hoy, para que la gente sepa de dónde vienen los problemas a la hora de votar.
El PP ha asegurado que hay leyes que quiere modificar, como la de eutanasia o la del aborto.
Es muy importante explicar qué está haciendo este Gobierno, qué ofrece el Partido Socialista y qué ofrece el resto, que por el momento no lo sabemos. Lo que sí está claro es que un cambio de gobierno pone en peligro que leyes como la de eutanasia o del aborto se mantengan, porque quieren retirarlas.
Si esa conversación no caló hace un mes, ¿qué ha cambiado de cara a la campaña del 23 de julio?
Cambian muchas cosas. Ahora mismo los pactos que se están produciendo ya son una realidad. El Partido Popular no oculta la necesidad de irse hacia la ultraderecha y de pactar con Vox, sea como sea, incluso allí donde no lo necesita para gobernar. Cambia que la gente sabe lo que nos estamos jugando y lo importantes que son unas elecciones generales que atraen más el interés del votante y movilizan más que unas autonómicas y locales. Y luego cambia, lógicamente, el espacio a la izquierda del PSOE, que venía dividido y ahora se conjuga en una nueva formación, Sumar.
Lo que no cambia es el mensaje del PP y de Vox, que sigue siendo el mismo: no decirnos qué quieren hacer el día 24 de julio, como no dijeron en Madrid lo que iban a hacer el día siguiente de las elecciones, como es el caso del acceso a la educación infantil.
El PP ya había pactado con la extrema derecha en Andalucía y gobiernan juntos en Castilla y León. No parece que eso penalice electoralmente.
No voy tanto a si penaliza el pacto con Vox. Lo importante no es con quién, sino qué se esta pactando. El PP se ha radicalizado y se ha ido a la ultraderecha. Hasta ahora teníamos unos pactos en Castilla y León, donde han entrado en el gobierno, y ahora estamos viendo que esa entrada supone un cambio en las políticas que se llevan a cabo. Eso es lo preocupante. Comprobar que donde gobierna el PP con Vox se prohíbe la manifestación contra la violencia de género es muy grave; que se eliminen las concejalías o las consejerías de Igualdad es muy grave; que se dé por bueno llamar a la violencia machista violencia intrafamiliar es muy grave. Son pasos atrás y es lo que la gente está comprobando que le va a afectar.
Y el día de mañana será con las pensiones. Cuando escuchas a Feijóo decir que apoyaron la actualización de las pensiones, mintiendo claramente y sin querer hacer ese debate cara a cara, tenemos claro cuál es el mensaje que está trasladado para el 24 de julio: esa derogación, esa justificación de eliminar las pensiones en base al IPC para hacerlas, dicen, sostenibles. Esa es la realidad y lo que tenemos que hacerle ver a la gente son los dos modelos, el de ir hacia atrás derogando o el que va a seguir avanzando, que es el nuestro.
Usted ha sido alcalde en Ames y delegado del Gobierno en Galicia, así que conocerá bien a Feijóo. ¿Es más del PP que pacta con Vox en Valencia o del discurso de María Guardiola en Extremadura?
La gente lo valorará por los hechos. Yo creo que no es una persona de fiar. Feijóo nos miente al hablar de economía, porque hace un año decía que íbamos a entrar en recesión, en una crisis absoluta, y ahí están los datos económicos. Como decía el presidente, no podemos sacar pecho porque siempre va a haber gente que necesita más o lo está pasando mal, pero comparativamente con el resto de países de Europa o con lo que nos dejó el Partido Popular estamos infinitamente mejor. Con todo lo que hemos vivido, hay más gente trabajando, menos gente en paro, los jóvenes con mayores oportunidades y con cifras de afiliados a la seguridad social en récords históricos.
Feijóo nos ha mentido en economía, nos ha mentido con el tema de las pensiones, diciendo que las había apoyado, y nos miente, desde luego, con la lista más votada. Yo he vivido en Galicia este mismo discurso hace una década y era el propio Feijóo el que ha dejado gobernar a Jácome en Ourense sin ser la lista más votada, con todo lo que derivó de eso. Y ahora ha vuelto a cometer el mismo error, volviendo a pactar con él. A la gente hay que valorarla por los hechos, también por lo que no muestran. Estar ocultando continuamente su programa, qué quiere hacer en cada una de las líneas, qué va a hacer con el salario mínimo interprofesional o con la reforma laboral no habla bien de la persona que tiene el propósito de gobernar un país como es España.
Insisten en que hay que explicar las propuestas. A falta de conocer el programa electoral del PSOE, ¿cuáles son las medidas concretas en Sanidad que van a incluir?
Es muy amplio y lo haremos público cuando esté cerrado todo el programa. Sí podemos ir avanzando muchas de las cosas en las que estamos trabajando en la actualidad. Por ejemplo, en lo referente a la ley de equidad, que teníamos pendiente, la ley para que la Agencia de Salud Pública sea una realidad o la ley de donantes vivos, que ya estaba en el Congreso para ser aprobada. Luego tenemos políticas muy concretas en todo lo que tiene que ver con la prevención y los hábitos saludables, a través de la Red de Ciudades Saludables y queremos dar un paso más allá con un plan nacional para la promoción de la salud.
