Justo cuando se cumple un año desde que España decretara el estado de alarma para enfrentar la pandemia, los primeros datos sobre la actividad de los juzgados en todo el año 2020 revelan una caída significativa de las denuncias por violencia de género. Ya la estadística trimestral del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), conocida a medida que el año avanzaba, advertía de la factura que la crisis sanitaria tendría en términos de indicadores judiciales, mientras que el informe anual, publicado este lunes, confirma que fueron 150.785 las denuncias presentadas por esta causa, un 10% menos que en 2019.
En ellas aparecieron un total de 145.731 mujeres víctimas –en algunos casos una misma mujer interpone varias denuncias–, lo que supone también un 9,73% menos que un año antes. Y, por consiguiente, las órdenes de protección solicitadas fueron también menores: 42.624 en 12 meses, una cifra un 12% inferior a la registrada en todo 2019. El organismo califica de “importante” el descenso y lo achaca de manera “directa” a la crisis sanitaria “y especialmente a los meses del confinamiento, durante los que se apreciaron las mayores variaciones pese a que los juzgados especializados en violencia sobre la mujer siguieron funcionando al considerarse esencial su actividad”.
A pesar de la bajada en el número de denuncias, otros parámetros judiciales se han mantenido estables respecto a lo que suele ocurrir con este tipo de violencia: la mayor parte de ellas las presentaron las víctimas, un 70%, mientras que 73% de las sentencias dictadas por los órganos judiciales fueron condenatorias (en 2019 lo fueron el 70,5%). Por otro lado, los juzgados aceptaron un 70,52% de las órdenes de protección solicitadas por las denunciantes. De la mayor parte derivaron órdenes de alejamiento y prohibición de comunicación. En lo que respecta a las medidas civiles, y en concreto en los casos de las parejas o exparejas con hijos e hijas en común, continúa estable el escaso porcentaje de suspensiones de la guardia y custodia (solo se decretó en el 4,27% de las ocasiones) y del régimen de visitas con el presunto agresor (3,01%).
La presidenta del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ, Ángeles Carmona, lamenta los datos dados a conocer este lunes y certifica que “no pueden llevarnos al optimismo” porque “no equivale a un descenso real en el número de casos de violencia machista”, sino que por el contrario manifiesta el impacto que ha tenido la crisis sanitaria para las víctimas y en concreto “las dificultades añadidas que las víctimas han tenido para denunciar a sus agresores”. No solo durante los meses de confinamiento estricto, sino en los posteriores, en los que ha seguido habiendo restricciones: “Por encontrarse en casa bajo el control constante de sus agresores, por dudas sobre si podían o no salir o por el miedo a que les pasara algo a sus hijos e hijas, más de 17.000 mujeres dejaron de denunciar el año pasado”, explica Carmona.
Si hay algo que han reiterado las expertas y asociaciones durante este año pasado es que la violencia no solo no ha desaparecido, sino que algunos tipos de maltrato, los más invisibles (control, violencia psicológica...), se han incrementado. Muestra de que la violencia ha seguido estando presente son los registros del teléfono 016 y el chat de apoyo emocional vía Whatsapp puesto en marcha por el Ministerio de Igualdad: solo entre marzo a mayo, las atenciones escalaron un 41% respecto al mismo periodo del año anterior; fueron 20.732 llamadas, frente a las 14.662 de 2019. También las peticiones online se multiplicaron, y el chat recibió 2.038 consultas desde que empezó a funcionar el 21 de marzo. Es decir, a medida que las denuncias en los juzgados mermaban, se incrementaban las demandas de ayuda o información.