La emigración de trabajadores sanitarios venezolanos a otros países o la escasez de medicinas han afectado la capacidad de la red de salud del país para responder a emergencias y epidemias, advirtió hoy un portavoz de la Organización Mundial de la Salud con sede en Ginebra.
Aunque el sistema sanitario “todavía mantiene cierta capacidad”, los problemas de éste derivados de la crisis sociopolítica y económica afectan especialmente a la atención secundaria y terciaria (médicos especialistas), según subrayó el portavoz Tarik Jasarevic en un comunicado.
La fuente oficial recordó que se ha registrado un aumento del número de fallecidos por difteria (de 17 fallecidos en 2016 a 150 en 2018) aunque tras el inicio de campañas de vacunación se han reducido los contagios de esta enfermedad entre niños menores de 15 años.
Otras 76 personas fallecieron de sarampión, enfermedad de la que se han registrado 6.395 casos desde el comienzo del brote en julio de 2017, señaló Jasarevic.
Por otro lado, “los casos de malaria en Venezuela han aumentado significativamente en los últimos tres años, desde 136.402 en 2015 a 240.613 en 2016 y 406.289 en 2017”, subrayó el portavoz, quien explicó el aumento por la migración de personas infectadas desde zonas mineras del Estado de Bolívar (sureste del país).
Los datos de la OMS llegan en un momento de polémica por la reticencia del Gobierno de Nicolás Maduro a permitir la entrada de ayuda humanitaria de países como Estados Unidos, incluyendo fármacos.