El mapa del mínimo histórico de natalidad en España: el desplome de nacimientos, municipio a municipio
En España cada vez nacen menos niños. En 2022 hemos roto un nuevo récord: solo 329.000 bebés. Desde 2008, cuando se alcanzó el pico de natalidad de la burbuja, los nacimientos han caído un 37% hasta la cifra más baja registrada desde que existen registros.
Además, el saldo vegetativo de la población –nacimientos menos defunciones– supuso una pérdida natural de más de 152.000 personas en 2020, 113.000 en 2021 y 135.000 en 2022, récord hasta la actualidad sin contar el año de la pandemia. Esto es, de cada 1.000 habitantes, España perdió ocho en los últimos tres años sin contar con las migraciones. Una nueva cifra que señala el retroceso demográfico en España.
El traslado de este declive a los más de 8.000 municipios que conforman el territorio señala la brecha entre la España en la que ya no nacen niños, la que nacen pero cada vez menos, y la que todavía mantiene una puja demográfica. Uno de cada cinco municipios no ha visto a ningún bebé nacer en los últimos 3 años (1.430 de los 8.131), según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Todo esto en un año que ha registrado otro nuevo récord negativo de nacimientos, la cifra más baja desde que existen registros, 1941.
Los datos dibujan un panorama demográfico en España en los últimos 25 años (desde que hay registros por localidades) con tendencias muy claras: en las zonas rurales del interior peninsular –la España vaciada– y el noroeste se muere mucha más gente de la que nace. Una tendencia que ya incluso se traslada a muchas grandes ciudades y zonas urbanas. Uno de cada cinco españoles vive en municipios donde ha habido más nacimientos que muertes en los últimos tres años.
Entre 1996 y 1998, solo los municipios de menos de 10.000 habitantes tenían un crecimiento vegetativo negativo. Desde 2020, la tendencia es única en pequeños pueblos, ciudades medianas y grandes urbes en España: todas registran más muertes que nacimientos, como se puede ver en el siguiente gráfico.
Solo resisten al invierno demográfico zonas del sur como Murcia o Almería y las periferias de algunas áreas metropolitanas frente al centro de las ciudades. En más de 7.000 municipios ha habido más muertes que nacimientos desde 2020.
Aunque la mayoría de municipios con saldo negativo son pequeñas localidades con menos de 1.000 habitantes, prácticamente todas las capitales de provincia ya registran este fenómeno.
Solo 5 de las 52 capitales de provincia han visto más partos que funerales desde 2020: Murcia, Palma, y Girona, además de Ceuta y Melilla. En el gráfico se puede ver cómo el crecimiento vegetativo de algunas capitales de provincias se asemeja al de muchas zonas rurales. Por ejemplo, las ciudades de Palencia, León y Salamanca registraron un crecimiento negativo del 2,3% en los últimos tres años. Es decir, de cada 1.000 habitantes, han perdido 23 desde 2020 entre nacimientos y muertes.
Las cifras de los centros urbanos históricos más importantes señalan un trasvase de familias jóvenes hacia las periferias. Algunos de los pocos municipios que continúan activos demográficamente son los que bordean las grandes ciudades españolas.
Son los casos de municipios de áreas metropolitanas como Madrid, Pamplona, Murcia o Sevilla. Por ejemplo, Arroyomolinos, en Madrid, ha tenido un crecimiento demográfico del 1% anual en los últimos tres años. Cifras similares a municipios como Aranguren en Navarra oTorrepacheco en Murcia.
En el siguiente buscador puedes ver la diferencia entre los nacimientos y muertes acumuladas desde 2020 en cada municipio y cuánto representa sobre su población.
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