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El tabaco perjudica tus defensas incluso años después de dejarlo

David Noriega

14 de febrero de 2024 17:02 h

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La evidencia científica sobre los efectos del tabaco en el cuerpo humano lleva décadas acumulándose. Los perjuicios sobre la salud se advierten hasta en las propias cajetillas: “Fumar mata”. Ahora, un nuevo estudio, publicado en la revista Nature, apunta que los efectos del cigarro afectan al sistema inmunitario, el escudo de defensa contra infecciones y enfermedades, durante años, incluso después de dejarlo, lo que hace a los exfumadores más propensos a desarrollar determinadas enfermedades.

Un grupo de investigadores del Instituto Pasteur de París y del Karolinska sueco han analizado los efectos de 136 factores ambientales en una población de un millar de voluntarios. En concreto, el equipo estudió la secreción de citoquinas, unas proteínas encargadas de controlar el crecimiento y el funcionamiento de otras células del sistema inmune, encargadas de responder ante el ataque de algún patógeno.

La edad, el sexo, las variaciones genéticas, los niveles de metilación del ADN –las modificaciones químicas que intervienen en el envío de señales entre las células– o el índice de masa corporal influyen en el funcionamiento del sistema inmune, pero el factor que más lo altera es el tabaquismo, incluso cuando el hábito ha sido abandonado. Esto no implica que dejar de fumar no tenga sentido: mientras los efectos sobre la respuesta adaptativa, centrada en patógenos concretos, se alarga en el tiempo, su influencia en la inmunidad innata, la primera respuesta general, es transitoria.

El estudio indicaría que habría una 'memoria de haber fumado' persistente, lo que implica que las personas fumadoras pueden desarrollar otras enfermedades como cáncer, autoinmunidad o alergias o responder de forma anómala frente a infecciones"

“La investigadora Polly Matizginer ya propuso a finales de los años 90 que el sistema inmunitario es un sistema de control interno del organismo y que se activa en situaciones no solo de infección, sino también de daño y peligro. Es por esto por lo que analizar qué elementos pueden modularlo es muy importante, ya que no solo los patógenos pueden hacerlo”, señala la experta del Centro de Investigaciones Biomédicas de la Universidade de Vigo, África González-Fernández. En declaraciones al Science Media Center, explica que la “memoria de haber fumado” que apunta el estudio implica que “las personas fumadoras pueden desarrollar otras enfermedades como cáncer, autoinmunidad o alergias, o responder de forma anómala frente a infecciones”.

Para el presidente de la Sociedad Española de Inmunología, Marcos López Hoyos, el estudio publicado este miércoles “ayuda a explicar posibles alteraciones en la respuesta inmunitaria” que se ven “frecuentemente en la clínica de los fumadores, y habitualmente con sobrepeso, que llegan al entorno de los 60 años con sospecha de inmunodeficiencia secundaria al tabaquismo, en el contexto de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica y donde se ve con relativa frecuencia una hipogammaglobulinemia”, una baja concentración de anticuerpos.

"Si el tabaco afectase de manera parecida a la regulación de otros genes, se podría explicar por qué es un factor de riesgo tan importante en el desarrollo de tumores en órganos distintos al pulmón"

El estudio, que los expertos consultados por el SMC consideran de calidad, no está exento de limitaciones. “La amplia población estudiada fue deliberadamente homogénea, por lo que queda por saber si estos hallazgos se encontrarían también otras personas con perfiles raciales diferentes al de la cohorte seleccionada”, indica el científico del Centro de Investigación Biomédica de Granada, Ignacio J. Molina, que hace hincapié en la “gran relevancia médica” de los resultados. Abren la puerta, además, a otras hipótesis: “Si el tabaco afectase de manera parecida a la regulación de otros genes, se podría explicar por qué es un factor de riesgo tan importante en el desarrollo de tumores en órganos distintos al pulmón”.

“Encaja muy bien con los datos epidemiológicos que ya decían que el tabaco, además de un efecto carcinogénico directo, tenía efectos sobre el sistema inmunitario. Y esto no solo tiene implicaciones con respecto a los cánceres asociados”, explica al SMC, el inmunólogo del Hospital de Sant Pau de Barcelona, Óscar de la Calle-Martín, que cita el de pulmón, laringe o los intestinales. “La desregulación del sistema inmunitario es un elemento fundamental para la generación y la expansión de las neoplasias” y “también se conoce desde hace tiempo” que fumar “aumenta la incidencia de las enfermedades autoinmunitarias e inflamatorias, tiene efectos perversos sobre el sistema cardiovascular o la fertilidad”. “Con este artículo se desvela que buena parte de ese efecto se debe a una disfunción duradera del sistema inmunitario adaptativo”, concluye.

Para los autores del trabajo, Yan Luo y Simon Stent, los resultados del estudio proporcionan “una base científica para seguir promoviendo que no se fume y un estilo de vida saludable”.