La Eurocámara rechaza avanzar en la reforma del copyright tras las intensas críticas en las redes
La Eurocámara ha rechazado este jueves seguir adelante en las negociaciones de la reforma de la directiva sobre derechos de autor. El Pleno ha ordenado volver a iniciar en septiembre sus conversaciones internas sobre un texto muy cuestionado, principalmente por dos de las medidas que incluía: un filtro de contenidos para evitar que nada de lo que se suba a la red viole el copyright y un canon AEDE a nivel europeo (artículos 13 y 11 del texto). 318 eurodiputados han votado en contra, 278 a favor y 31 se han abstenido. Entre los españoles, solo las delegaciones del PP y el PSOE han votado a favor.
El pasado 20 de junio el Comité de Asuntos Jurídicos de la cámara aprobó esa misma propuesta de reforma, planteada en origen por la Comisión Europea. El visto bueno de este Comité encaminó el texto a la última fase de la negociación: un diálogo entre las tres instituciones comunitarias (Parlamento, Comisión y Consejo europeos) para cerrar el texto definitivo. No obstante, la decisión del Comité de Asuntos Jurídicos debía ser refrendada por el Pleno, algo que no ha ocurrido.
En septiembre será el Pleno del Parlamento el que deberá volver a debatir sobre la directiva propuesta, con la posibilidad de incluir cambios en su articulado.
La decisión se ha tomado en medio de un intensísimo debate en las redes sociales, en el que los promotores de la propuesta han intentado defenderla de las críticas de la comunidad digital. En este último grupo se han integrado voluntariamente académicos, un nutrido grupo de los pioneros que dieron forma a las tecnologías que hacen posible Internet, la Wikipedia, más de 150 organizaciones de defensa de los derechos fundamentales en red e incluso el relator de Naciones Unidas para la Libertad de expresión, David Kaye.
Kaye reconoció que estaba “seriamente preocupado” por la posibilidad de que el filtro de contenidos “establezca un régimen de monitoreo activo y censura previa del contenido generado por el usuario”. Para el relator de la ONU, esto eleva la posibilidad de instaurar la censura previa censura, mecanismos de reparación de derechos ineficaces, así como depositar una carga desproporcionada en organizaciones sin fines de lucro y pequeños proveedores de intercambio de contenido.
Los críticos han promovido una gran campaña de concienciación sobre los peligros de la directiva y han llamado a los ciudadanos a ponerse en contacto con los eurodiputados para mostrarles su disconformidad.
El Parlamento Europeo acusó a todos estos actores de generar “ruido” en torno a la votación: “¡NO se vota si el Internet tal y como lo conocemos sobrevive o muere!”, exclamó la cuenta oficial en español de la institución comunitaria, explicando que a la votación de este jueves la seguirán más negociaciones y no es definitiva. Además, aseguró que la directiva solo propone lograr una “remuneración justa para autores y creadores”, dejar claro que el “copyright se tiene que aplicar en el mundo virtual igual que en el mundo físico” y “proteger la libertad de expresión que define Internet”. Los críticos acusaron a la institución de vulnerar la neutralidad y “blanquear” la propuesta de la Comisión y los peligros que supone.
Organizaciones gestoras de derechos de autor compartieron esta posición. 84 de ellas, entre las que se encontraba la Organización Internacional de Artistas, asociaciones editoras de periódicos, de libros, editores de libros, agencias de fotografía, cadenas de televisión comerciales e incluso ligas de fútbol se han mostrado a favor de continuar adelante con el actual texto. Paul McCartney también se sumó al multitudinario debate con una carta apoyando esta posición.
No obstante, también ha habido otros que han querido ir más lejos, señalando que la campaña en redes contra la directiva, notablemente más activa que la de los defensores, no podía haber surgido de manera natural. La asociación de Artistas para una Internet ética y sostenible denunció que Google había desatado una “guerra híbrida” contra la directiva. Muchos eurodiputados a favor del texto también han denunciado que esta campaña estaba impulsada por “bots de Google”.
“Proteger a los autores”
La Comisión Europea, autora de la propuesta original, asegura que el objetivo es reducir el poder de los gigantes digitales y forzarlos a negociar de igual a igual con las organizaciones gestoras de los derechos de autor. Opina que los gigantes de Internet están disfrutando de una posición abusiva respecto a los autores y se llevan la mayoría de los beneficios de su negocio.
Este argumento ha sido rebatido con intensidad. “Como creadores, compartimos la preocupación de que debería haber una distribución justa de los ingresos del uso en línea de las obras protegidas por derechos de autor, que beneficia tanto a creadores, editores y plataformas”, defendieron en su carta más de 70 madres y padres de la tecnología que hace posible Internet, recalcando sin embargo que el filtro de contenidos no es la solución: “De hecho, si el Artículo 13 hubiera estado vigente cuando se desarrollaron los protocolos y aplicaciones principales de Internet, es poco probable que hoy existiera tal y como lo conocemos”.
La misiva estaba encabezada por Vint Cerf, responsable del proyecto de Internet en Darpa e inventor del primer servicio email, y por Anriette Esterhuysen, pionera en el uso de la red en iniciativas de carácter social. Entre los firmantes estuvieron también Radia Perlman, desarrolladora de la tecnología de enrutamiento; Tim Berners-Lee, inventor de la world wide web; o Jimmy Wales, promotor de la Wikipedia. Todos ellos defendieron que la propuesta de la Comisión, aunque pueda ser bienintencionada, no lograría sus objetivos.
“Lejos de afectar solo a las grandes plataformas estadounidenses de Internet (que pueden permitirse el coste del filtro), la carga recaerá sobre sus competidores, incluidas las nuevas empresas europeas y las pymes. El coste de poner en marcha las tecnologías de filtrado será inasequible”, avisaron.