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Quién es quién en el juicio del Madrid Arena, que arranca este martes

Miguel Ángel Flores, uno de los procesados en el juicio

EFE

Madrid —

Era 1 de noviembre y lo que tenía que se organizó como una fiesta de Halloween acabó con cinco chicas muertas -Cristina Arce, Belén Langdon, Katia Esteban, María Teresa Alonso y Rocío Oña- en el recinto municipal Madrid Arena. Iba a actuar el DJ Steven Aoki, el plato fuerte de la noche, cuando se produjo una avalancha humana. Según ha declarado el fiscal, la empresa organizadora había vendido entradas de más “con una clara intención” de ganar dinero. En el juicio se dilucidará qué más falló: la evacuación, la actuación de médicos, los servicios de urgencia...

Las indemnizaciones que el fiscal reclama van de los 243.587 euros de las familias de las fallecidas a los 259 euros de uno de los heridos que salieron de un recinto abarrotado. Y las peticiones de condena del fiscal oscilan entre los cuatro años y los dos años y medios de prisión.

El empresario Miguel Ángel Flores encabeza la lista de los quince procesados que serán juzgados a partir del martes en la Audiencia Provincial y que durará cinco meses. Se prevé que el juicio quede visto para sentencia en mayo. Estos son los acusados:

Miguel Ángel Flores, responsable de la empresa organizadora Diviertt. El fiscal considera que Flores, con “un claro ánimo de enriquecerse”, vendió más entradas de las que permitía el aforo (un mínimo de 22.800 frente a 10.620 permitidas). Se le acusa de impulsar las acciones que elevaron el riesgo de que se produjese la tragedia.

Santiago Rojo. Director general y 'número 2' de Diviertt. El fiscal afirma que el riesgo que suponía ya la venta “excesiva” de entradas fue incrementado cuando Flores, Del Amo, Morcillo y Rojo decidieron que entraran en el pabellón el mayor número de personas “en el menor tiempo posible”. Cerró los accesos a los anillos superiores y concentró a los asistentes que accedieron masivamente a la pista.

Miguel Ángel Morcillo, jefe de personal y 'número 3' de Diviertt. Tenía conocimiento de que las barras de bebidas bloqueaban las salidas y abrió vías de evacuación por la que entraron cientos de jóvenes saturando la pista.

Emilio Monteagudo. Exjefe de la Policía Municipal. El juez dijo que la Policía no evitó el “botellón”, sino que tuvo “una actitud contemplativa y muy alejada de sus obligaciones”, pero para la Fiscalía el botellón no tuvo nada que ver con los hechos.

Rafael Pastor. Director de departamento de seguridad de Madridec, empresa municipal que explotaba el pabellón. Presenció todos los fallos de seguridad y consintió que el evento continuara celebrándose. Dijo ante el juez que no tenía potestad para pararlo.

Francisco del Amo. Coordinador de proyectos del departamento de operaciones de Madridec. Manifestó al juez que, a pesar de que a las 04:20 horas Flores le informó de que había dos niñas muertas, se llegó al acuerdo de que siguiera la fiesta hasta las seis de la mañana.

José Ruíz, técnico de operaciones de Madridec. No dio la voz de alarma ante la utilización de la salida de emergencia como entrada y no se dio cuenta de que había más personas del aforo permitido.

Juan José París Nalda. Coordinador jefe de Seguriber, compañía que se ocupaba de la seguridad exterior. Señaló ante el magistrado que en un momento de la noche Del Amo le dio la orden de que la requisa se agilizase y se hiciese más liviana.

Raúl Monterde. Coordinador jefe de Seguriber junto a París Nalda. Junto a su compañero, permitió que la gente entrara sin control.

José Antonio Díaz. Jefe de equipo de Seguriber. Tuvo un “lamentable” papel protagonista en la apertura del portón tras recibir la petición de Rojo y Del Amo, destaca el juez.

Roberto Mateos. Encargado del control de las cámaras del recinto. No estaba en su puesto de trabajo en el cuarto en torno a las 03:40 horas cuando ocurrió la avalancha mortal.

Carlos Manzanares. Socio mayoritario de Kontrol 34, empresa encargada de la seguridad interior del recinto. Ordenó a sus empleados que cerraran vías de evacuación de la pista central y aunque estuvo presente toda la noche, no ejerció control alguno sobre sus trabajadores durante la tragedia.

Emilio Beillard. Socio minoritario de Kontrol 34. No dio instrucciones a sus empleados para evitar la tragedia ni supervisó su trabajo. No les formó en situaciones de emergencias ni sobre cómo actuar en las salidas de evacuación.

Simón Viñals. Responsable del equipo médico contratado para el evento. El fiscal afirma que al atender a tres de las menores víctimas de los hechos ni él si su hijo “fueron capaces de reconocer que”, al menos dos de ellas, estaban en parada cardiorrespiratoria y “enseguida diagnosticaron erróneamente que estaban fallecidas”.

Carlos Viñals. Se encargó junto a su padre de la enfermería del pabellón. Según el fiscal, los dos faltaron “a las normas más elementales de la asistencia médica y sanitaria que tenían la obligación de conocer”.

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