Sira Rego (Valencia, 1973) apenas ha aterrizado en Madrid desde Bruselas para asumir el mando de un ministerio de nueva creación en el Gobierno de España: el que se encargará de velar por los derechos de los niños, niñas y jóvenes desde una cartera autónoma que tiene por delante muchos flancos de trabajo en coordinación con otros compañeros del Consejo de Ministros.
En la primera entrevista desde que ocupa el cargo, la ex eurodiputada de Izquierda Unida (IU) sitúa como una de las mayores “urgencias” la reducción de la pobreza infantil en España y analiza los cambios en el tablero político de la izquierda tras la formación del nuevo Gobierno de coalición sin ministras de Podemos. “Se ha trabajado para generar estos consensos y finalmente no ha sido posible, pero estamos en una nueva etapa”, asegura. Y confía en la estabilidad, pese a las discrepancias que se han mostrado antes y después de la investidura, dentro de la coalición Sumar: “Tenemos que escucharnos, tenemos que entendernos y tenemos que coordinarnos. Estamos en ese momento, pero yo soy optimista”.
Sobre los siguientes pasos orgánicos en su organización, Izquierda Unida, para suceder al coordinador federal saliente, Alberto Garzón, Rego afirma: “Son muchos y muchas los compañeros y compañeras que podrían jugar ese papel”.
¿Por qué necesita España un Ministerio de Juventud e Infancia?
España necesita un Ministerio de Juventud e Infancia porque un primer diagnóstico de las cifras, de cómo está la cuestión del paro juvenil, de cómo está la situación de la pobreza infantil en nuestro país y de cómo está el estado general de la situación de la infancia y de la juventud, requiere que se convierta de manera central en políticas de Estado, en políticas de país. Es imprescindible poner el foco para resolver estos problemas. El paro juvenil es del 27,8%; y la tasa de pobreza monetaria, también de un 27,8%. Esto requiere que sigamos aumentando derechos, que sigamos ensanchando democracia y que contemos con las personas más pequeñas y más jóvenes de nuestro país.
¿Cuál sería la medida más urgente a tomar al frente del Ministerio y cuáles los objetivos a medio plazo de la legislatura?
Son muchas medidas, no podría decir en este momento una concreta. Son varias las urgencias. Por ejemplo, en cuestiones que tienen que ver con la infancia, resolver la pobreza infantil. Esto es un elemento fundamental y central. Tenemos que abandonar ese mal dato que nos sitúa como país con más pobreza monetaria de la UE entre niños y niñas. El paro juvenil es otro de los elementos que tienen que ser centrales, también la precariedad laboral. La vivienda también nos preocupa muchísimo, y las cuestiones asociadas a la violencia contra niños y niñas, y el desarrollo y el despliegue de esa magnífica ley que se aprobó ya en la pasada legislatura y que tendremos que concretar, siempre coordinadamente con las comunidades autónomas y con otros ministerios.
Hablando de pobreza infantil, usted que también ha sido concejal en Rivas, tenemos el problema con la luz en la Cañada Real, con chavales que no pueden ni estudiar. ¿Cómo puede colaborar un Ministerio como el suyo para desbloquear esa situación que arrastra España desde hace tanto tiempo?
Necesitamos un buen diagnóstico. En primer lugar, se está trabajando muchísimo en esto para tener las cifras y una foto real de la situación. Y, también, ser garantía de que hay un reparto justo de recursos que verdaderamente refuerce y asiente los derechos que tienen que tener todos los niños y todas las niñas en nuestro país. Por lo tanto, siendo garante de que las políticas públicas son verdaderamente redistributivas y refuerzan los derechos de niños y niñas, independientemente de su origen social y del nivel de renta de sus familias. Y, lógicamente, desde una perspectiva progresista, hay que tender a la equidad. La equidad supone que quienes menos tienen, tengan la garantía de que las políticas públicas están ahí para garantizar que puedan ejercer sus derechos en igualdad.
España tiene una ley pionera para proteger los derechos de la infancia, pero hay organizaciones que creen que queda bastante por desarrollar. Mencionan, por ejemplo, los juzgados especializados que aún no han sido creados pese a que están incluidos en la norma. ¿Comparte este diagnóstico?
La ley tiene que seguir desarrollándose, tiene que seguir implementándose. Hay tareas que están en desarrollo en este momento que van a requerir la colaboración de otros ministerios y, por supuesto, insistir mucho en este aspecto de la colaboración necesaria y la coordinación con las comunidades autónomas. Todo lo que tiene que ver con la adaptación de los órganos judiciales para atender las cuestiones de la infancia es uno de los temas en los que ya se está trabajando y en los que además vamos a poner muchísimo esfuerzo en este mandato. Es fundamental. Tenemos que tener esto cubierto precisamente para atender a estos derechos.
