La Justicia argentina amplía la investigación abierta a raíz de la Querella argentina a los actos represivos cometidos por el franquismo contra las mujeres, según adelanta en exclusiva The Guardian. Con esta decisión, el país austral incluye casos concretos de “agresión sexual, aborto forzado y robo de niños” en la única causa abierta en el mundo para juzgar los crímenes de la dictadura de Francisco Franco.
La titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Numero 1 de Buenos Aires (República Argentina), María Servini de Cubría, ha aceptado abrir esta nueva línea en sus pesquisas tras la petición legal de la ONG Women’s Link Worldwide. El colectivo actúa en representación de seis mujeres víctimas de violaciones de derechos humanos durante el régimen franquista.
Estos delitos específicos suponen la evidencia de la doble represión orquestada por Franco contra la mujer. El franquismo quiso acabar con el feminismo naciente de la Segunda República y con todas aquellas mujeres que lo representaban. Muchas fueron ejecutadas, torturadas o encarceladas como castigo ejemplarizante. Luego, la dictadura se encargó de activar el ‘sumisa y devota’ que convirtió a la mujer en un sujeto social de segunda clase.
“Primera demanda por violencia específica”
Con la querella, la ONG logra que la jueza Servini amplíe la causa contra el franquismo e investigue los delitos específicos cometidos contra las mujeres. “Esta es la primera demanda por la violencia específica que sufrieron las mujeres bajo el régimen de Franco”, según declara a The Guardian la abogada de Women's Link Worldwide, Aintzane Márquez.
“Ninguna causa que investigue las violaciones de derechos humanos puede estar completa si no contempla los crímenes que se cometieron contra las mujeres por el hecho de serlo”, afirmaba la directora internacional de Women’s Link, Glenys de Jesús, cuando la organización presentó en 2016 la primera querella sobre los crímenes de género cometidos por el régimen de Franco. Era una denuncia calificada como histórica.
En la causa conocida como Querella Argentina, las víctimas solicitan amparo en virtud de la justicia universal. La justicia española, hasta ahora, ha boicoteado cada requerimiento remitido por Servini. En la petición judicial, la ONG detalla “casos de violación, violencia sexual, tortura, asesinatos, el rapado de la cabeza y la ingesta forzada de aceite de ricino” como humillación pública.
Y refiere el sistema creado por el franquismo para robar bebés. La sustracción de menores de edad sin conocimiento de sus progenitores fue una práctica extendida hasta muchos años después de la muerte del dictador en 1975. Europa reconoció a los bebés robados como “víctimas de crímenes contra los derechos humanos”. El colectivo de derechos humanos presentó la denuncia hace dos años ante la corte bonaerense.
Margalida Jaume Vandrel (Mallorca), desaparecida. Un grupo de franquistas la detiene en agosto de 1936, junto a su marido, Antoni, y sin motivos aparentes. Sufrieron humillaciones y tortura durante el cautiverio. Días después, ambos fueron ejecutados. Margalida tenía dos hijas, Antonia (8 años) y Francisca (11), y estaba embarazada de 7 meses. Un testigo vio cómo al menos uno de los falangistas la violó: “nunca me había gozado a una embarazada”, dijo el criminal. Margalida continúa en paradero desconocido.
Daría y Mercedes Buxadé Adroher (Mallorca). Hermanas, vivían en Barcelona cuando en el año 36 embarcan en una expedición republicana como personal sanitario, rumbo a Mallorca, junto a otras tres enfermeras. Semanas después, los franquistas inician la persecución y eliminación de las personas que quedaron aisladas en la isla. En la mañana del 4 de septiembre quedan detenidas. Los golpistas ordenan que sean examinadas para comprobar su virginidad. Luego sufren brutales y repetidas violaciones por un grupo de falangistas. Acabaron muertas y enterradas en una fosa común del cementerio de Son Coletes que nunca ha sido exhumada.
Pilar Sánchez Lladrés (Mallorca). Militante socialista. Tenía cuatro hijos. Denunciada por vecinos y detenida por falangistas. Un testigo ve cómo cuatro hombres la golpean y violan cerca del predio de Son Ganyada. Luego la trasladan al camposanto de Sencelles donde otro testigo observa cómo vuelven a someterla a abusos sexuales antes de ejecutarla y arrastrarla hasta la puerta del cementerio, donde abandonan el cuerpo, el 18 de septiembre del 36. Yace en una fosa.
Matilde Lanza Vaz. Destacada militante comunista. Detenida en abril del 39. Juzgada en un Consejo de Guerra. Pasa seis meses encarcelada en los calabozos de la Puerta del Sol. Acaba en la prisión de Ventas, donde se convierte en un referente para el resto de mujeres presas. Las autoridades carcelarias intentan adoctrinarla y convertirla al catolicismo como medida ejemplarizante y propagandística. En el año 42 accede a ser bautizada, pero antes pide ir a la enfermería, en el piso más alto de la prisión: Matilde se lanza al vacío. Agoniza durante 45 minutos. La bautizan estando inconsciente en el suelo.
Lidia Falcón O’Neill. Reconocida abogada feminista. Detenida siete veces entre 1960 y 1974 por delitos de opinión y asociación ilícita. Encarcelada en prisiones de Madrid (Yeserías) y Barcelona (Trinidad). En cuatro de las retenciones policiales sufrió torturas 'especiales' por su condición de mujer: golpes en el estómago y en el hígado mientras le gritaban “ahora ya no parirás más, puta bruja”.