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El Orgullo LGTBI vuelve a la calle para exigir una 'ley trans' más amplia: “Debe cubrir todos nuestros derechos humanos”

Sin las llamativas carrozas ni escenario, con distancia de seguridad y mascarilla, el Orgullo LGTBI ha vuelto a marchar por el centro de Madrid tras más de un año de pandemia y en medio del adiós a las restricciones anticovid más férreas. Con más ganas de calle que nunca, la manifestación más oficial ha culminado una semana a la que dieron el pistoletazo de salida marchas en ciudades de toda España, y que ha estado marcada por la aprobación de la 'ley trans' después de una durísima pugna en el Gobierno.

Poco antes de que la manifestación echara a andar las entidades organizadoras han explicado que este año ''la reivindicación es por las personas trans'', ha empezado la presidenta de COGAM, Carmen García de Merlo. Los colectivos demandan una ley más ambiciosa que incluya a los menores de 12 años, las personas no binarias y todos los migrantes, que han sido excluidos tras las negociaciones. “No es el borrador que queremos, debe cubrir todos nuestros derechos humanos”, señaló Uge Sangil, presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) antes de condenar el asesinato de un joven gay en A Coruña ocurrido unas horas antes. Aún así, para Sangil, es un “día histórico” tras haber logrado que el texto avale la despatologización de las identidades trans a partir de los 14 años. ''Volvemos a tomar las calles, volvemos a gritar con orgullo que queremos una vida digna'', ha concluido.

La marcha ha partido pasadas las 20.00 horas de Atocha, algo más tarde de lo habitual para intentar evitar aglomeraciones y esquivar también el calor asfixiante de las cinco de la tarde de otras ediciones. A la riada de colectivos que suelen poner el tono más reivindicativo a la cita no le han seguido este año las carrozas de empresas y organizaciones que convierten el final de la marcha en una fiesta al aire libre y tampoco ha habido escenarios al final del recorrido por precaución sanitaria. Algo que ha permitido “centrarse en el mensaje”, opinaba poco antes de empezar un manifestante junto al Museo Reina Sofía, que esperaba “un ambiente festivo, pero no tanto como otros años”.

Menor afluencia, y mucho Orgullo Trans

Aunque con menor afluencia que otros años, miles de personas han recorrido organizadas en varios bloques una de las arterias principales de la capital tras decenas de pancartas que apuntaban mayoritariamente a un mismo lugar: los derechos trans. “Mi identidad no la decide nadie”, “Infancia y Adolescencia Trans. No somos una teoría” o 'Ley trans Ya. Derecho a ser“, rezaban las de colectivos como No Te Prives, Chrysallis o Diversidad Vicálvaro. José Manuel, de 29 años, tiene claro que este es el año de reivindicar los derechos trans: ”Se ha dado un primer paso, pero hay que trabajar mucho“.

A la pancarta de cabecera, que marchaba bajo el lema “Los derechos humanos no se negocian, se legislan. Ley Integral Trans  ¡Ya!”, le seguía, portada por decenas de niños y niñas y sus familias, una enorme bandera trans que ha pasado en las últimas semanas por varias ciudades de España. Y eso han hecho también muchas de los asistentes: viajar desde sus lugares de origen para estar aquí. Es el caso de Francisco Herrero, que a sus 67 años es la primera vez que venía a la capital, pero también es nuevo en el Orgullo LGTBI. Ha acudido para acompañar a Alex, su nieto trans, de 13 años: ''No te lo esperas, pero ante todo es mi nieto, y lo más importante es que esté feliz'', explica. Ambos han viajado en autobús desde Barcelona y regresarán en cuanto termine la manifestación. ''Sus padres trabajaban y no podían venir, me dijo si le acompañaba y yo le dije que iba a donde hiciera falta''.