Queríamos preguntarle también por otra ley, por la Ley de Familias, cuya tramitación se cortó por la convocatoria electoral. Ahora que tienen que tramitarla de nuevo desde el Consejo de Ministros y Ministras, ¿plantea introducir algún cambio en la norma? Por ejemplo, recordamos que se quedó fuera el reconocimiento de las familias monoparentales con dos hijos como familias numerosas.
Esto en concreto se va a llevar más desde el Ministerio de Derechos Sociales. En cualquier caso, es evidente que es un tema que hay que retomar y en el que hay que poner muchísimo esfuerzo y energía. Precisamente por lo mismo, por la cuestión de ampliar derechos y garantizar el bienestar de todas las familias y la diversidad de familias que hay que reconocer en nuestro país.
Unicef consideró que la norma se quedaba corta cuando comenzó su tramitación y pedían una prestación universal por hijo a cargo. ¿Cree la ministra de Juventud y Infancia que debería incorporarse a la Ley de Familias?
Hay que hacer un esfuerzo para mejorar. A nosotros una de las cuestiones que nos parecen fundamentales y que es una tarea que tenemos de manera inmediata es reunirnos precisamente con todas las entidades sociales, con todas las organizaciones que están haciendo propuestas concretas para mejorar los derechos de la infancia. Tenemos muchas ganas de escucharlas y de incorporar las demandas que tienen para que sean eje central de nuestro trabajo. Y así lo haremos además, en los próximos días.
Volviendo a la pobreza infantil. ¿Cuál es la receta para combatirla? ¿Qué se puede hacer para solucionar eso? ¿Por dónde se empieza?
Garantizar que hay recursos suficientes y que hay un procedimiento. Sobre todo, que hay una política clara en la que se garantice que haya un reparto equitativo de los recursos. Una buena política pública tiene que garantizar: primero, ver el estado de la realidad, la foto fija de lo que tenemos y cuáles son los indicadores; y luego hacer un reparto equitativo y justo de los recursos para que ninguna familia, para que ningún niño o niña se quede atrás.
¿Y eso sería por la vía de la fiscalidad?
Obviamente tiene que ver con la dotación presupuestaria, que tiene que ver con la cuestión de la fiscalidad y también con una ejecución que se corresponda con todo esto.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hizo una referencia a los comedores escolares en su discurso de investidura y España acaba de celebrar un encuentro internacional sobre este asunto. ¿Será esta la legislatura del comedor gratuito y universal en nuestro país? ¿Podemos aspirar a eso?
Yo creo que tenemos que trabajar para eso, sin duda alguna. Y además es uno de los elementos que demanda también la Plataforma de Infancia y que tenemos que hacer todo lo posible por incorporar. Desde luego, vamos a hacer un esfuerzo enorme para que así sea.
Hay otra reivindicación de hace mucho tiempo y es que también la educación de 0 a 3 pueda ser gratuita. No es competencia del Gobierno central, ¿pero hasta qué punto puede colaborar en eso?
Podemos coordinarnos con las comunidades autónomas y desde luego podemos impulsar y reforzar todo lo que tiene que ver con la enseñanza pública, con la educación pública, con la gratuidad y con que llegue cada vez a más niños y más niñas. Es otro de los ejes fundamentales que tenemos contemplado en el acuerdo de Gobierno y tenemos que trabajar para ello.
Hay otro asunto también que debatimos mucho, sobre todo los que tenemos hijos de cierta edad, y es el uso de los móviles. Eso incluye en qué momento se le empieza a dar a un chaval un móvil, si ha de ser un teléfono inteligente o un teléfono de los anteriores... ¿Qué reflexión tiene como madre y como ministra?
Desde luego, el uso de las tecnologías –la exposición de los menores, de las menores y sobre todo el ver cómo podemos protegerlas frente a esto– va a ser uno de los elementos centrales que trabajemos en el Ministerio de Juventud e Infancia, porque nos preocupa. Queremos escuchar en primer lugar a las familias, queremos escuchar a las organizaciones sociales que están demandando que se intervenga y va a ser uno de los asuntos que nos interpelen en las próximas semanas.
En el discurso de investidura, Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno, anunció que reformaría y reforzaría el marco jurídico para que la responsabilidad civil no prescriba los casos de abusos sexuales a menores. ¿Esto qué implica?
