Juan Antonio Reig Pla es, con permiso de Rouco Varela, el obispo más ultra de España. El obispo de Alcalá (Madrid), famoso por sus llamadas al infierno para los homosexuales en la televisión pública, por las misas por los caídos de la Guerra Civil en Paracuellos, el apoyo a Hazte Oir y los ataques contra las mujeres que abortan, los divorciados o la escuela laica, ha ido más allá y se ha convertido en el primer prelado español en sumarse públicamente a los cardenales que piden la destitución de papa Francisco y llaman a la desobediencia.
Pese a que el Episcopado español en su conjunto, y varios obispos en particular (Munilla, Sanz Montes o Asenjo, entre otros), son declaradamente rigoristas, Reig Pla se ha atrevido a dar un paso más, alineándose junto al movimiento de prelados contrarios al Papa actual.
Reig presentó el viernes pasado, en la ciudad madrileña, el libro póstumo del cardenal Carlo Caffarra, uno de los cuatro cardenales (junto a Burke, Brandmüller y Meisner, también fallecido) que en 2016 plantearon la desobediencia a Francisco por haber abierto la posibilidad de la comunión para los divorciados vueltos a casar en Amoris Laetitia.
Durante su intervención, el obispo de Alcalá (que también ha escrito el prólogo de la obra) se fue calentando, hasta el punto de definir a la Iglesia que representa Bergoglio como “una Iglesia sin doctrina” cuya alternativa “no es una Iglesia pastoral, sino una Iglesia del arbitrio y esclava del espíritu del tiempo”.
“Apagón de la conciencia moral”
“Este peligro es grave y si no se derrota, causa daños graves a la Iglesia”, añadió el prelado, quien denunció la “decadencia cultural” que, en su opinión, se da entre los católicos de hoy. Para Reig, las causas hay que buscarlas en un “apagón” de la conciencia moral que deja “al hombre a oscuras, totalmente sometido al relativismo moral”.
En este punto, hizo suyas las tesis de Caffarra y de los cuatro cardenales anti-Francisco sobre los divorciados vueltos a casar. Para Reig, en las tesis del Papa se da “una distorsión” con la visión “ortodoxa” de la Iglesia. Esto es: que cualquier apertura a la comunión para los divorciados está en contra de lo que siempre ha enseñado la Iglesia católica.
Las críticas, “un acto de amor al Papa”
Y, por eso, es comprensible que los cuatro cardenales arremetieran contra el Papa. Más aún: las críticas de los purpurados son “un acto de amor al Papa”. “Los cardenales tenían el derecho de decirle al Santo Padre: ‘Mira, está pasando esto, danos una palabra de autoridad sobre lo que está sucediendo’. Y eso es lo que han hecho”, señaló, asegurando que Caffarra “no se consideraba una persona que atenta contra la autoridad del Papa”.
Y es que, para el obispo de Alcalá, tanto Caffarra como el resto de opositores al Papa “tenían alma de Quijote, siempre dispuesto a ‘desfacer entuertos y a socorrer a los huérfanos’, los huérfanos provocados por una cultura nihilista que socava las raíces del alma y nos hace perder el horizonte de la verdad y de la eternidad”.
“La deriva eclesial que venimos sufriendo desde hace tiempo se debe en gran medida a un error en la fe que no se concibe como vida”, culminó el prelado, que también escribe el prólogo de la obra. Editada, curiosamente, por Homo Legens, editorial que pertenece a los mismos medios ultraconservadores que ahora, hace un mes, lanzaron el estudiado ataque del ex nuncio Viganò contra Francisco.