Alex sujeta con satisfacción la pancarta de su primer Orgullo en Madrid. ''Estamos muy contentos de estar aquí, hemos venido de todas las ciudades de España'', exclama mirando a sus compañeros y compañeras de la organización Chrysallis, a la que pertenece. Asegura que la alegría que sintió cuando recibió el DNI con su nombre ''es difícil de contar'', pero ''cuando lo tuve en mis manos rompí a llorar''. Aún espera para modificar su sexo legal, para lo que aguardará a la aprobación definitiva de la 'ley trans', que permite a los mayores de 14 años hacerlo con consentimiento de sus progenitores.

“Frente a la ultraderecha, ni un paso atrás”

La afluencia quedaba lejos de las ediciones previas a la pandemia, en las que el Orgullo ha convocado a cientos de miles de personas, pero aún así se percibían las ganas de volver a las calles tras el parón de la crisis sanitaria. Decenas de voluntarios han sido los responsables de controlar que en los diferentes bloques se respetasen las medidas de seguridad y cada poco tiempo los organizadores recordaban la obligación del uso de la mascarilla y de respetar la distancia interpersonal.

A la manifestación han acudido organizaciones de muchos puntos de España. Es el caso de 'Chiguitxs LGTBI+ Palencia', cuyos integrantes llevan una pancarta en la que se lee ''Derechos LGTBI=Derechos Humanos''. Álvaro es uno de ellos, ha venido con su novio y contaba que el viernes un hombre les increpó por la calle diciéndoles ''menudos dos'', algo que le ha pasado otras veces y que muestra la LGTBIfobia cotidiana a la que sigue enfrentándose el colectivo. Para su organización es ''una prioridad'' manifestarse cada año en su ciudad ''para que la gente LGTBI que hay allí vea que existimos'', pero también ven clave acudir a la marcha estatal ''porque el resto de España también tiene que ver que las ciudades pequeñas y zonas rurales estamos aquí'', contaba este joven de 31 años que llevaba calcetines con la bandera LGTBI y bailaba al ritmo de la batucada.

Víctor sujeta una bandera trans e incide en que “hay que venir, aunque sea con mascarillas, online o con distancia”. Habla de los derechos conseguidos, pero también de todo lo que queda: “Como persona gay y cis, creo que hay que trabajar por otras siglas, como las personas intersexuales, totalmente invisibilizadas a pesar de ser el 1,7% de la población”. La mayoría de conversaciones se han centrado en el anteproyecto de la 'ley trans', pero también en otras siglas del colectivo. Como recalcaban María y Laura, en esta jornada “no se habla a nivel global”, sino de luchas más concretas. Las jóvenes indicaban que “la bisexualidad sigue siendo un tabú”, incluso para algunas personas LGTBIQ+: “Te dicen que tienes que elegir, ser lesbiana o hetero. Y muchas personas hetero nos hipersexualizan”.

''Derechos trans, derechos humanos'' o ''no es Orgullo gay, es LGTBI'' son algunos de los lemas que clamaban los manifestantes. Pero a su paso por Cibeles, sede del Ayuntamiento de Madrid, todos se dirigían a la alcalde José Luis Martínez Almeida y su negativa de colocar la bandera arcoíris en la fachada. “Almeida, fascista, la bandera a la vista” o “a esa bandera le faltan colores” gritaban señalando a la decena de banderas de España que rodean la fuente central.

El reproche a los pactos de PP y Ciudadanos con Vox ha sido también una de las tónicas generales de la marcha, y de hecho, una de las pancartas de cabecera rezaba “Ni un paso atrás”, un lema que nació hace tres años contra el ascenso del partido de extrema derecha: ''Frente a la ultraderecha, frente a quienes niegan nuestros derechos, ni un paso atrás'', han clamado las organizaciones que van en la cabecera de la manifestación mirando de frente al edificio que alberga la alcaldía.