Implica fundamentalmente un compromiso y una protección de los menores frente a cualquier tipo de violencia o de situación de vulnerabilidad. Hay que insistir mucho en que el Estado proteja a sus niños y a sus niñas.
También hablando de los abusos sexuales contra menores, la Conferencia Episcopal anunció hace unos días que pondría en marcha un plan de reparación para las víctimas al margen del fondo estatal que propuso el Gobierno. ¿Cuánto va a presionar el Ejecutivo a la Iglesia para que aporte económicamente a este mecanismo?
Es importantísimo que se hagan responsables de esta parte y desde luego vamos a velar por el bienestar de los procesos de de reparación, como no puede ser de otra manera. Creemos que hay que seguir trabajando, hacer un seguimiento de todo esto y de alguna manera establecer mecanismos eficaces que reparen a las víctimas.
El otro día en la toma de posesión, el ministro saliente de Izquierda Unida y coordinador saliente de Izquierda Unida, se felicitó en su discurso de despedida sobre el acuerdo entre Sumar y el PSOE. Sin embargo, es un acuerdo sobre el que otros socios de la coalición electoral como Podemos están manteniendo una actitud crítica, tanto con el PSOE como con la líder de Sumar, Yolanda Díaz. ¿En qué lugar queda Izquierda Unida en este nuevo mapa político que se abre a partir de ahora?
Izquierda Unida forma parte por segundo mandato del Gobierno de coalición. Un lugar en el que pretendemos aportar nuestro granito de arena y nuestra manera de entender las relaciones políticas y las relaciones institucionales y de gobierno, en un sentido progresista y, sobre todo y fundamentalmente, de empuje para avanzar en derechos y ensanchar la democracia. Estamos en un momento complicado a nivel global. A nivel internacional estamos viendo la ola reaccionaria, cómo se van asentando gobiernos de derecha y de extrema derecha en muchos lugares que vienen, en definitiva, a recortar derechos y a limitar la democracia. Y para nosotras es fundamental que haya opciones de izquierda transformadora en países como el nuestro. Entre otras cosas porque lo que estamos planteando es una dinámica y un eje fundamental en el que se amplíen derechos que creemos que son fundamentales para proyectos de vida felices y suficientes. Y también porque creemos que es un buen ejemplo para ser un contrapunto a esa ola reaccionaria. Se pueden hacer las cosas de otra manera y podemos hacer políticas para que la gente viva bien y viva mejor. Y ahí está Izquierda Unida sumando para generar una dinámica de gobierno y una dinámica de leyes y de marco de convivencia que mejore la vida de la gente en lo concreto y en lo cotidiano. De eso se trata también.
Y en el desarrollo del nuevo partido Sumar. ¿Qué papel tendrá Izquierda Unida?
Ahora mismo formamos parte de Sumar, estamos contribuyendo a la conformación del espacio político. Formamos parte, además del espacio de Gobierno de Sumar, del espacio parlamentario de Sumar y estamos en el proceso de construcción, debatiendo, aportando y colaborando de manera activa porque creemos que es importante que haya un espacio de la izquierda transformadora en nuestro país, que tenga un peso específico y que tenga un lugar y una propuesta concreta. Estamos en ese momento e Izquierda Unida también tiene su propio proceso y desde ahí estamos aportando.
¿Cree que Podemos tendría que haber tenido un ministerio?
Se ha trabajado para generar estos consensos. Finalmente no ha sido posible, pero ya estamos en una nueva etapa, estamos en un nuevo momento, tenemos un grupo de personas que vamos a trabajar con muchísima dedicación y con mucho esfuerzo para sacar lo mejor y para impulsar los mayores y mejores derechos para nuestro país y para nuestra gente.
¿Considera que Sumar es una alianza estable de la izquierda teniendo en cuenta que ya se han producido las primeras discrepancias por parte de Podemos?
Es importante es entender que una de las dinámicas de la izquierda tradicionalmente tiene que ver con con la diversidad, y que una de las cuestiones más bonitas de la izquierda es precisamente que esa diversidad compleja finalmente se entienda, porque al final la suma muchas veces termina siendo una multiplicación.
Es lógico que las tradiciones militantes distintas tengan matices distintos y la coordinación de todo eso a veces sea compleja, pero no tiene por qué ser necesariamente antagónica. Todo lo contrario. Por tanto, yo creo que es una buena noticia que tengamos este espacio, que este espacio esté en conformación y que estemos dialogando permanentemente para provocar que esto se estabilice en el tiempo. Yo creo que hay mucha energía organizativa también puesta ahí, política puesta ahí, y yo creo que sigue siendo una muy buena noticia. Tenemos que escucharnos, tenemos que entendernos, tenemos que coordinarnos, estamos en ese momento, pero yo soy optimista.
