Llevan chapas verdes y moradas en las camisetas y van vestidas de negro. “De mayor quiero estar viva”, se lee en una de ellas. Dicen que no se irán hasta que sean escuchadas, pero este miércoles a sus voces se han unido las de decenas de personas más que se han concentrado en la Puerta del Sol de Madrid para apoyar a las mujeres que llevan 14 días en huelga de hambre.
Esta noche una de ellas ha tenido que ser atendida por los servicios médicos, pero sus compañeras aseguran que volverá. “Estamos cansadas, con fiebre, pero esto nos da ánimos”, reconoce Gloria Vázquez, la presidenta de la Asociación Velaluz. Se deja caer sobre unos brazos amigos, los de Pamela Palenciano, autora de No Solo Duelen los Golpes, el monólogo autobiográfico en el que narra el episodio de violencia machista que vivió a manos de su novio.
Ha venido a apoyarlas, al igual que el pasado domingo, cuando convocó a través de Whatsapp y las redes sociales a una concentración para representar su obra, que abarrotó la plaza. “Hoy es un día negro. ¿Qué más necesita el Gobierno para tomar medidas inmediatas contra la violencia machista?”, se pregunta Vázquez, que no para de atender a las personas que se acercan a preguntarle.
Se refiere a las mujeres que han sido asesinadas estos dos últimos días a manos de sus parejas o exparejas, que han aumentado las estadísticas hasta convertir los primeros 53 días del año en un goteo constante de casos. En pocas horas las estadísticas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad incrementaban el número de casos confirmados de 11 a 15.
Este miércoles se ha conocido el asesinato de una mujer en la localidad barcelonesa de Santa Perpètua de Mogoda y el de otra en Villanueva del Fresno (Badajoz), apuñalada el pasado domingo por su marido. Además, los datos oficiales ya contabilizan a las mujeres asesinadas en Gandía y Valencia e incluyen en investigación la explosión de una vivienda en Redondela (Pontevedra).
Unos minutos después de las 20.00 horas, un enorme círculo de personas rodea la carpa azul, en el centro de la plaza, en la que permanecen las mujeres de Velaluz. Una pizarra preside la mesa: “14 días en huelga de hambre” y, sobre ella, tacos y tacos de hojas de firmas con las que piden al Gobierno que “forme un gabinete de crisis y atienda a las medidas que proponemos”, concluye Vázquez.
Las asistentes se han sentado para escuchar las proclamas feministas que, micrófono en mano, van lanzando varias mujeres en apoyo a las huelguistas. “Nos hemos cansado de minutos de silencio, queremos mostrarles nuestra rabia y nuestra indignación porque el Gobierno no está reaccionando, se caracteriza por la inacción”, exclama Pilar, de 70 años, señalando en dirección al Congreso de los Diputados, que se erige unos metros más allá.
En el centro del círculo varios carteles recuerdan los nombres de las asesinadas junto a decenas de zapatos tintados de rojo, una iniciativa que llegó hace un par de años a las ciudades españolas impulsada en Ciudad Juárez y que ha sido replicada en todo el mundo.
Al tránsito habitual de la madrileña Puerta del Sol, le acompañan gritos de “Ni una menos”, “habían denunciado y las han asesinado” y “no es un caso aislado, se llama patriarcado”. María ha acudido con tres amigas de la universidad, lleva las uñas pintadas de negro y no deja de grabar con su móvil lo que está viendo: “Es un día triste y negro, pero las mujeres nos estamos uniendo, esto es una muestra de ello”.