La semana pasada se celebró en Hamburgo el Chaos Communication Congress, el mejor congreso de hackers del mundo. Es el mejor porque no es comercial, ni es una plataforma de venta de productos o servicios tecnológicos. Su puerta dice que aceptan todo tipo de formas de vida pero no hay boothbabes vestidas de superheroína. Su lema es que los sitios seguros no existen. Entre sus lugares comunes estan la bandera pirata, torres robóticas hechas con radios, el cohete que guarda la entrada y una nave espacial subterránea donde se escucha techno durante las 100 horas que dura el congreso, llena de gente bailando, programando y/o fumando. Se celebra cada año entre Navidad y Nochevieja. Este año acudieron más de 15.000 personas.
Si parece mucha gente, es bueno advertir que se tuvieron que ir de su edificio berlinés hace tres años porque no cabían y este año se tienen que mudar otra vez. El secreto de su éxito es que no todo es código, techno y cacharritos. El propósito del evento es compartir herramientas para protegernos de otros hackers, y las estafas de scammers y phishers, pero también para resistir y combatir los abusos de instituciones, gobiernos y multinacionales de la manera más efectiva posible. A los tradicionales talleres de abrir candados con ganzúa y las demostraciones de Blinkenlights hay que sumarle las charlas dedicadas a identificar propuestas de ley problemáticas e indicar cuáles son los procesos burocráticos adecuados para su eliminación.
La bebida oficial es el club-mate, con una banda sonora de techno (en el lounge), house (en la tearoom) y una mezcla de todo eso con metal escandinavo en las salas donde confraternizan los distintos proyectos y hacklabs. Este año el congreso era el número 33c3: el 33 es la edad del evento y las c3 son las de su organizador, el Chaos Computer Club.
Cada año, el mejor año
El CCC nació en Berlín oeste en septiembre de 1981, año de las elecciones a ambos lados del muro. Desde entonces ha crecido exponencialmente hasta convertirse en la mayor asociación de hackers de Europa. El fenómeno Wikileaks -que se presentó en el 26c3- y las filtraciones de Snowden, que ha dado dos keynotes, han contribuido mucho a su tamaño actual. Ahora mismo, el CCC es un continente multiforme, descentralizado y nebuloso que incluye programadores pero también académicos, abogados, ingenieros, DJs, astrónomos, escritores, diseñadores, matemáticos, políticos, etc. Año tras año, sus miembros agujerean las infraestructuras más básicas de nuestro día a día para después venir a contarlo al congreso entre fotos, vídeos y risas en el que probablemente sea el evento más excitante, divertido y aterrador del continente.
En los próximos días, iremos publicando algunas de las charlas más edificantes, aterradoras o inspiradoras del evento, con entrevistas a algunos de sus protagonistas. Es importante destacar que los vídeos de todas las charlas están disponibles en esta página, donde también encontrarán muchas de años anteriores. Dicen que cada año es siempre el mejor año, y este no ha sido la excepción. Nuestra primera charla será la de Vincent Haupert, que explicará cómo perder su dinero en menos de 8 minutos.