¿Qué le parecieron las críticas de las ex ministras Ione Belarra e Irene Montero en los traspasos de carteras al Gobierno y concretamente a Pedro Sánchez? ¿Cómo lo leyó desde su posición?
Las posiciones políticas de cada persona son legítimas, simplemente lo veo desde ahí y sin más. No tengo una mayor opinión al respecto. Prefiero no entrar a cuestiones que no dejan de ser de valoración subjetiva.
¿Cree que será duradera esa alianza de la izquierda para las próximas citas electorales, por ejemplo, las elecciones europeas?
Vamos a trabajar, desde luego, para que así sea.
Y como ministra, usted ahora es la cara más visible de Izquierda Unida en las instituciones. ¿Es el momento también de serlo en lo orgánico? ¿Se va a presentar como como líder de Izquierda Unida a la próxima Asamblea Federal?
Ahora mismo en Izquierda Unida se va a abrir un proceso de reflexión, de debate. Somos una organización profundamente deliberativa, somos una organización con perfiles políticos extraordinarios y la verdad es que son muchos y muchas los compañeros y compañeras que podrían jugar ese papel.
Venimos de un fin de semana muy intenso en el que Pedro Sánchez estuvo el jueves y viernes en Israel y recibió críticas del gobierno israelí por decir algo que dice muchísima gente y es que no se puede matar a inocentes, como está ocurriendo en Gaza. Usted tiene también raíces palestinas, familia en Cisjordania. ¿Cómo está viviendo estas estas semanas desde la distancia? Y, por otro lado, ¿cómo recibe esas críticas del gobierno israelí por señalar algo que señala Naciones Unidas ?
La cuestión palestina pone el foco en que es un conflicto de largo recorrido. No se puede entender el conflicto palestino sin hacer una lectura histórica de lo que ha supuesto la ocupación, ni desligar que los atentados y la pérdida terrible de vidas civiles del día 7 de octubre se dan un contexto de ocupación. Si queremos dar una solución al conflicto palestino, tenemos que hacer una lectura mucho más amplia y mucho más profunda.
Pero lo que, sin duda, es absolutamente insoportable es el nivel de hostigamiento, la pérdida y los bombardeos sistemáticos, el apartheid, la ocupación, la destrucción de las viviendas, de las infraestructuras; y sobre todo, el bombardeo a la población civil y el castigo colectivo sobre la población civil en Gaza, que hay que recordar que en un porcentaje muy elevado se trata de niños y niñas. Se han perdido las vidas de miles de niños y niñas en la Franja de Gaza. Por lo tanto, esto es simplemente un llamamiento que están haciendo desde Naciones Unidas hasta hasta el Papa. Es decir, es simplemente hacer cumplir los derechos humanos, proteger la vida, defender el derecho de un pueblo a existir y seguir apelar al alto el fuego inmediato permanente y al cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas y del Derecho internacional. Seguir apelando a la paz, que es un elemento fundamental, un elemento sustancial para la existencia de los pueblos y para evitar que siga habiendo pérdidas de vidas humanas, que no deja de ser siempre una tragedia.
¿Hasta qué punto se puede dar un paso más diplomático, como se ha hecho en la Unión Europea con Ucrania, relacionado con pedir sanciones, embargos de armas o contribuir a armar una denuncia ante la Corte Penal Internacional?
Nosotros hemos sido claros. Lo que creemos es que lo que hay que exigir en este momento, y se está exigiendo, es el cumplimiento del derecho internacional, el alto el fuego inmediato. Es fundamental exigir el alto el fuego inmediato y la apertura de la vía diplomática, la apertura de cualquier mecanismo que permita que se imponga un criterio de pacificación de la zona que es fundamental.
¿Y el reconocimiento del Estado palestino?
Creo que ahí están las declaraciones también del presidente del Gobierno. Es una cuestión que se ha exigido desde otros lugares históricamente y, desde luego, es un paso, al menos en términos simbólicos, fundamental.
¿Eso quiere decir que el reconocimiento del Estado palestino es algo que puede hacerse real próximamente?
Nosotros, desde luego, creemos que es un paso que se puede dar perfectamente.
Vídeo de la entrevista completa con Sira Rego
Vídeo: Nando Ochando y Clara Rodríguez