Después de 12 años, hemos conseguido actualizar con este Gobierno la estrategia de salud mental, que el Partido Popular dejó totalmente en stand by, hemos creado el teléfono 024 (de prevención del suicidio) y también hemos puesto financiación, 100 millones de euros, pero tenemos que seguir ampliando esos programas de salud mental. Además, fortalecer la sanidad pública pasa por reforzar la atención primaria, no solo con inversiones, como estamos haciendo, sino también con actuaciones concretas en la mejora de la formación sanitaria y hacer más atractiva la carrera.
¿Cómo se puede hacer atractiva la medicina familiar?
Primero, hablando bien de ella. Estamos viendo continuamente que los propios profesionales, pero también desde las consejerías, no ponen en valor lo que es la atención primaria. No lo dice el ministro, lo que me han trasladado los colectivos es que ellos mismos escuchan que no es atractiva. Tenemos que corregir eso, porque es una de las bases de nuestra atención. Y después ir a factores muy concretos: por ejemplo, que en la carrera no se dé una asignatura o que no se haya hecho una rotación de la formación sanitaria en los centros de salud, que queremos ampliar. Tenemos que poner incentivos, no solo económicos, para esos médicos que hayan decidido trabajar en un centro de salud rural, como que cada año les sume puntos. Hay muchos aspectos donde se puede mejorar, pero creo que lo primero es potenciar y poner en valor la atención familiar.
¿Cómo se resuelve el déficit de médicos, principalmente en atención primaria?
Primero, sacando plazas de formación sanitaria, porque si no, lógicamente, a los cinco años no tienes médicos. Eso es lo que ha ocurrido en España. En 2015, 2016 y 2017 se sacaron plazas muy por debajo de las necesarias. Por lo tanto, hubo un recorte directo del número de profesionales sanitarios. Nosotros hemos ido corrigiendo esa situación. Año tras año hemos ido superando el número de plazas, batiendo récords, hasta llegar a 2023, con la mayor convocatoria de la historia. Son 11.500 plazas, de las que, salvo 130 que han quedado vacantes, se han adjudicado el 100% en todas las especialidades. Atención primaria es donde quedan vacantes y donde tenemos que actuar.
Nuestro sistema sigue siendo muy potente y muy fuerte, pero hay que producir cambios y adaptarse a las nuevas circunstancias
En una sociedad cada vez más envejecida y con más patologías crónicas, ¿hace falta una reforma del sistema nacional de salud?
Hace falta seguir avanzando. Tenemos un sistema nacional de salud que funciona muy bien y es referente a nivel mundial. Lo vemos cuando salimos fuera de España y hablamos con colegas tanto europeos como internacionales. Nuestro sistema sigue siendo muy potente y muy fuerte, pero hay que producir cambios y adaptarse a las nuevas circunstancias. De la mano de las comunidades autónomas, que son las que tienen las competencias, y con el propio Ingesa (Instituto Nacional de Gestión Sanitaria), llevar diferentes programas y líneas de acción que lideramos desde el Ministerio, como la atención a la salud mental, para la que este mismo viernes daremos un nuevo traslado de fondos de más de 88 millones de euros, o a la salud bucodental. Y, desde luego, adaptarse a la nueva situación de salud digital, cuyo programa es clave y una prioridad en el ministerio, para que sean los datos y no los pacientes los que viajen, que te puedan hacer una prueba en León pero sea el especialista de Valencia el que te esté valorando y pueda darte el mejor diagnóstico y tratamiento.
¿Por qué no ha salido adelante el plan antitabaco ni la actualización de la regulación de los vapeadores, que parecía que estaba lista desde hace tiempo?
Tenemos que ir de la mano de Europa. En estos dos meses he tenido la oportunidad de acudir a esa reunión de ministros y ministras de Sanidad de la Unión Europea, donde hablamos del tabaco y de los hábitos saludables. Lo que hicimos en cuanto llegué al ministerio fue sacar a exposición pública el reglamento para la regulación de los vapeadores y en el mes de julio la UE va a dictaminar el siguiente paso. Nuestro compromiso es la regulación de los vapeadores y la apuesta de la política jóvenes 2030 libres de humo y, de la mano de los ayuntamientos, ampliar los espacios libres de humo.
Las sociedades tenían la sensación de que se estaba dejando aparcado.
Para nada. Nuestras campañas contra el consumo de tabaco siguen estando vigentes. El año pasado actualizamos una nueva campaña de la lucha contra el tabaquismo. Respecto a los vapeadores tenemos la complejidad de que no existen las evidencias científicas sobre el daño que producen. Sí sabemos la realidad de lo que nos están trasladando las comunidades científicas y, por tanto, hay que regular ese uso, sobre todo en los menores de 18 años en esta locura que estamos viviendo de que se regalen vapeadores con la imagen de Bob Esponja para hacerlos atractivos. Sabemos lo que hay detrás, que no es más que crear ese hábito y, aunque no lleven nicotina, van a generar una dependencia a futuro.
