Se han despedido de las aulas sin recibir la beca del Ministerio de Educación. Muchos universitarios catalanes dan la bienvenida a las vacaciones de verano con preocupación: aún esperan que la Generalitat ingrese en sus cuentas la ayuda general del estudio. Algunos no han recibido ni un euro de la subvención asignada. “Debo dos mensualidades de mi ciclo formativo y tengo que devolver un minicrédito que pedí para afrontar el curso”, dice Javier, un estudiante de Maresme.
Javier (nombre ficticio) no quiere revelar su identidad para que no le vinculen con la deuda que ha contraído para pagar sus estudios. No tenía trabajo y, si conseguía algo era “alguna chapuza y sin contrato”, así que decidió seguir formándose con un ciclo de grado superior en Animación de Actividades Físicas y Deportivas.
Primero hizo cuentas. Con la subida de tasas en la Formación Profesional y el gasto de transporte público, le salía más económico cursar el módulo en un centro concertado (con una cuota de 190 euros al mes), pero siempre teniendo en cuenta la beca general del Ministerio, cuyos requisitos cumple.
Sin embargo, los retrasos en las asignaciones de las becas del Ministerio de Educación, fruto del nuevo sistema de ayudas aplicado este curso, le han colocado contra las cuerdas. “Yo pensaba que me ingresarían la beca a principios de año”, expone.
El 3 de marzo, en su perfil de la plataforma de la Agencia de Gestión de Ayudas Universitarias y de Investigación (AGAUR) –un órgano autonómico intermediario entre el Estado central y los centros educativos– figuraban los 298 euros de la parte fija de la subvención. Tres semanas después aparecía también la cuantía variable, hasta un total de 498 euros. Este viernes termina las clases sin haber visto ni uno de esos euros en su cuenta corriente.
Desde la mitad de curso ha tenido que hacer malabares para no abandonar los estudios. Encontró un trabajo a tiempo parcial en una cafetería, donde cobra 260 euros al mes, pero los meses pasaban y la ayuda no llegaba, por lo que tuvo que solicitar un microcrédito. “A la larga es más caro, pero era una forma de obtener liquidez”, dice por teléfono. Un préstamo de 166 euros, con altos intereses, que ahora debe devolver junto a dos mensualidades que todavía no ha pagado en su centro de estudios.
Estudiantes con deudas
Laura Medina tampoco ha podido pagar las tres últimas cuotas, que suman 180 euros. Estudia segundo del ciclo formativo de grado medio en Gestión Administrativa en un centro concertado y, a pesar de que conoce desde hace tres semanas cuál es la cuantía total de ayuda que le corresponde (2.200 euros), aún no ha recibido nada. Su familia, de cuatro miembros, echa un pulso al día a día con el subsidio por desempleo de su padre –unos 400 euros– y algún que otro trabajo ocasional de su madre. “Quiero matricularme en el curso puente para poder acceder al grado superior, pero no sé si podré hacerlo si antes de que cumpla el plazo no recibo la beca”, se lamenta.
A Oriol Font un contrato en prácticas le ha salvado el curso. Hace cinco años se desplazó desde un pueblo de Tarragona a la capital catalana para estudiar Relaciones Laborales en la Universidad de Barcelona. En su último año, en el que solo ha cursado dos asignaturas que le quedaban pendientes, la beca se le denegó en un primer momento. Expirado el plazo para reclamar, finalmente fue la propia universidad la que presentó un recurso de oficio. “Todo salió bien y me van a reembolsar el importe de la matrícula –cerca de 500 euros– además de 60 euros, en principio, de la parte variable. Lo que no sé es cuándo. Si no hubiera encontrado unas prácticas bien remuneradas, probablemente habría tenido que irme ya de Barcelona”, cuenta.
Como Javier, Laura y Oriol, muchos estudiantes catalanes escribían a la Plataforma de Afectados por las Becas para quejarse de la tardanza en el pago de las ayudas. Sin embargo, mientras que los correos de los alumnos de otras regiones frenaron a principios de mayo, cuando la cartera dirigida por José Ignacio Wert ingresó la mayoría de las ayudas, las demandas procedentes desde Cataluña continúan a día de hoy. “Llevan esperando desde octubre, no hay derecho”, dice Ana Rivas, portavoz de la plataforma. Señala también que los pagos en esta comunidad autónoma han llegado siempre más tarde que en el resto de España debido a la existencia de un órgano de ayudas propia (la AGAUR), pero nunca hasta estos extremos.
Fuentes del Ministerio de Educación garantizan que ya se “ha librado todo el importe de las becas certificadas a la Generalitat”, aunque no especifican en qué fecha lo hicieron. “Las becas en Cataluña son gestionadas, concedidas y pagadas por la Generalitat en virtud del convenio firmado entre el ministerio y el gobierno autonómico, por lo que no tenemos datos actualizados ni conocimiento sobre si la Generalitat ha pagado o no a los alumnos”, explican.
Sin embargo, la Secretaría de Universidades e Investigación de la Generalitat asegura que un tercio de la partida que el Gobierno debería haber transferido ya a la Generalitat para el abono de la parte variable aún no ha llegado. La consecuencia de este retraso, indican, es que el 34% de los estudiantes universitarios todavía no han recibido su cuantía completa. También se comprometen a que este viernes todos los pagos se habrán completado. “Aunque hemos tratado de dar prioridad en el cobro a las personas con más necesidad, vamos a hacer excepcionalmente un avance en los ingresos, que mañana ya habrán llegado al 100% de los universitarios”.
Otro de los motivos de la demora, “además del propio sistema de becas implantado por Wert”, es el mecanismo de compensación –propio de esta comunidad autónoma– que permite que los estudiantes a los que el Ministerio de Educación excluye de las becas por nota también reciban una ayuda. “Cataluña es el único lugar en el que las matrículas universitarias se pagan en función de la renta gracias al sistema de precios públicos puesto en marcha hace tres años y esto requiere un proceso de verificación un poco más complejo”, justifican desde la Secretaría de Universidades.
El Departament d'Ensenyement, con competencias en el reparto de las becas de formación no universitaria (Bachillerato y Formación Profesional), también atribuyen los retrasos a las demoras del Ministerio de Educación en la transferencia de las partidas. “Hace una semana recibimos una cantidad importante que estamos en trámite de abonar. No obstante, queda un 15% del presupuesto total que aún no se nos ha pasado”, señalan fuentes de este departamento, que aseguran que, hasta que no reciban el 100%, no podrán solucionar por completo este tema.
“Está claro que la incertidumbre te afecta en el rendimiento académico. Desde que tengo estos problemas de pago no me puedo concentrar. Estoy más pendiente de mirar día a día el banco que de los exámenes”, admite Javier. Acabó los exámenes el miércoles y no descarta tener que visitar a algún profesor en la convocatoria extraordinaria. Las clases de Laura terminan también esta semana. Concretamente el viernes, el mismo día que la Generalitat se ha puesto como fecha límite para dar por completados todos los pagos.