El 58% de los sitios reconocidos como importantes para las especies migratorias están experimentando niveles insostenibles de presión humana y casi la mitad de estas especies (el 44%) está disminuyendo su población. Son algunas de las principales conclusiones del primer informe sobre el estado de las especies migratorias del mundo presentado este lunes por la ONU, que revela también que una de cada cinco especies incluidas en la lista de la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS, por sus siglas en inglés) está en peligro de extinción, entre ellos el 97% de los peces.
Desde los ñus a los narvales, de los murciélagos o los albatros, cada año miles de millones de animales realizan viajes migratorios que les llevan a cruzar —por tierra, mar y aire— fronteras nacionales y continentes. Y lo hacen a través de miles de kilómetros de un territorio cada vez más alterado por la actividad humana y las consecuencias producidas por esta, ya sea la presencia de contaminantes o el aumento de las temperaturas.
Este primer informe de la ONU confirma que las dos mayores amenazas para las especies incluidas en la lista de la CMS y para todas las especies migratorias son la sobreexplotación (que incluye la caza insostenible, la sobrepesca y la captura de animales no objetivo, como en la pesca) y la pérdida, degradación y fragmentación del hábitat (por actividades como la agricultura), así como la expansión de la infraestructura de transporte y energía.
“Actividad insostenible”
“El informe de hoy nos muestra claramente que las actividades humanas insostenibles están poniendo en peligro el futuro de las especies migratorias, criaturas que no sólo actúan como indicadores del cambio ambiental sino que desempeñan un papel integral en el mantenimiento del función y resiliencia de los complejos ecosistemas de nuestro planeta”, explica Inger Andersen, directora ejecutiva del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. “La comunidad global tiene la oportunidad de traducir esta ciencia más reciente sobre las presiones que enfrentan las especies migratorias en acciones de conservación concretas”.
El informe de hoy nos muestra claramente que las actividades humanas insostenibles están poniendo en peligro el futuro de las especies migratorias
La convención define una “especie migratoria” como “la población completa o cualquier parte geográficamente separada de la población de cualquier especie o taxón inferior de animales salvajes, una proporción significativa de cuyos miembros cruza cíclica y predeciblemente uno o más límites jurisdiccionales nacionales”. El foco principal del informe son las 1.189 especies animales que han sido reconocidas por las el CMS como necesitadas de protección internacional y están incluidas en la lista de la CMS, aunque también presenta análisis vinculados a más de 3.000 especies migratorias adicionales no pertenecientes a la CMS.
La conclusión principal es que el riesgo de extinción está aumentando para las especies migratorias a nivel mundial, incluidas aquellas que no figuran en la lista de la CMS. Y que el cambio climático, la contaminación y las especies invasoras también están teniendo profundos impactos en las especies migratorias.
Del alimoche a los camellos
En los últimos 30 años, 70 especies migratorias incluidas en la lista de la CMS –entre ellas el águila esteparia, el alimoche y el camello salvaje– han pasado a estar aún más amenazadas. Esto contrasta con sólo 14 especies incluidas en la lista que ahora tienen un estado de conservación mejor: entre ellas se incluyen las ballenas azules y jorobadas, el águila marina de cola blanca y la espátula de cara negra. Lo más preocupante, destacan los autores del informe, es que casi todas las especies de peces incluidas en la lista de la CMS –incluidos los tiburones, las rayas y los esturiones migratorios– se enfrentan a un alto riesgo de extinción, y sus poblaciones han disminuido en un 90% desde la década de 1970.
También las aves marinas están en riesgo. Según el informe, la captura accidental sigue siendo una de las amenazas más importantes para estas aves. “Los efectos son particularmente graves para los albatros y petreles”, señalan. “ Las estimaciones de principios de la década de 2010 sugieren que tanto la pesca con palangre como la pesca con redes de enmalle matan a cientos de miles de aves marinas anualmente”.
En cuanto al aumento de las temperaturas, los autores del informe señalan que “muchas especies migratorias ya están sintiendo el impacto del cambio climático, y se espera que el papel del cambio climático como amenaza directa a la biodiversidad aumente considerablemente en las próximas décadas”, y ponen como ejemplo al narval. “Se espera que el aumento de las temperaturas de la superficie del mar y la retirada del hielo marino restrinjan el hábitat del narval (Monodon monoceros), una especie que generalmente evita temperaturas del agua del mar superiores a 2°C y depende del hielo marino”, escriben.
Cuando las especies cruzan fronteras nacionales, su supervivencia depende de los esfuerzos de todos los países en los que se encuentran
“Las especies migratorias dependen de una variedad de hábitats específicos en diferentes momentos de sus ciclos de vida”, explica Amy Fraenkel, secretaria ejecutiva de la CMS. “Viajan regularmente, a veces miles de kilómetros, para llegar a estos lugares”. En este viaje, añade, se enfrentan a enormes desafíos y amenazas a lo largo del camino, así como en sus destinos donde se reproducen o se alimentan. “Cuando las especies cruzan fronteras nacionales, su supervivencia depende de los esfuerzos de todos los países en los que se encuentran. Este informe histórico ayudará a respaldar acciones políticas muy necesarias para garantizar que las especies migratorias continúen prosperando en todo el mundo”.
“Nos enfrentamos a un problema global; la pérdida de biodiversidad es el único cambio verdaderamente irreversible que afecta al planeta Tierra en la actualidad” destaca Inmaculada Álvarez-Manzaneda Salcedo, investigadora de la Universidad de Granada en declaraciones a SMC España. “Por suerte, este informe aporta muchos datos actualizados y el conocimiento acerca de las causas de los declives de distintas especies migratorias es fundamental para la conservación de la biodiversidad. No podemos llevar a cabo medidas que garanticen la conservación de una especie si no conocemos las amenazas que le acechan. Está en nuestras manos”.