Siempre que a la vicepresidenta del Gobierno se le pregunta si se podrá fumar o no en Eurovegas, su respuesta se limita a una serie de frases hechas en las que evita implicarse en un asunto que resulta muy polémico. Hace unos meses indicaba de forma categórica que no se contemplaba el cambio. Más recientemente ha comentado que el Gobierno central no tenía encima de la mesa ninguna petición concreta de modificar la ley en ese sentido. Este viernes ha cambiado de actitud. Soraya Sáenz de Santamaría ha deslizado que dejar fumar en los casinos de Eurovegas está casi hecho.
La vicepresidenta ha explicado que el proyecto de Sheldon Adelson y su exigencia de que se pueda fumar en sus casinos está “en fase de evaluación” por parte de las diferentes Administraciones implicadas y ha citado expresamente al Gobierno central. Después, la número dos del Ejecutivo ha explicado en la rueda posterior al Consejo de Ministros que los periodistas ya tenían “alguna posición de los ministros más implicados al respecto”. De esa forma tan sutil, Sáenz de Santamaría evitaba una respuesta categórica pero indicaba que el Gobierno está decidido a apoyar que se permita fumar en Eurovegas escudado en la creación de empleo que comportará la instalación del complejo en Alcorcón (Madrid).
Los ministros más implicados al respecto no son otros que la titular de Sanidad, Ana Mato, y el de Industria, José Manuel Soria. Después de varios meses jugando al despiste, en las dos últimas semanas no han tenido problemas en avanzar que darán vía libre a la modificación porque no se pueden negar a la creación de puestos de trabajo. La primera fue Mato, que defendió que no es incompatible velar por la salud de los ciudadanos y levantar el veto al tabaco.
Salas cerradas y sin camareros
La fórmula que le permite defender esa teoría es modificar la normativa que lo prohíbe actualmente para autorizarlo en salas completamente cerradas y donde no entre nadie más que el que quiera fumar. De esta forma, los jugadores que fumen podrán hacerlo en espacios donde solo habrá máquinas tragaperras o de otros juegos de azar. Sin camareros. Si quieren comer o beber algo, los clientes deberán comprarlo antes para que funcione en régimen de autoservicio. Así, Sanidad e Industria pueden esgrimir que ningún trabajador se ve perjudicado por el humo del tabaco aunque persisten las dudas de cómo puede afectar a los que deban limpiarlas después.
La presión de los dirigentes de la Comunidad de Madrid ha sido muy fuerte en los últimos meses. Ignacio González, Javier Fernández-Lasquetty y otros consejeros no han disimulado su contrariedad cuando el Gobierno de Mariano Rajoy miraba hacia otro lado. En cuanto Mato y Soria abrieron la mano, los dirigentes madrileños pasaron a un estado cercano a la euforia ante el temor de que Adelson dé marcha atrás en su proyecto. El magnate del juego insiste en que quiere ver los cambios legislativos hechos antes de comprometerse más porque así, dice, tiene “seguridad jurídica”. El Gobierno prefiere asegurarse de que la primera piedra no tardará en ponerse ante el temor de cambiar la ley a su antojo y que después no se concrete el proyecto, pero los cambios sirvan para otros casinos.