El Consejo Interterritorial de Salud ha aprobado este lunes el nuevo Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos. Esta revisión ha llegado cuando el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) y la Agencia de Seguridad Alimentaria acaban de alertar sobre cómo el avance de estas superbacterias está socavando cada vez más la efectividad de tratamientos contra infecciones que saltan de animales a personas por los alimentos y patologías de transmisión sexual como la gonorrea. Algunas de estas resistencias son tan altas que convierten a ciertos medicamentos en “inútiles”, describe el Centro. España está entre lo países señalados en estos análisis del ECDC.
La resistencia se produce cuando las bacterias mutan y se vuelven inmunes a los antibióticos utilizados para tratar las infecciones que provocan. El exceso de medicación está en la núcleo del problema: la exposición a los medicamentos es tan grande que las bacterias que sobreviven, se reproducen y extienden se hacen especialmente fuertes. Tanto en humanos como en el ganado.
El ECDC ha avisado, por ejemplo, de que la resistencia a ciertos productos de las campylobacterias mutadas en algunos países “es tan alta que hace que [estos antibióticos] no funcionen como tratamiento de casos graves”. España presenta un porcentaje del 95% de resistencia para este caso concreto. Esta familia de bacterias –con un nombre menos popular que la salmonella– es la principal causa de gastroenteritis y enfermedad diarreica y, aunque suele ser leve, puede virar a grave en niños, personas ancianas o inmunodeprimidas, según describe la Organización Mundial de la Salud. La principal vía de transmisión son los alimentos.
Las campylobacterias españolas han desarrollado incluso resistencia a tratamientos combinados de varios antibióticos hasta en un 27% (solo por detrás de Portugal con un 59,5%). En el caso de los animales, los últimos datos europeos tampoco dejan en muy buen lugar a España ya que, de los casos analizados en cerdos de engorde, estas bacterias aguantaban tratamientos combinados hasta en hasta en 61%. “Se trata de un problema relevante de salud pública”, asegura la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria.
“La resistencia no muestra signos de estar frenándose”, explica el científico jefe del ECDC, Mike Catchpole. “Y es especialmente preocupante cuando se trata de resistencia combinada [a distintos medicamentos]”, añade. Los pacientes infectados con superbacterias presentan “peores resultados clínicos y más muertes al no ser posibles los procedimientos médicos habituales”, explica el Ministerio de Sanidad.
España es uno de los países de la Unión Europea con mayor consumo de antibióticos tanto para la salud humana como en animales. A pesar de que la tendencia al alza se frenó en 2017 (últimos datos disponibles) al bajar el consumo de antibióticos en Atención Primaria un 4,7% –en los hospitales se incrementó– “España continúa entre los países que más los utilizan”, según los recuentos de la Agencia Española del Medicamento. El 6% de la población se automedica aclaran.
En el ámbito veterinario, el Ministerio indica que se rebajó el uso de antibióticos en un 15% entre 2014 y 2016 y resalta el programa específico de la ganadería porcina. Sin embargo, este programa es de carácter voluntario al que no se se ha adherido el 20% del sector. “Ha conseguido la reducción de un 85% en la aplicación de colistina, un antibiótico de importancia crítica para la salud humana”, contraponen desde el Plan Nacional.
Amenaza sobre la cura de la gonorrea
Casi al mismo tiempo que la alerta sobre la zoonosis (el salto de patologías de animales a humanos, normalmente por la comida), las autoridades europeas han explicado que la “resistencias a medicamentos compromete el tratamiento recomendado para la gonorrea”. Esta infección provocada por la Neisseria gonorrhoeae es la segunda enfermedad de transmisión sexual (ETS) más común y ha acumulado 500.000 casos en una década.
En 2017 se confirmaron 3.248 casos, un 22% más que el año anterior. El país europeo con más número de nuevos pacientes fue España con 421 infecciones. El 65% de estos presentó algún tipo de resistencia a los antibióticos utilizados normalmente contra la patología. “El patrón de resistencia detectado en Europa amenaza la efectividad de los tratamientos”, resume el ECDC sobre esta ETS.
La carga que las infecciones con superbacterias suponen para los sistemas de salud europeos es equivalente al de la gripe, el VIH y la tuberculosis juntos. Los cálculos oficiales apuntan a que, cada año, estas patologías provocan 33.000 muertes en el continente. Las previsiones indican que, para 2050, este problema de salud pública habrá crecido exponencialmente e implique el fallecimiento de 10 millones de personas cada año en el mundo.