Creemos firmemente en el uso terapéutico del cannabis. En el momento que se vuelva a la actividad parlamentaria, mi primer compromiso es trasladar el informe de la Agencia de Medicamentos para su regulación
El PSOE votó a favor del informe de la subcomisión del Congreso que pedía al Gobierno que regulara el cannabis medicinal, la ONU cambió el estatus de la planta al sacarla de la lista más restrictiva de drogas y todos los grandes países europeos tienen programas de cannabis medicinal. ¿Por qué no lo han regulado? ¿Siguen creyendo que no tiene propiedades terapéuticas?
Para nada, para nada. Lo que hemos hecho es un trabajo serio y con rigor. Hemos creado esa subcomisión, donde se estaba trabajando en ese uso terapéutico, y creemos firmemente en el uso terapéutico del cannabis. Tanto es así que ya hay medicamentos que están regularizados. En todo ese trabajo, lo que se dijo es que la Agencia Española del Medicamento lo evaluase con un informe con rigor y basado en las evidencias científicas. En la última comparecencia en el Congreso estábamos pendientes de ese informe. Yo me comprometí a que antes de que finalizase mayo lo tendríamos y ya lo tenemos, pero es cierto que con el periodo electoral la Cámara no está funcionando. En el momento que se vuelva a la actividad parlamentaria, mi primer compromiso es trasladar ese informe y seguir dando los pasos.
La reforma de la ley del aborto estipula que el Consejo Interterritorial del SNS debe acordar un protocolo con las condiciones mínimas para cumplir con la obligación que establece la norma de crear registros de objetores de conciencia en las comunidades. ¿Se ha elaborado este protocolo? ¿En qué punto está la medida de la ley que obliga a asumir los abortos en centros de la red sanitaria pública?
Hay que entender la situación de la que venimos y lo que ha supuesto para el Consejo Interterritorial la aplicación del sistema de vacunación, de seguimiento de la COVID, la puesta en marcha de los nuevos programas de salud mental y bucodental, de protonterapia, etc. Es una carga de trabajo de gran volumen donde se ha ido priorizando. Esta misma semana llevaremos tres reales decretos para aprobación. Vamos trasladando diferentes aspectos y, lógicamente, uno de ellos es el cumplimiento de la ley del aborto, donde se está trabajando el protocolo a través de las comisiones de Salud Pública.
Tenemos muy claro qué es el feminismo y dónde tenemos que estar, que es del lado de las mujeres. No se trata de estar defendiendo una política o otra, sino de aplicarla. Y a la hora de aplicarla, este Gobierno ha dado claros ejemplos de dónde está
Si me permite una pregunta personal, usted es un hombre de 50 años. ¿Se siente incómodo con algunos discursos feministas?
No. Creo que ayer (por el martes) lo dejó muy claro el presidente. Todos los que conformamos el Partido Socialista tenemos muy claro lo que es el feminismo y tenemos muy claro dónde tenemos que estar, que es del lado de las mujeres. Lo he vivido ya como alcalde y como delegado del Gobierno, no se trata de estar defendiendo una política o la otra, se trata de aplicarla. Y a la hora de aplicarla, este Gobierno ha dado claros ejemplos de dónde está y lo que está llevando a cabo. Tenemos mucho trabajo por delante y no podemos dar pasos atrás. Lo que estamos viviendo en la actualidad es una situación muy preocupante porque ha costado muchísimo llegar hasta aquí, pero muchísimo. Yo he sido delegado del Gobierno y he tenido la desgracia de vivir casos de violencia de género. Recuerdo cómo salíamos a la calle hace no muchos años para exigir el fin de la violencia terrorista, pues ahora lo hacemos también con la violencia machista.
El Ministerio de Sanidad es uno de los que más rotación ha tenido en esta legislatura. Usted es el tercer ministro de este gobierno, ¿es un trampolín para otra cosa?
No, para nada. Es algo que me tomo con muchísimo honor y muchísima responsabilidad. Cada cargo, primero como alcalde, después como delegado del Gobierno y ahora como ministro, lo tomo dedicándome plenamente al sitio donde estoy. Más si cabe en este caso con el Ministerio de Sanidad, que es mi ramo. Como farmacéutico me siento totalmente honrado de poder llevar a cabo el objetivo de sacar adelante todo de lo que estamos hablando, que no es poco, y poder hacerlo a lo largo de los próximos cuatro años.
Sonaba como posible candidato del Partido Socialista a la Xunta.
Viene sonando desde hace muchos años y siempre he sido muy claro, no es mi objetivo presentarme a esas primarias. Mi objetivo es darle continuidad a estos dos meses y medio, que serán cuatro cuando llegue el día 23 de julio, y a todas las políticas que estamos haciendo y a todo lo que vamos a llevar en el programa. Si puede ser al frente del Ministerio de Sanidad, encantado y, si no puede ser al frente, será como compañero de cualquier otra persona que esté como ministro o ministra y colaboraré plenamente como miembro del Partido Socialista. Ahí voy a estar.