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Debate completo sobre 'Libertad de expresión y Charlie Hebdo'

¿El humor debe tener límites? ¿Es necesario redactar nuevas leyes contra el terrorismo? ¿Se respeta la libertad de expresión en España? Estas han sido algunas de las preguntas planteadas en el debate 'Libertad de expresión y el caso de Charlie Hebdo', organizado por eldiario.es en colaboración con la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI) celebrado este martes.

Ante las preguntas lanzadas por el director de eldiario.es, Ignacio Escolar, han ido desgranando su punto de vista Iñigo Sáenz de Ugarte, subdirector; Virginia Pérez Alonso, presidenta de la PDLI y vicedirectora editorial de 20 minutos; Darío Adanti, dibujante de la Revista Mongolia; Facu Díaz, presentador y director de 'Tuerka News'; Olga Rodríguez, periodista; y Leo Bassi, cómico. Un coloquio que ha tenido lugar una semana después del atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo en el que murieron 12 personas.

A la primera pregunta, sobre los límites a la hora de afrontar la sátira, Virginia P. Alonso ha defendido que se “puede bromear”, aunque “todo tiene un límite, como es no incitar al odio o a la violencia”. Iñigo Sáenz de Ugarte ha defendido tanto la libertad de expresión como “el derecho de los que critican” las publicaciones, “eso sí, sin que haya violencia”. En su turno de palabra, la periodista Olga Rodríguez ha destacado “la obligación de defender la libertad de expresión, que costó mucho”, y, a renglón seguido, criticó la “instrumentalización del ataque que han hecho algunos mandatarios” que en su propio país “permiten torturas o cárceles secretas”. Rodríguez también hizo hincapié en el doble rasero de algunos medios ante el atentado en París que “no guardaron un minuto de silencio cuando asesinaron en Irak al cámara José Couso”.

Al otro lado de la mesa se han sentado tres personas que han hecho gala de su humor ácido. Es el caso del cómico Leo Bassi, que ha contado cómo ha vivido “los límites del humor al sufrir ataques en Polonia de comunistas o en Italia de fascistas”. “No solo es violencia el fundamentalismo islámico. Hay que sacralizar el arte de la burla”, ha defendido. Luego, Darío Adanti ha reivindicado que el humor “es un lugar donde no tenemos que poner límites”, mientras que Facu Díaz ha apostado por la idea de que “la gente aprenda a no cabrearse tanto con el humor”.

“Temo que se recorten derechos amparándose en el miedo”

Desde dos salas abarrotadas, y con el hashtag #DebateHebdo en Twitter, llegaba la segunda pregunta: ¿los Estados deben cambiar las leyes amparándose en la necesidad de luchar contra el terrorismo? A Sáenz de Ugarte no le “ha sorprendido” que los dirigentes políticos hayan puesto sobre el tapete la necesidad de incrementar la vigilancia. “Los controles en internet pueden ser poco efectivos”, ha apostillado.

Precisamente, a la misma hora del coloquio, los ministros de Justicia e Interior mantenían una reunión con varios miembros del PSOE para abordar las medidas a tomar contra el terrorismo yihadista. “Temo que se agite la bandera de la libertad de expresión” y se recorten derechos “apelando al miedo”, ha dicho Olga Rodríguez. Una opinión que comparte la vicedirectora editorial de 20 minutos: “Se puede utilizar una situación de crisis para retocar las libertades y derechos”.

Quien más se ha desmarcado de la opinión del resto ha sido Leo Bassi. Ha defendido la tesis de que lo ocurrido en Francia debe leerse desde un punto de vista francés. “Los terroristas han sido víctimas de una sociedad que no les quiere, no han hecho nada para integrarles”, ha señalado, y recordó “la censura por antisemita” al cómico francés Dieudonné, “que es un referente para esta nueva generación”.

Facu Díaz, recientemente imputado por la Audiencia Nacional por el delito de humillación a las víctimas tras protagonizar un sketch donde se simulaba la disolución del PP, ha contado que ha recibido presiones para que “hiciera monólogos sobre Mahoma”, pero no lo ha hecho “porque hay otras cuestiones que tratar antes”. Opinión similar a la formulada por Adanti, quien considera que “no debemos abanderar un lenguaje enfermizo como el que insinúa que Europa representa la civilización frente a la barbarie”.

La última pregunta planteada buscó profundizar sobre la realidad que se vive en torno a la libertad de expresión en España. Todos han coincidido en que no se puede ejercer plenamente, “como se pudo ver con el secuestro de El Jueves con una portada sobre la Casa Real”, comentaba Virginia P. Alonso. “Es difícil hacer sátira, en España no hay plena tolerancia a la libertad de expresión”, han coincidido varios de los invitados.