Una sentada impide avanzar al PSOE

Es en este punto, en Cibeles, donde la manifestación ha terminado para el PSOE y también para Unidas Podemos. Los partidos, como es habitual desde hace algunos años, iban a la cola de la marcha, y casi a las 22.00 horas, cuando las filas socialistas llegaban a la plaza, algo más de medio centenar de personas ha hecho una sentada frente a ellos impidiéndoles el paso. Tras una pancarta que rezaba “sin migrantes, no-binaries ni menores NO es ley trans”, los manifestantes clamaban contra el partido de Pedro Sánchez y su posición contraria a la autodeterminación de género durante la negociación de la ‘ley trans’. ''Fuera el PSOE de nuestro Orgullo'', ''con recortes no es ley trans“, ”nuestras vidas no son un debate“, ''PSOE escucha los trans están en lucha” o “nuestros derechos no se negocian” son algunos de los lemas que han coreado.

Tras casi una hora de sentada, el PSOE ha decidido abandonar la marcha entre gritos de “fuera” de los manifestantes. Ha hecho lo mismo Unidas Podemos, que iba inmediatamente detrás de los socialistas y que ha decidido recoger su pancarta e irse, mientras que otras formaciones como Más Madrid han rodeado la protesta para continuar, una opción que descartaron los socialistas ante los intentos de mediación de la negociación. En ese momento las figuras destacadas del partido que han acudido a la marcha como Fernando Grande-Marlaska o Adriana Lastra ya no estaban presentes; tampoco las ministras Irene Montero, Yolanda Díaz o Ione Belarra, que marcharon con Unidas Podemos.

Una “ocupación simbólica” de Colón

Marco, un chico italiano, baila al son de los tambores en tacones y minifalda de lentejuelas afirmando que en el 'pride' español siente más “libertad” que en su país de origen. Su novio recuerda Stonewall y todos los acontecimientos históricos que marcan la lucha del Orgullo: “Queremos que no nos sigan mirando como a monstruos”. En la marcha también ha habido espacio para recordar a las personas que han fallecido en la pandemia. Beyoncé Lavapiés no se define con ningún género, viste de blanco en representación a la “alegría y la tristeza, para recordar a la gente que se ha ido y no puede celebrar este día”. Cree que hay que disfrutar y reivindicar, pero sin olvidar lo que ha ocurrido este año.

Casi al mismo tiempo que el PSOE era bloqueado en Cibeles, los manifestantes culminaban el recorrido en Colón en forma de “ocupación simbólica” del espacio en el que habitualmente se manifiesta la extrema derecha. “Las personas trans no somos enfermas, no necesitamos tutelas ni documentación para demostrar quienes somos” leían desde la plaza COGAM y FELGTB de un manifiesto ampliamente aplaudido. Las activistas han hecho alusión a la ultraderecha y “sus terapias de conversión”, pero también han querido reivindicar los derechos trans “dentro del feminismo que apuesta por la igualdad real y efectiva de todas las personas. Un feminismo para todas, todos y todes”, han dicho en alusión al profundo debate sobre este tema que divide al movimiento.

En Colón se ha aplaudido y agradecido la labor de todas las organizaciones que han participado en el Orgullo de este año. No se han olvidado tampoco de las “personas migrantes que llegan a este país buscando ayuda y esa libertad de los eslóganes políticos”, así como de las “personas no binaries”. En el manifiesto también se ha mencionado a distintas organizaciones políticas, como las Juventudes Socialistas, a las que han pedido que hablen con sus “jefes en el Congreso para que quiten todas las barreras” para conseguir una 'ley trans' integral. Ciudadanos, que en 2019 tuvo que abandonar la manifestación, ha recibido en este punto varios abucheos.

Antes de comenzar a cantar a coro 'A quién le importa' entre gritos y bailes, los oradores han acabado su alegato recordando a aquellas personas, “sobre todo en los pueblos”, que siguen sin poder identificarse libremente: “No son tiempos de armario”, han concluido.