Fue conocida, ya en vida, como la “santa de los pobres”. Elevada a ejemplo mundial de solidaridad y lucha por la erradicación de la pobreza, por su cercanía con los más pobres de entre los pobres, los apartados, los desahuciados. Fue la primera mujer en forzar a los miembros del Comité Nobel de la Paz a cancelar una cena en su honor (fue galardonada en 1979) y donar el dinero a los pobres.
Este domingo, el papa Francisco la ha declarado santa en una solemne canonización en el Vaticano, con la asistencia de líderes de todo el mundo, la reina Sofía incluida. Un ceremonia que contrasta con las acusaciones de fraude y la investigación de algunos expertos.
A lo largo de su vida, Teresa de Calcuta fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad, una de las más numerosas de la Tierra, con presencia en 133 países de los cinco continentes, siempre del lado de los más desfavorecidos y olvidados de la sociedad. “Cuando nos ocupamos del enfermo y del necesitado, estamos tocando el cuerpo sufriente de Cristo y este contacto se torna heroico; nos olvidamos de la repugnancia y de las tendencias naturales que hay en todos nosotros”, defendía la religiosa.
Sin embargo, y como ya sucediera antes de su beatificación en 2003, han surgido voces que cuestionan la santidad de la religiosa albanesa. Uno de ellos es el doctor indio Aroup Chatterjee, un médico de 58 años que, desde su experiencia, cuestiona que las religiosas de Madre Teresa estuvieran realmente con los más pobres.
“Nunca vi monjas en los suburbios en los que trabajé”, señaló Chatterjee, quien en 2003 publicó un libro denunciando la “cultura del sufrimiento” que, en su opinión, se vivía en los hogares gestionados por la congregación. En dichos centros, apuntaba el doctor, se ataba a los niños a las camas o se reutilizaban agujas hipodérmicas. También denunciaba malas prácticas médicas, así como la falta de profesionales en sus centros.
Conversión forzada de los enfermos
Chatterjee aseguraba que la religiosa aceptó dinero de dictadores y empresarios corruptos y era atendida de sus dolencias en los mejores hospitales, en contraste con la austeridad que pregonaba. Al tiempo, afirmó haber documentado acusaciones de tráfico de niños huérfanos y la conversión involuntaria al catolicismo de muchos pobres.
La figura de madre Teresa también genera controversia entre los sectores nacionalistas hindúes. La acusaban de tratar de convertir al catolicismo a los enfermos a los que atendía en los dispensarios y hospitales de la orden, algo que las Misioneras de la Caridad rechazan rotundamente. “Ella cuidó de todo el mundo con el mismo espíritu, tanto si eran musulmanes o hindúes o sijs”, señalan desde la organización.
A su vez, las opiniones de madre Teresa sobre el aborto, los métodos anticonceptivos o el divorcio estaban muy alejadas de las visiones más moderadas, como la del Papa Francisco. De hecho, durante su discurso con motivo de la entrega del Nobel de la Paz, la futura santa señaló que “el mayor destructor de la paz es el aborto”. Con todo, nada reseñable si tenemos en cuenta de que se trataba de una religiosa.
Hace unos años, un estudio de las universidades de Ottawa y Montreal puso en cuestión el mito de madre Teresa como ejemplo de lucha contra los pobres. Tras recopilar 503 documentos sobre la vida y obra de la religiosa, concluía que las misiones abiertas por la santa de Calcuta eran “casas de la muerte”, donde se apreciaba una gran falta de higiene, unas pésimas condiciones de atención y falta de analgésicos.
Un “falso” milagro
Las dudas sobre su santidad se encuentran también en el propio proceso canónico, que precisa de un milagro atribuido a la intercesión de Madre Teresa después de su beatificación. Según el Vaticano, éste tuvo lugar en la persona de Mónica Besra, una india que fue curada “inexplicablemente” de un dolor abdominal intenso producido por un cáncer, después de que alguien le entregara una estampa de la religiosa.
El médico de Besra, el doctor Ranjan Mustafi, asegura que la mujer nunca tuvo un tumor canceroso sino un quiste, y que éste fue curado gracias a los medicamentos que le prescribieron. Curiosamente, el médico no fue entrevistado por los médicos el Vaticano.