La organización de padres y madres CEAPA ha llamado a una 'huelga de deberes' al estilo de la convocada en Francia en 2012. Buscan que los centros escolares se sumen a su campaña “En la escuela falta una asignatura: mi tiempo libre” y no encarguen tareas escolares a los niños y niñas durante los fines de semana de noviembre.
CEAPA quiere empezar así a concienciar sobre lo que consideran un problema para menores y familias. O al menos así lo acredita un estudio de la propia confederación, que revela que el 48,5% de las familias considera que los deberes de los niños y niñas afectan de forma negativa a su vida familiar.
El objetivo es que los deberes desaparezcan en su “totalidad”, ha enfatizado en rueda de prensa el presidente de esta organización, José Luis Pazos. Y como señal de ir avanzando por este camino, ha llamado al boicot a los deberes en el mes de noviembre.
Primero, invitando a los docentes a que no manden tareas a casa a los chicos y chicas. Si no fuera así, la acción conjunta pasa por que las familias se nieguen y entreguen el lunes en el centro escolar un documento explicando los motivos por los que los hijos o hijas no han realizado las tareas.
CEAPA ha presentado este jueves el “resumen ejecutivo” de un estudio elaborado con las respuestas de 1.748 padres y madres y 472 menores durante el primer semestre del año, más del 90 % de ellos pertenecientes a las escuela pública.
El 20,24% de las familias indican que los alumnos y alumnas dedican más de dos horas diarias a los deberes (superior a 10 horas semanales). El 29,41% de los menores dicen lo mismo. Y el 39,44% de los padres y las madres denuncian que los deberes entran en conflicto a menudo con las necesidades de sus hijos e hijas. Tambien lo corroboran los menores: cuatro de cada diez piensan que no respetan siempre su tiempo de jugar y descansar, y el 65,67 % aseguran que no hacer los deberes les perjudica.
En la rueda de prensa del comienzo del curso escolar, Pazos ha denunciado también una tendencia “al alza” en varias comunidades de “copagos” de las familias a los centros públicos (incluso se han “disparado”) en dinero o en especie, lo que ha considerado “ilegal” e “irregular” si no se extiende un recibo.
Comprar los libros, un apuro económico
En cuanto a los libros de texto, el mismo estudio indica que una de cada cinco familias pasa apuros económicos por la compra. Tan solo el 21% tiene asegurada la gratuidad total, mientras que el resto tiene que efectuar algún desembolso. En este sentido, Pazos reprocha que haya habido que “tirar a la basura” libros anteriores a la LOMCE cuando CEAPA considera que eran perfectamente aprovechables.
Según la Confederación, existe la gratuidad para todo el alumnado de la enseñanza obligatoria por el sistema de préstamo y reutilización en Andalucía, Extremadura, Navarra y Comunidad Valenciana. Por el contrario, Madrid y Cataluña son las únicas comunidades sin ayudas directas de libros, tan solo becas para los casos de extrema necesidad.
Hay ayudas para las familias, pero “insuficientes”, en Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Murcia y La Rioja. Y en el resto, el modelo es de préstamo y reutilización por los centros, aunque no de todos los libros ni para todo el alumnado.
Si se trata del comedor escolar, el 84,19% de las familias aseguran que no tiene ninguna ayuda para pagarlo. De estas, una de cada cuatro reconoce que tiene dificultades para abonarlo.
El 82% de las familias usuarias contestan que han visto reducidas o suprimidas las ayudas públicas durante la crisis, aunque un 12% admiten que ahora se han recuperado. Un tercio dicen que el menú escolar no tiene la calidad deseable y el 29% no están satisfechos con el servicio.
En todas las comunidades se mantienen los precios del comedor prácticamente este curso, pero con un coste para las familias que se puede duplicar según donde residan: tres euros en Asturias y entre 5,5 y 6,8 euros en Navarra.
Según Pazos, las administraciones no están haciendo un esfuerzo suficiente en los comedores escolares, que son la única alternativa de una alimentación adecuada para los alumnos de las familias menos favorecidos.